Para lograr este objetivo, se proponen dos tipos de incentivos. El primero apunta a incentivar la demanda por servicios de Innovación, Investigación y Desarrollo. Si las empresas entendieran las ventajas de la innovación, o fueran incentivadas a ello, y decidieran demandar más innovación (a técnicos, ingenieros, científicos, centros de investigación y universidades locales) se produciría la consecuencia que buscamos, que es la mejora en la posición competitiva del país. Esto generaría de paso un círculo virtuoso, pues al haber más demanda la oferta estaría en mejor posición y tendría los incentivos para aumentar en calidad y cantidad, generando conocimiento científico y técnico para la realidad del país, redundando así en mejores posibilidades para todos.

El segundo grupo de incentivos se refiere a la oferta de financiamiento. Sin importar cómo se defina el Sistema de Innovación, las posibilidades que éste tiene de funcionar dependen del acceso al finan-ciamiento para demandar innovación: financiar el proceso de innovación o su implantación o financiar la generación de empresas que desarrollen y/o comercialicen innovaciones.

Se puede observar que las empresas que cuentan con las fuentes de financiamiento no siempre son las innovadoras, por lo que estas fuentes deben ser externas. Asimismo, se tiene que las fuentes de finan-ciamiento externas tradicionales también lo son a la hora de financiar proyectos y dejan pasar este tipo de clientes. De lo anterior, se deduce que junto con incentivar la demanda por la innovación se debe incen-tivar la oferta de financiamiento especializado en innovación.

Creo que la mejor opción de fuente de financiamiento para la innovación, además de los incentivos tributarios y subsidios del Estado, son las empresas de Capital de Riesgo, pudiendo participar en la etapa Semilla, las primeras rondas de financiamiento o en la etapa de crecimiento acelerado. Estas empresas son un complemento a las demás formas de financiamiento que, en conjunto, le dan al sistema de innovación una de las materias primas más importantes.

Ambos incentivos a la demanda de servicios de innovación y al financiamiento a las innovaciones tendrían un impacto muy fuerte en la calidad productiva y en la oferta exportable del país.