Amedida que la instalación de sistemas solares fotovoltaicos continúa creciendo aceleradamente en nuestro país, ha aumentado la conciencia del rol que juegan los planes de mantenimiento en la disponibilidad y performance de estos sistemas. Generalmente, la falta de un programa de mantenimiento que respalde estos sistemas provoca una deficiente producción de energía, lo que, a su vez, impide que se obtenga el ROI esperado por los usuarios.

En ese aspecto, el mayor costo oculto son las expectativas fallidas de producción de energía. Los clientes planifican, pronostican y presupuestan en función de la potencia esperada que se estima durante el diseño y la construcción, y un bajo rendimiento simplemente anula esas posibilidades.

Al respecto, David Vásquez, Docente Escuela de Ingeniería Duoc UC sede Puente Alto, explica que existen varios factores que se deben considerar, como la envergadura de la planta fotovoltaica, la zona geográfica, los vientos existentes, el polvo en suspensión (leve o abundante) y la fauna presente en el área. “Por ejemplo, si es una zona árida y con abundante polvo en suspensión, el lavado de paneles solares deberá realizarse cada dos semanas, ya que el polvo depositado en estos limitará la producción de energía”, afirma. “Por otra parte, si es una zona con abundantes aves, el programa de mantención deberá controlar la aparición de nidos en los tableros y empalmes, así como también el excremento que las aves depositen sobre los paneles”.

Si bien todos los elementos de una instalación fotovoltaica requieren de mantención, algunos de sus componentes requieren que se les otorgue un mayor énfasis dependiendo de los factores mencionados anteriormente. “Por ejemplo, en zonas con mucho viento, será necesario revisar periódicamente la estructura y montaje de los paneles, ajustándola si se requiere. Asimismo, en un sistema fotovoltaico Off Grid, es necesario chequear los voltajes de las baterías, la carga que están entregando, sus conexiones y su cantidad de vida útil que les queda para un recambio”, indica. En este sentido, Vásquez enfatiza que cada sistema es particular y requiere de su propio plan de mantenimiento. “Cada instalación es única, y siempre se debe considerar el mantenimiento preventivo, predictivo y correctivo”.

Como regla general, el docente explica que es clave una inspección ocular periódica que permita detectar anomalías que puedan terminar por averiar parte de la instalación. “Sin duda, los componentes que requieren mayor mantenimiento son los paneles fotovoltaicos, se debe verificar su limpieza y que no cuenten con elementos extraños o sombras que impidan recibir la radiación del sol. También se deben revisar las conexiones, cables mal crimpados o conexiones flojas que producen el aumento de la temperatura, recalentando los puntos de conexión al punto de quemar los conectores o barras de conexión”, agrega.

En este aspecto, es importante recalcar que la falta de mantenimiento no solo puede resultar en una disminución en la generación de energía, sino también en fallas que disminuyan la vida útil del sistema. “Pueden surgir problemas de puntos calientes (o “hot spots”); aparición de arcos eléctricos (por deterioro de la aislación de conductores); conectores quemados debido al calor producido por encontrarse sueltos; sobrecargas en protecciones eléctricas de tableros de corriente continua y alterna, entre otros”, advierte Vásquez.

Como vemos, el mantenimiento es una parte fundamental para la producción de una planta solar fotovoltaica, sin importar la envergadura de esta. De hecho, como asevera Vásquez, “el mantenimiento no se toma mucho en cuenta en proyectos pequeños; por el contrario, en proyectos de mayores envergaduras, el mantenimiento siempre está asociado desde un inicio, esto debido a la inversión que está asociada, considerando el costo-beneficio que trae la consideración de dicho plan”.

Dado el aumento en el interés existente por realizar una correcta mantención de los sistemas fotovoltaicos, existen en el mercado diversos avances tecnológicos que están facilitando esta tarea, como por ejemplo, nuevas técnicas de diagnóstico. “En la actualidad, podemos acceder a la visualización de temperaturas en paneles solares mediante cámaras termográficas infrarrojas soportadas por drones. Estas permiten detectar fácilmente y sin contacto físico puntos calientes en los módulos fotovoltaicos”, explica.

“También se encuentran las mediciones de electroluminiscencias, ya que por medio de una cámara especial se puede detectar con gran precisión microfisuras o averías en los módulos fotovoltaicos, previniendo de manera oportuna fallos que puedan significar la parada de la planta”, añade el docente de Duoc UC Puente Alto. “De igual modo, cada vez son más comunes las implementaciones de robots limpiadores que permiten mantener una limpieza en forma automatizada, lo que genera una mayor eficiencia del panel fotovoltaico en la entrega de su voltaje, corriente y vida útil”.

A modo de recomendación final, Vásquez aconseja “otorgar la debida importancia al programa de mantenimiento, siempre considerando las indicaciones que señalan los fabricantes de los equipos. Especialmente, tener en cuenta el mantenimiento rutinario, las inspecciones visuales, la limpieza y la lectura de parámetros para verificar constantemente si el sistema produce la energía esperada. Además, se debe considerar un mantenimiento sistémico en determinados equipos, como inversores y medidores de energía”.

Con estas recomendaciones, su planta fotovoltaica debería cumplir con sus expectativas de performance y vida útil, y podrá obtener los retornos esperados sobre esta inversión.