Hoy en día, los desarrolladores y operadores de líneas de transmisión eléctrica experimentan un desafío de gran importancia: satisfacer a las generadoras de todo tipo de fuentes de energía, tanto en el mercado internacional como en el nacional. ¿Quién inyecta mayor o menor corriente a las líneas?, ¿en qué horarios?, ¿bajo qué criterios?, ¿qué se hace con el remanente generado?, ¿se puede almacenar o no?, y ¿hay otras opciones más allá del vertimiento? son solo algunas de las interrogantes a las que se ven enfrentados en un escenario como el actual.

Frente a esta interrogante, la respuesta parece simple: Optimizar lo que ya tenemos como industria eléctrica: líneas de transmisión existentes y que en ocasiones no se utilizan a plena capacidad, mientras que en otras se encuentran totalmente copadas; establecimiento de regulaciones asociadas a la inyección de corriente y sus diferentes horarios con el fin de lograr satisfacer tanto la demanda como la oferta asociada; optimización de los activos, etc.

Por esto, el sector energético de nuestro país, desde los generadores hasta los operadores de líneas y el Coordinador Eléctrico Nacional, se ven enfrentados día a día a la necesidad de contar de manera eficiente con datos específicos, instantáneos, oportunos y precisos para la toma de decisiones. Todo lo anterior, nos obliga a contar con sistemas de comunicación robustos que provean información certera para poder satisfacer los requerimientos e intereses de los distintos actores involucrados.

La gran presencia de proyectos de energías renovables intermitentes que están inyectando al sistema interconectado (solar, eólica, etc.) implican la necesidad de instalar equipamiento de alta calidad y confiabilidad, para utilizarlos en la supervisión de los sistemas de transmisión de energía.

Por esto, fabricantes internacionales están ofreciendo equipos tales como sensores, analizadores, SCADA, entre otros, para cumplir con las necesidades del mercado eléctrico nacional.

De hecho, y haciendo un paralelo a una escala más doméstica, en lo que se refiere al concepto de Netbilling en la distribución en redes locales, hoy en día la utilización de medidores eléctricos inteligentes son una realidad, permitiendo hoy por hoy nuevas alternativas de supervisión a las redes eléctricas -no solo en transmisión, sino también en distribución-, cada día más dinámicas, con fuentes de generación distribuida e intermitente en una amplia área geográfica.

Afortunadamente, el sector energético nacional ya cuenta con equipos de medición de variables eléctricas instalados, funcionando y trabajando en la entrega de información tanto a los dueños de estas líneas, como a los organismos reguladores. Podemos destacar hoy en día sensores de temperatura, inclinación del conductor, voltaje y corriente, como también las variables ambientales en tendidos críticos, con el fin de hacer frente a los distintos factores a los cuales se ve expuesta una línea de transmisión en la actualidad. Por ello, y de acuerdo a las nuevas normativas y requerimientos internacionales, una sigla que hace un par de años no exigía mayor importancia ni conocimiento es ahora prácticamente una obligación: DLR (“Dynamic Line Rating”, balanceo dinámico de línea), cuyo objetivo final es aumentar la capacidad de transporte de energía en redes de transmisión eléctrica en función de las variables ambientales presentes en ella.

Una de las razones para la utilización de esta tecnología es la flexibilidad que otorga en varios aspectos, tales como la facilidad de instalación, los nuevos rangos de operación que presentarán las nuevas generaciones de unidades tipo PowerDonut (50 A), la redundancia crítica en la transmisión de datos, la posibilidad de entregar información en diferentes protocolos de comunicación (como, por ejemplo, IEC 61850), solo por mencionar algunos.

La tendencia mundial indica que para lograr éxito en el desarrollo de proyectos relacionados con la transmisión de energía eléctrica, la información que se pueda obtener de estas es trascendental, ya sea proyectos de mediana o gran envergadura, ya que cada empresa busca la optimización de sus recursos y lógicamente evitar el desperdicio vertimiento de la energía.