Si sumamos todas las tecnologías de energías renovables del planeta (su generación energética), sin contar la Nuclear ni las mega centrales hidroeléctricas, veremos que no alcanzan siquiera al 0,5% de la producción energética mundial. Esto quiere decir que si duplicamos esta cantidad y luego la volvemos a duplicar apenas llegaríamos al 2% de producción energética mundial "actual", sin considerar el crecimiento económico y el consiguiente incremento en el gasto energético ni el tiempo que tardaríamos en llegar a estas cifras. Ahora, sumémosle a esto el crecimiento económico y energético de los países desarrollados y en vías de desarrollo (el PIB de Chile creció en 2005 un 6,5% y como la demanda energética está acoplada al crecimiento esto implica que necesitamos 6,5% más energía que el año anterior) y agreguemos también un panorama energético mundial cada vez más inestable, como los problemas del Gas Natural y del Petróleo que enfrentamos a diario.

¿Desalentador? Puede ser, pero es la realidad...y ese es el punto más importante.

Chile es un país en vías de desarrollo, con una alta tasa de crecimiento, pero (y éste es un gran "pero") so-mos importadores netos de recursos energéticos (Petróleo y Gas) para hacer funcionar nuestra economía, por lo que nos vemos directamente afectados por lo que pasa "afuera" con respecto a los recursos energéticos (y "afuera" están pasando muchas cosas al respecto).

¿Cuál es la conclusión de todo esto?

Con el panorama energético que estamos enfrentando en el mundo (y Chile pertenece al mundo), deberíamos estar desarrollando al máximo la incorporación de Energías Renovables en todos los ámbitos importantes (industria, sociedad civil, investigación, educación, desarrollo de tecnologías, inversiones, etc.). Pero, ¿está pasando esto? La respuesta es NO. Pero lo que SI estamos viendo es que las Energías Renovables están comenzando, lentamente, a entrar en Chile. Ya podemos ver en cartera algunos proyectos que están por desarrollarse (un par de parques eólicos, la intención de plantas solares térmicas en el Norte de nuestro país, pequeños proyectos de electrificación rural y una que otra turbina eólica en lugares remotos).

Incorporar las Energías Renovables requiere también de un cambio de paradigma. Pensar que vamos a poder hacer andar nuestras economías tal cual como lo hacemos ahora con las Energías Renovables, es un mito y no va a pasar por las razones antes expuestas. Entonces, debemos cambiar nuestra forma de pensar con respecto a la energía. Hemos vivido el último siglo en una fiesta de energía abundante y barata, lo cual nos ha convertido en derrochadores energéticos sin precedentes y ahora 100 años después estamos pagando las consecuencias: Contaminación sin límite, sobrepoblación, escasez de recursos energéticos, conflictos sociopolíticos, calentamiento global y muchas cosas más. Por lo tanto, si queremos pensar en un futuro sustentable para todos, las Energías Renovables deben tener un rol preponderante en todas partes, y Chile no es la excepción.

Debemos desarrollar las Energías Renovables lo más rápido que podamos. Y para ello, además de incentivos, necesitamos todo el apoyo posible, del Gobierno, de las empresas, de la sociedad civil, de las instituciones educacionales, de los países más desarrollados, pues éste es un tema planetario que nos afecta a todos y cada uno de nosotros.

Chile debe desarrollar sus abundantes recursos energéticos naturales renovables, y mientras antes, mejor. Tenemos un gran desafío por delante y es de esperar que seamos lo suficientemente inteligentes para lidiar con éste en los tiempos venideros. La energía subyace a TODAS las actividades de los seres humanos y cada vez la valoraremos y cuidaremos más, y las Energías Renovables nos enseñarán a hacerlo, mostrándonos que no hay posibilidad de derroche o mal uso. Lo único que nos queda es seguir adelante, de forma inteligente, y adaptarnos a un futuro energético diferente con todas las herramientas energéticas que dispongamos y así enfrentar los desafíos que se nos avecinan.