En lo que respecta a las instalaciones eléctricas y particularmente a los sistemas de canalización eléctrica, debemos tener en cuenta las exigencias establecidas por el nuevo Reglamento de Seguridad de las Instalaciones de Consumo de Energía Eléctrica y, más específicamente, el pliego normativo RIC N°04 sobre Conductores y Canalizaciones.

Dicho pliego normativo, en su punto 5.2, establece que todos los conductores eléctricos aislados y canalizaciones no metálicas, para ser utilizados en instalaciones, deberán ser retardantes a la llama y autoextinguentes. Además, de acuerdo con el punto 5.5, los materiales de la aislación y/o cubierta de los conductores y de las canalizaciones no metálicas como tuberías, bandejas y similares, destinadas a servir recintos, sectores, zonas, consideradas como lugares de reunión de personas deberán ser:

• Retardantes a la llama.
• No propagador de incendio.
• De baja emisión de humos.
• Libres de halógenos.
• De baja toxicidad.

De acuerdo con el artículo 3 del Reglamento de Seguridad de las Instalaciones de Consumo de Energía Eléctrica, se entenderá por lugar de reunión de personas a todos los inmuebles o parte de ellos o estructuras cuya capacidad permita la reunión de 100 o más personas. Sin perjuicio de lo anterior, son lugares de reunión de personas, entre otros, los siguientes:

• Recintos asistenciales.
• Recintos educacionales.
• Recintos destinados al culto religioso.
• Recintos de entretenimiento.
• Recintos de esparcimiento.
• Recintos para prácticas deportivas.
• Recintos de espectáculos permanentes o esporádicos.
• Cines, teatros y museos.
• Recintos destinados a fines sociales.
• Recintos destinados al comercio.
• Terminales de transporte aéreo y terrestre, incluido estaciones de metro.

Es importante tener en cuenta que los edificios colectivos residenciales no se consideran como lugar de reunión de personas, sin perjuicio de que todos los espacios comunes, tales como pasillos, zonas de acceso y áreas comunes, deberán cumplir con las exigencias correspondientes a dichos lugares.

La reacción al fuego es una característica propia de los materiales constructivos o productos, trata de significar la magnitud relativa que tiene un material para contribuir al inicio y propagación del fuego. En palabras más sencillas, indica cómo se comportará el material respecto a su contribución al fuego debido a su propia combustión.

La forma de evaluar esta característica es mediante un ensayo normalizado en laboratorios homologados, donde se determina la clase de reacción al fuego. Las clases van desde M0 para materiales incombustibles hasta M4 para materiales fácilmente inflamables.

Como se mencionó, el reglamento exige que la canalización sea retardante a la llama y autoextinguible, lo que no es diferente al comportamiento de un producto clase M1 respecto a su comportamiento ante el fuego. (Ver tabla)

Las canalizaciones clase M1 son combustibles, pero no inflamables, es decir, su combustión no se mantiene cuando el aporte de calor cesa desde un foco externo, es a este fenómeno que se denomina autoextinguible. Es importante verificar que la canalización que utilicemos sea retardante a la llama y autoextinguible, lo que puede ser demostrado mediante un certificado o ficha técnica donde se indique esta propiedad. En muchos certificados, encontraremos esto declarando la clase M1 o su propiedad bajo el estándar EN 50085-2-1 o IEC 61084-2-1.

En un incendio, las pérdidas materiales pueden ser recuperadas con el tiempo, sin embargo, la pérdida de vidas humanas es algo irreparable. La principal causa de muerte en un incendio es la asfixia por inhalación de humos tóxicos. Diversos estudios han demostrado que estos pueden representar alrededor de un 80% de los decesos ocasionados en un incendio. En base a estos antecedentes, es muy importante utilizar sistemas de canalización eléctrica cuya composición sea libre de halógenos.

Los halógenos son elementos químicos no metálicos ubicados en el grupo XVII de la tabla periódica, tales como: Flúor, Cloro, Bromo, Yodo y Ástato, todos elementos ácidos que, en ambiente de alta temperatura como un incendio, generan irritación en ojos y vías respiratorias asfixiando a las personas y dificultando su evacuación.

Reducir la cantidad de elementos halógenos en los materiales constructivos de una infraestructura, como sería el caso de los sistemas de canalización, contribuirá a disminuir la acidez de los humos emanados del incendio disminuyendo los efectos de irritación y asfixia en las personas, además de reducir el daño en equipamiento de alto valor o equipamiento electrónico.

Es importante al momento de adquirir e instalar canalizaciones libres de halógenos, verificar que los certificados cumplan de forma correcta con las normativas internacionales que identifican un producto libre de halógeno.

Para que una canalización sea considerada libre de halógenos según la norma IEC 60754-1, la medición obtenida de la muestra debe ser inferior a = 0,5% de elementos halógenos. Por otra parte, la normativa alemana DIN VDE 0472 parte 815 establece que la muestra de Bromo, Plomo y Yodo debe ser inferior a = 0,2%.

Para contribuir a una mejor evacuación de los recitos afectados por incendios, es necesario que los humos generados por los elementos constructivos sean de baja opacidad, y como mínimo que la transmitancia lumínica sea de un 60% de acuerdo a la norma UNE 50268.

En su gran mayoría, los materiales que cumplen con ser libres de halógenos generan humos de muy baja opacidad, aumentando la visibilidad de las vías de escape en caso de incendios y permitiendo que la ayuda de los servicios de rescate y primeros auxilios se entregue de forma más rápida.

Al tomar la decisión de implementar un modelo determinado de canalización, es importante tener en cuenta los puntos expuestos, con el fin de cumplir estrictamente con las normas técnicas en esta materia y así proveer a los usuarios de mejores infraestructuras, que contribuyan a brindar mayor seguridad a sus ocupantes y sus bienes más preciados.