Paso a paso, los sectores más variados de la industria comienzan a recorrer el camino de la transformación digital. La minería, área clave para el desarrollo y crecimiento económico, no es la excepción. Este proceso de cambio se vio reforzado en los últimos años con la llegada de la pandemia que reafirmó la necesidad de avanzar hacia una Minería 4.0, con mayor nivel de automatización en los procesos y una reducción significativa en el impacto ambiental. Pero ¿contamos con una infraestructura de red preparada para soportar la demanda actual y futura?

La Minería 4.0 implica un crecimiento sustancial en la generación de datos y pone foco en la necesidad de una mayor eficiencia en el desarrollo productivo. Para ello, es indispensable automatizar los procesos incorporando el uso de nuevas tecnologías como Inteligencia Artificial, Machine Learning, Big Data e IoT que permitan procesar, gestionar y administrar datos, aportando valor a través de incrementos en la productividad y controles más eficientes en la administración de los costos asociados a la operación.

Según resultados de la encuesta global de minería 2021 de KPMG, la transformación tecnológica y la innovación (59% de las respuestas) son parte principal de las estrategias adoptadas por los ejecutivos de la industria minera de América del Sur.

Para que todo esto sea posible, es esencial contar con una infraestructura de fibra óptica capaz de soportar las duras exigencias de la industria minera y solventar el crítico nivel de conectividad. La fibra óptica tiene ventajas como la resistencia a la acción de la intemperie, a rayos UV, polvo, humedad, interferencias electromagnéticas, vibraciones, acción de agentes químicos -como aceite e hidrocarburos-, altas temperaturas e incluso fuego (no propaga la llama en situaciones de incendio). Además, permite que el área de máquinas, aplicaciones y robots autónomos se comuniquen en tiempo real, aprendan y optimicen su funcionamiento.

Según el World Economic Forum (WEF), se proyecta que el aporte de tecnologías de la Minería 4.0 para el año 2025 alcance los US$189 billones. La misma entidad identifica cuatro áreas que tendrán un rol muy importante en esta:

• Automatización, robótica y desarrollo de hardware operacional.

• Habilitación digital de la fuerza de trabajo a través de conexión digital.

• Integración de empresas y plataformas a través de la conexión de la información de los dispositivos.

• Análisis de los datos generados por los sistemas para soportar las decisiones.


Aunque hay empresas que ya comenzaron a automatizar diversos sistemas, es necesario que cuenten con una centralización de datos previa que facilite la gestión y obtenga mejores proyecciones. Este es el próximo paso para avanzar hacia la interconexión de información y generación de reportes para la toma de decisiones direccionada a la inversión de tiempo, costos y mano de obra, para obtener mejores resultados. Una inversión bien hecha puede incluso reducir costos de seguridad, reubicando a los colaboradores en actividades no riesgosas y automatizando aquellas que lo son.

Además de los beneficios tecnológicos, la fibra óptica tiene un impacto positivo a nivel ambiental al contribuir, por ejemplo, en la reducción de emisión de CO2 en la atmósfera. Por su parte, este sistema de cableado no necesita un espacio amplio para su instalación, lo que reserva recursos a las empresas como salas técnicas, racks para acomodación de los cables y pérdidas de materiales durante la instalación. También, permite el ahorro de energía eléctrica dado que funciona con elementos pasivos sin necesidad de equipos intermedios.

La minería es una industria que se caracteriza por proyectar su actividad a largo plazo y la infraestructura de red debe ser capaz de soportar y satisfacer estas demandas. Por eso la mejor opción es la fibra óptica, dado que tiene capacidad infinita para el transporte de datos y una larga duración por encima de cualquier otro medio físico.