Claramente, la demanda por Energía Eléctrica no es una función constante durante un día, semana, o mes dado, e incluso tiene una tendencia creciente. En todos los casos, tiene valles y puntas, los que, en algunos sectores, son muy marcados, mientras que otros tienen variaciones y aleatoriedades que se deben identificar en forma casuística o por motivos estacionales.

Históricamente, la mayor demanda por energía eléctrica se produce entre las 18 y las 23 horas y muchas empresas, instituciones e industrias presentan un grado de sensibilidad a esta situación. Por ende, deben diseñar una estrategia de gestión que incluya los siguientes componentes:

1. Necesidad de funcionamiento de la empresa, institución o industria en los horarios de mayor demanda.

2. Empresas Distribuidoras de energía eléctrica.

3. Modelo Tarifario aplicable.

4. Factor de potencia propio.

5. Generación Propia. (PMGD)

6. Almacenamiento propio (para aspectos específicos) y de emergencia.

7. Temas de Seguridad Industrial, vulnerabilidades y minimización de riesgos.

8. Planes Internos propios para minimizar el consumo eléctrico.

9. Planificación estratégica de la empresa, institución o industria en temas de desarrollo, innovación, inversiones y otros más específicos.


Ahora bien, sin perjuicio de las decisiones que pueda adoptar una empresa, por las muy especiales condiciones de su propio funcionamiento, es posible suponer que al enfrentarse al dilema de cómo operar en este escenario, pueda adoptar algunos de los siguientes objetivos:

1. Mantener una continuidad de sus operaciones.

2. Disminuir costos y gastos (en las operaciones de producción y en los procesos administrativos).

3. Suspender o minimizar su funcionamiento en tales horas del alto consumo.

4. No debilitar los Sistemas de Seguridad.

5. Diferenciarse de otras empresas, instituciones e industrias, al mantener un sistema de atenciones y/o producción sin interrupciones por este factor.

6. Enfrentar la Amenaza aplicando un proceso de generación de energía eléctrica, considerando que puede tener un excedente.

7. Crear un modelo propio de minimización y optimización del consumo interno.

8. Identificar solo los componentes que requieren soporte de energía eléctrica y, para ello, adoptar medidas de respaldo como las UPS.

¿Qué análisis y acciones concretas podría llevar a efecto?

En primer lugar, algunas empresas, industrias e instituciones pueden entrar en conversaciones con las empresas productoras, transportadoras o distribuidoras de energía eléctrica para disponer de cierto suministro y potencia. Estos acuerdos pueden considerar, entre otros aspectos, garantizar o minimizar el riesgo de no disponer de esta energía.

En general, las empresas también buscan evitar las multas y sobreprecios ocasionadas por estas horas de alto consumo. Esto orienta, por ejemplo, a estudios tarifarios en base al consumo histórico o al análisis del Factor de Potencia para evitar gastos innecesarios. En algunos casos, es posible que las empresas puedan cambiar su horario de funcionamiento de tal forma de suspender las actividades a las 18 horas. Cabe reconocer que esta medida es aplicable solo en algunos sectores.

En este sentido, resulta muy interesante, incluso independientemente de esta problemática del sobreconsumo, que las empresas desarrollen un Modelo de Gestión conducente a minimizar el consumo eléctrico, y opcionalmente, derivar los ahorros a los horarios de alto consumo. Un plan básico de esta idea puede ser:

• Revisar todas las instalaciones eléctricas y reemplazar aquellas que presenten daños o que sean muy antiguas.

• Cambiar todas las ampolletas por equipos de bajo consumo (que dicho sea de paso tienen una mayor vida útil). Esto, con la sola excepción de aspectos de Seguridad Industrial y de instalaciones con riesgos.

• Instalar detectores de movimiento en todos los lugares adecuados (como pasillos, patios, bodegas y otros), de forma que la iluminación solo se mantenga encendida si es necesario.

• Complementar con análisis de eficiencia de equipos e instalaciones para efectuar cambios necesarios que permitan disminuir consumos (y costos) de energía.


A propósito de riesgos, un análisis que resulta imprescindible es el análisis de una Matriz de Riesgos específicamente enfocada a este tema, para no introducir vulnerabilidades a trabajadores, usuarios, clientes, proveedores e instalaciones. Por ejemplo, debido a la falta de energía eléctrica o de la potencia necesaria en determinadas horas, puede quedar vulnerable el espacio perimetral de las instalaciones, estacionamientos, bodegas, pasillos, entre otros.

Lo anterior puede dar origen a soluciones específicas para casos determinados. Por ejemplo, optar por UPS para algunas instalaciones de Informática y/o Comunicaciones, para luces y cámaras perimetrales de emergencia… En fin, el análisis casuístico es lo recomendable.

Un Modelo Interno de Generación Eléctrica

Algunas organizaciones pueden crear un Modelo Interno de Generación Eléctrica, que puede tener variados alcances y objetivos. Por ejemplo, mantener el funcionamiento continuo de la empresa; no son pocas las que no solo tienen horarios extendidos, dobles o triples turnos, y no solo de lunes a viernes, sino que además 24/7. A estas no solo les resulta insoslayable suspender actividades en las horas críticas, sino que además deben mantener el funcionamiento, en ocasiones reforzarlo y sin perjuicio de ello, continuar con sus procesos de desarrollo, innovación y crecimientos propios. De igual modo, se puede aplicar este objetivo, pero limitado a un área, línea de producción, o servicios seleccionados.

Para la generación eléctrica, hoy existen variadas opciones, desde los clásicos grupos generadores (con algún combustible), hasta instalaciones más modernas con aerogeneradores, paneles solares, incluso minicentrales para obtener “energía eléctrica al paso” de algún flujo de agua con la regularidad y caudal necesario. Frecuentemente, tal vez sin que sea el motivo central de una autogeneración de algún porcentaje de la energía eléctrica necesaria para funcionar eficientemente, puede quedar una energía residual que también se puede gestionar.

Independientemente de los profesionales y especialistas propios dentro de las empresas, hay personas y empresas consultoras del sector eléctrico que pueden llevar a efectos estos estudios y aplicar sus proposiciones.

Es posible también que las empresas proveedoras de algunos de los componentes mencionados (grupos electrógenos, aerogeneradores, motores de generación al paso, paneles solares, montaje y mantención de instalaciones eléctricas, etc.) también puedan orientar y colaborar en la aplicación de Modelos de Gestión eficientes en estas materias, apoyándolos a tomar y aplicar buenas decisiones.

Optimizar el uso de energía eléctrica, además de ser bueno para las empresas, instituciones e industrias, también tiene un posible impacto medioambiental y social favorable.