Víctor Grimblatt.

En la actualidad, ¿en qué temas está trabajando la AIE?
Hay diversos temas que estamos considerando por ahora y que manejamos a través de nuestras mesas de trabajo tanto temáticas como regionales. Uno de los principales es la generación de talento que esté a la altura de los requerimientos de la industria en esta transformación digital que estamos viviendo. La mesa de trabajo de Capital Humano se reúne periódicamente para analizar tanto las ventajas como las oportunidades de mejora del talento que están generando las instituciones educacionales de país. En este ámbito, se han realizado diversas actividades que reúnen a la industria con las instituciones de educación socias de la AIE.

Asimismo, trabajamos en las oportunidades y problemáticas regionales a través de los Comités Bío-Bío y Valparaíso, quienes abordan en reuniones periódicas la situación de estas regiones y cómo la tecnología puede convertirse en un factor principal de desarrollo. Queremos seguir desarrollando los comités regionales.

Junto a otras asociaciones gremiales, como ACTI y Chiletec, y a entidades del gobierno, como el Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación, ProChile y Corfo, estamos formando una mesa de trabajo relativa a la tecnología desarrollada por nuestra industria nacional. Consideramos de suma importancia en esta transformación digital el desarrollo de una industria tecnológica fuerte y competitiva.

¿Qué problemáticas está enfrentando actualmente la industria nacional representada por AIE?
Uno de los mayores desafíos de la industria tecnológica nacional es el de posicionarse como una industria competitiva frente a empresas de otros países. En Chile tenemos la tendencia de pensar que lo nacional es “malo”, que “no está a la altura”. Debemos cambiar esa imagen y comenzar a consumir local, es decir, valorar lo que hacen nuestras empresas tecnológicas.

La mesa de trabajo de Tecnología Nacional está desarrollando un catastro de casos de éxito de productos nacionales, el que generará un documento que será lanzado en los próximos meses. También estamos diseñando una campaña de sensibilización para que tanto la industria nacional como el consumidor final valoren lo que hacemos y lo prefieran frente a productos importados.

En ese sentido, ¿cómo impactó la pandemia de Covid-19 a las empresas asociadas a AIE?
En primer lugar, la pandemia nos mostró cuán dependientes somos de lo importado, no solo a nivel tecnológico, sino que a todo nivel. Nuestra industria rápidamente tomó los desafíos que nos imponía la pandemia y sacó en tiempo récord productos que comenzaron a faltar debido a los cierres de plantas en Asia y a los problemas de transporte que generó el Covid-19. Un gran ejemplo de esto fue la rápida producción de respiradores mecánicos que se necesitaron para los pacientes graves de Covid-19.

La pandemia generó una conciencia de lo nacional y nos permite posicionar mejor nuestra industria en la era post pandemia.

En ese sentido, la pandemia puso de manifiesto las capacidades de la industria nacional, que debió resolver velozmente y con alta calidad la falencia de ciertos productos asociados a esta emergencia. De igual forma, nos mostró nuestras falencias y nos permitió enfrentarlas y mejorar. Sin lugar a dudas, esta pandemia generó una gran oportunidad para la industria nacional.

¿Cómo calificaría el desempeño del Ministerio de Ciencia y Tecnología?
Hemos visto muchas actividades e iniciativas que se han desarrollado a partir del ministerio y lo valoramos. Nos preocupa enormemente el bajo presupuesto que se asigna a la Ciencia y Tecnología, que son los motores de la transformación digital. No basta con lanzar iniciativas, debemos además financiarlas. En Chile, seguimos con la política de financiar proyectos, lo que está bien, pero no hay una directriz de hacia dónde vamos, no existe una decisión-país que nos permitirá convertirnos en líderes en algún tema en particular.

Debemos igualmente impulsar proyectos de investigación y desarrollo (I+D) y aumentar considerablemente el porcentaje que invertimos en esto. Creo que esto debería tomar mayor fuerza en el Ministerio. De igual forma, los candidatos a la Presidencia de la República deben dar énfasis a esto en sus programas y nos preocupa no estar viendo políticas en esa dirección.

¿Es posible transformar a Chile en un “hub” de desarrollo tecnológico en América Latina?
Más que un hub de desarrollo tecnológico, quisiera hablar de industria líder. Nuestro país no solo posee excelentes profesionales y una industria tecnológica pujante. Además, somos un país que está viviendo grandes cambios sociales y estamos optimistas que estos traerán un mejor ambiente para el desarrollo de la industria y la innovación.

Sin embargo, estamos por detrás de nuestros vecinos en varias áreas tecnológicas, por lo que debemos acelerar las políticas públicas tendientes a impulsar el desarrollo de una industria tecnológica nacional y competitiva. Solo el trabajo conjunto como país de las fuerzas que lo componen -Estado, Industria y Academia- nos permitirán avanzar y convertirnos en los líderes que anhelamos.

¿Qué sectores deberían ser los principales clientes de los fabricantes nacionales de tecnología?
En primer lugar, el Estado y luego, la industria nacional en general. Grandes sectores por considerar son la minería, la industria agroalimentaria, la industria manufacturera, el retail, la banca, etc.

En otras palabras, toda la industria nacional debe privilegiar la compra nacional. Insisto que el primero, y quien debe dar el ejemplo, es el Estado. Son innumerables los casos en que este importante actor se ha decidido por productos provenientes del extranjero sin ni siquiera considerar a nuestra industria y llegando incluso a poner requerimientos, no siempre necesarios, que la deja fuera de toda opción de competir.