Carlos Cataldy.

¿Cómo se define una UPS de grado médico?
Por definición, una UPS de grado médico debe ser un equipo que tenga clasificación VFI-SSS-111, cumplir con el estándar IEC 60601-1 y garantizar aislamiento completo.

Ahora bien, en Chile solo existe reglamento para los quirófanos en donde el circuito que energiza los equipos médicos debe estar aislado a través de un trasformador de aislación galvánica y este, a su vez, estar respaldado por UPS y grupo generador. Sin embargo, esta aplicación generalmente se usa en todas las instalaciones de salud.

Por lo general, ¿qué se debe tener en cuenta al seleccionar este tipo de equipos?
Lo primordial es que la UPS pueda trabajar con escalones de cargas constantes, manejar alto contenido de armónicas y que el inversor en su forma de onda de voltaje no se vea afectado (es decir, cumplir con la IEC 62040-3), y garantizar el aislamiento total.

También debe tener capacidad de usar distintas tecnologías de baterías y ser versátiles en los tipos de protocolos de comunicación que pueden manejar, siendo los protocolos más usados el Modbus y el SNMP en sus distintas versiones. Igualmente, es deseable que la UPS tenga la capacidad de indicar en tiempo real variables como estado de las baterías, tiempo de autonomía, nivel de carga conectada e indicar cuándo corresponden los próximos mantenimientos.

¿Qué otras recomendaciones podrían hacer respecto a la elección de estos equipos?
Al seleccionar una UPS, es importante tener en cuenta que los equipos cumplan con tener clasificación VFI–SSS–111 según estándar IEC62040-3, que quiere decir que el equipo protege la carga independiente de si la variación es de tensión, de frecuencia o ambas al mismo tiempo, para lograr la aislación galvánica.

Asimismo, el equipo debe incorporar un transformador de aislación a la salida, así como contar con protocolos de comunicación y un software de gestión que nos ayude con el mantenimiento preventivo de los equipos.

¿Y en mantenimiento?
Se debe revisar periódicamente el estado de las baterías y seguir las medidas de mantenimiento según las recomendaciones del fabricante y con técnicos certificados para realizar el mantenimiento a este tipo de equipamiento. De esa manera, nos aseguramos de extender la vida útil de los equipos y reducimos las probabilidad de fallas.