Para lograr una productividad dinámica y acorde con los tiempos actuales, se debe estar muy bien alineado dentro de la empresa, de modo de trabajar en conjunto con personas y equipos tecnológicos. Gracias a la globalización, en la actualidad es muy importante para la manufactura competir en una cadena de valor y no simplemente como una compañía sola; por eso, las empresas han comenzado a confiar su desarrollo de productos a proveedores externos que ayuden en la cadena de abastecimiento, o incluso han decidido externalizar su producción con un contratista que trabaje coordinadamente con el resto de las áreas productivas desde Asia, Europa o cualquier parte del mundo. Esto implica que la comunicación efectiva y la colaboración entre las distintas áreas de producción u oficinas externas es fundamental para que la industria pueda percibir y responder, volviéndose sensible a los requerimientos de los clientes. Quien rediseñe, reprocese, produzca y tenga el producto correcto terminado y listo para enviarlo, poniéndolo de manera más rápida frente al cliente, usualmente será el que tenga mayores ganancias. Ahora, la fábrica necesita entender y tener una capacidad de producción muy flexible para que la información pueda fluir, por lo que a menudo hablamos de tener "visibilidad total" a través de toda la planta. Este concepto se refiere a que hoy se puede ver en qué está cada proceso productivo dentro de la industria. Así, por ejemplo, quienes están haciendo un producto necesitan ser capaces de compartir información, de saber si en la fábrica están teniendo problemas para producir para poder cambiar la estrategia y ahorrar tiempo, dinero y tener a la brevedad el producto más adecuado para la satisfacción del cliente. Pero, ¿cómo puede implementarse todo esto si la fábrica está programada para hacer un producto a un costo muy bajo y de gran calidad? Lo central es comenzar a compartir la información en tiempo real, ser capaces de ver de qué se trata el proceso de toma de decisiones con el fin de recibir la pieza correcta, al cliente correcto y en la fecha correcta. En definitiva, responder adecuadamente y tomar las mejores decisiones para generar la producción adecuada en el momento preciso. Hoy, el cliente sabe claramente lo que quiere y por eso exige algo que cumpla exactamente con sus requerimientos. Gracias a la tecnología y el trabajo en redes, en la actualidad el proceso de producción es mucho más transparente, seguro y flexible, capaz de permitir a toda la empresa y a su cadena de distribución trabajar juntas y con visibilidad total para satisfacer la constante y exigente demanda del cliente. Hoy, las redes están tomando funciones que permiten escalar hacia nuevos servicios y aplicaciones. En el caso de las manufactureras, que cuentan con procesos de fabricación separados, una arquitectura de red inteligente y convergente les permite interrelacionar procesos como el desarrollo y manejo de productos, manejo de suministros, gestión de las ventas, administración del servicio al cliente y satisfacción postventa. |