En este artículo, analizaremos por separado los cuatro elementos fundamentales de estos sistemas:

1. Los equipos de control del cuadro de acometida: Además de realizar el mando de la instalación, estos elementos controlan las alarmas, registran los pará-metros eléctricos y supervisan el funcionamiento de otros elementos, como los reguladores-estabilizadores de tensión o los diferenciales rearmables. Estos equipos empezaron a aparecer en el alumbrado público a principios de la década de los ‘90, como derivación de otros sistemas de control (tráfico, aguas, aplicaciones industriales), pero su consolidación se produjo con los equipos de control compactos que están especialmente diseñados para esta aplicación y que en una sola unidad incorporan todas las funciones necesarias. En la actualidad, a pesar de que generalmente las prestaciones de estos equipos son adecuadas, existen determinadas funcionalidades que no dan los resultados esperados:

• La puesta en marcha o implantación: La instalación y configuración de los equipos suele ser un problema que dificulta la puesta en servicio, puesto que la mayoría de los instaladores no están preparados para poder realizar esta función.

• Poca ayuda a la gestión diaria de los servicios de mantenimiento: El mantenedor se encuentra con un equipo que no le permite visualizar localmente el estado de la instalación.

• Condicionado al sistema de ahorro: Muchos equipos de control están diseñados y se suministran con un determinado tipo de sistema de ahorro de energía o sólo para las luminarias de un único fabricante.

2. El control del punto de luz: Instalado en la luminaria, controla el correcto funcionamiento de todos sus elementos, trasmitiendo la información al equipo de control del cuadro. Un elemento que controla el funcionamiento del punto de luz debe ser altamente fiable y no puede generar información errónea o confusa.

Saber en tiempo real cuando una lámpara se ha quemado es muy atractivo, pero los principales inconvenientes que una municipalidad encuentra al implantar masivamente este tipo de sistemas son el costo de los equipos de control del punto de luz; la puesta en marcha o configuración; y la gestión del volumen de información, pues no sólo debemos tener en cuenta la inversión inicial, sino analizar los costos, en personal y recursos, que precisamos para gestionar y dar respuesta al sistema.

3. Sistemas de comunicación: Desde principios de los ‘90 hasta ahora se han empleado los sistemas que el mercado ofrecía, siguiendo las diferentes evoluciones tecnológicas del sector de las comunicaciones. Actualmente, soluciones que aprovechan las redes de telefonía móvil son las de mayor crecimiento y se están convirtiendo en los sistemas de transmisión de datos por excelencia. En la actualidad existen varias tecnologías, siendo GSM la usada para el alumbrado la comunicación.

4. El centro de control: Es el computador en el que se recibe toda la información de las unidades de control y desde el que se comunica con ellas. Junto con el programa de gestión, constituye el elemento de control de sistema, pero esta necesidad implica una serie de cuestiones que hay que tener muy presente, como la puesta en marcha del centro de control y del programa de gestión; las actualizaciones y nuevas versiones; y la compatibilidad. De igual modo, se debe considerar:

• La gestión diaria: Cada día, un usuario debe supervisar el funcionamiento del sistema, además de gestionar las altas, bajas y modificaciones de la instalación. Por otro lado, debe hacer llegar la información que genera el sistema al resto de usuarios (partes de averías, listados, etc.).

• El exceso de información: La detallada información que proporcionan estos sistemas es un arma de doble filo, puesto que en muchos casos la persona que supervisa la instalación lo único que precisa es una visión global o tiene que revisar gran cantidad de datos para llegar a la información requerida.

• La interconexión de otros usuarios: El centro de control como único punto desde el que se puede conectar a la instalación dificulta que diferentes usuarios (como empresas mantenedoras, departamentos de mantenimiento o responsables de los servicios técnicos) puedan conectarse simultáneamente.

Conclusiones

En conclusión, se necesita un sistema basado en la sencillez como alternativa a municipios que no precisan complejos sistemas de gestión integral del alumbrado, pero sí necesitan administrar sus instalaciones, es decir, emplear sistemas ágiles y eficaces, pero sin la necesidad de dedicar recursos suplementarios a la gestión de los mismos. Analizando las tecnologías actuales, observamos que Internet podría ser la solución, al permitir crear un sistema en el que la municipalidad no necesite gestionar el centro de control, sino que la información esté a su disposición en cualquier momento a través de un simple acceso Web.

Respecto a las comunicaciones, la utilización de la telefonía móvil mediante GPRS en lugar de GSM, sumado a mejores tarifas, nos permite la gestión total del sistema a través de Internet. Además, emplear al máximo las posibilidades de la mensajería SMS nos permitiría ayudar al trabajo diario de los servicios de mantenimiento, así como a facilitar la realización de acciones puntuales.