Debemos verificar si la opción tarifaria es la más adecuada para la instalación, la cual dependerá básicamente de los hábitos de consumo. Hay que considerar que para grandes consumidores, también es posible operar como cliente no regulado y, por lo tanto, acordar negociar directamente con las generadoras un convenio bajo mejores condiciones de precio.

Un ítem común a todas las tarifas es la energía, cuyo costo unitario por kilowatt/hora (Kwh) es igual en todas, excluyendo la domiciliaria BT1. Sólo existe una diferencia si es en BT o AT. En esta última, el costo del Kwh es más económico, pero el cliente asume las pérdidas del transformador, que en la práctica corresponde a la diferencia de la tarifa. La única forma de disminuir este cargo es consumir menos energía, lo que es posible mediante los siguientes mecanismos:

• Mejorar los procesos: Básicamente, estudiar alternativas de realizar los mismos procesos pero usando una tecnología que consuma menos energía. Un ejemplo sería emplear un convertidor de frecuencia para controlar la velocidad de los motores, de modo que el equipo que mueve se ajuste a las necesidades de la carga.

• Emplear equipos de alta eficiencia: Quizás sin cambiar la tecnología de los procesos, revisar si existen equipos de mayor eficiencia. Esto tendrá un costo mayor de inversión, pero uno menor en energía. Un claro ejemplo es el uso de motores de alta eficiencia en vez de los tradicionales.

• Evitar pérdidas en la instalación: Es muy posible que existan pérdidas en la instalación que puedan disminuirse. Un ejemplo clásico es en el dimensio-namiento de los cables eléctricos. Usualmente, se diseña sólo considerando la norma y las condiciones de suministro que requieren los equipos, por lo que muchas veces se calcula un alimentador que trabaja a alta temperatura y produce una gran caída de tensión, lo cual se traduce en energía que se pierde en forma de calor en los cables. Colocar un conductor más grueso que el calculado de la forma tradicional permitirá un ahorro de energía.

• Aprovechar energía liberada por el proceso: Muchos procesos liberan energía que se pierde, la cual puede ser transformada en energía eléctrica y aprovechada en la instalación. Un ejemplo sería regenerar con motores cuando están trabajando como freno.

Disminuir las demandas máximas

Otro aspecto a tomar en cuenta es disminuir los cargos por demandas máximas, es decir, utilizar la misma energía pero con una distribución más equitativa en el tiempo.

Si se consumen 100.000 Kwh en el mes, la factura de suministro eléctrico podrá ser muy distinta dependiendo en qué momento se consume. Esta energía podría ser el resultado de una carga de 139 Kw permanentemente conectada, con lo que el valor de la factura sería aproximadamente de $4.500.000, mientras que si 5.000 Kw fueran el resultado de una carga que se conectó durante 20 horas en el mes el valor de la factura será del orden de $34.000.000. El cargo fijo y de energía será el mismo, estando la diferencia en los cargos por demanda. Por lo tanto, otra forma muy recurrida de disminuir los costos de suministro eléctrico es:

• Controlar la demanda máxima: Una forma es el control manual, de modo de postergar la entrada de consumos con el objeto que el valor de demanda máxima, tanto en horas de punta como normales, sea lo mínimo sin alterar mayormente los procesos.

El mercado ofrece equipos controladores de demanda automáticos, donde uno fija los valores máximos permitidos de demanda y actúa sobre las cargas conforme a un esquema de prioridades. Dentro de este esquema de control de demanda, se incluye la conexión de grupos electrógenos para suministrar parte de la demanda con el objeto de que la potencia tomada de la red pública disminuya. En general, los contro-ladores automáticos incluyen la posibilidad que conforme al esquema de prioridades, en vez de desconectar carga, haga ingresar un grupo electrógeno.

• Eliminar cargo por mal factor de potencia: Este cargo se elimina completamente si se disminuye el consumo de energía reactiva, o bien se agregan cargas que entreguen reactivos, tales como condensadores o máquinas sincrónicas. Para este efecto hay que hacer que el factor de potencia de la instalación sea superior a 0,93, valor que es calculado por la compañía de distribución a partir de la medición mensual de la energía reactiva y activa. Para lograr el valor de 0,93, es necesario que la energía reactiva (Kvarh) no sea mayor que el 40% de la energía activa (Kwh). También el mercado ofrece controladores de factor de potencia de modo de asegurar no bajar del valor prefijado (0,93).