2020 y 2021 han sido años de gran aprendizaje en medio de una pandemia inesperada que ha impactado al mundo entero. Y en este escenario, fuimos testigos de cómo las redes de banda ancha, las tecnologías y las telecomunicaciones se alzaron nuevamente como el vínculo para mantener la cercanía, la comunicación y las actividades económicas. El mundo ya cambió y hoy nos toca reflexionar sobre cómo aprovecharemos esta experiencia con una visión más integral y conectada a dispositivos tecnológicos, entornos virtuales y por supuesto: acceso a Internet.

El 2022 se vislumbra como un año de recuperación en todo sentido, pero la industria de las telecomunicaciones tiene un gran desafío por delante: asegurar que las redes sigan evolucionando y conectando al mayor número de personas desde cualquier lugar para múltiples actividades (home office, educación online, telemedicina y servicios de streaming de video, entre otros). Suena minúsculo pero la forma en la que la voz, los datos y el video viajan grandes distancias para llegar a nuestra computadora o smartphone radica en el transporte, en la sencillez y a la vez complejidad de un cable de fibra óptica.

El aumento en la demanda de servicios de Internet y la necesidad imperante de conectividad en Latinoamérica ha provocado como consecuencia natural el despliegue de miles de kilómetros de esta fibra (cada vez más especializada) y con mayores capacidades para atender la demanda de datos para múltiples servicios. Sin duda, podemos ya observar algunas tendencias que marcarán los próximos años de las telecomunicaciones.

Entre los grandes beneficiados durante el confinamiento están los cableoperadores, que ofrecen paquetes de acceso a Internet de banda ancha directo a nuestros hogares u oficinas de trabajo. Hoy día, son cada vez más las empresas que ofrecen fibra directo a los hogares (Fiber To The Home, FTTH) o, en su defecto, los servicios de ISP (Internet Service Providers), llegando incluso a las ciudades más pequeñas que también necesitan conectarse.

En ese sentido, Chile está en camino a convertirse en uno de los principales referentes de la Región en materia de conectividad y sobre todo de fibra óptica, ya que, según datos de la Subtel, durante el último año las conexiones de fibra crecieron un 68,2% y ya representan el 44,8% del total del mercado de banda ancha nacional, superando inclusive a los países de la OCDE.

Más allá de la expectativa que se ha generado alrededor de esta nueva generación de redes para servicios móviles, es necesario que Latinoamérica avance en materia de regulación y una buena planeación técnica para aprovechar las antenas repartidas en las ciudades y sumar nueva infraestructura que entregue la cobertura necesaria conforme estas redes se vuelvan escalables.

Aspectos como el espacio para instalación, la alimentación de energía en antenas 4G ya instaladas, así como el tipo de cable de fibra óptica con funciones híbridas para asegurar la calidad de la red, serán los primeros parámetros para el éxito de este despliegue.

Prueba y error en IoT (Internet de las Cosas)

En términos de Industria, segmentos agrícolas, casas inteligentes o de vehículos autónomos del futuro, se requiere revisar si el ecosistema de red y bases de datos están listos para entregar la promesa de valor al usuario en nuestra región. Aspectos como una red de baja latencia (es decir, que responde de inmediato) es fundamental para garantizar el buen funcionamiento, y evidentemente esto se da solo cuando las conexiones a data centers se realizan correctamente.

Imaginemos los autos autónomos del mañana, equipados con una fibra óptica mucho más ligera que los sistemas eléctricos tradicionales, asegurando la redundancia de los datos para que la operación en carreteras sea segura. Sin duda será un trabajo que requerirá mucho ensayo y aprendizaje.

Los proyectos gigantescos de conectividad continuarán como una constante y para el ser humano, el mar no es el límite. Los cables submarinos que transportan datos y energía de un continente a otro serán más potentes y de alto rendimiento, por lo que el diseño óptimo del cableado, la fabricación con nuevos y mejores materiales que aseguren la confiabilidad, así como certificaciones internacionales de seguridad serán muy relevantes para cumplir con la misión de transportar el activo más valioso: la data.

Gracias a la innovación en productos y mejores prácticas para instalar estos enlaces mayores, los distintos gobiernos podrán acordar nuevas alianzas que generen progreso y bienestar económico a las personas. Conectar continentes como Europa y África con nuevos cables submarinos de alta tensión o la transferencia de enormes cantidades de datos para telecomunicaciones son solo algunos de los desafíos a los que se enfrentan las empresas.

Hace unos días, Pr ysmian Group presentó su nueva embarcación para la instalación de cables submarinos, el buque Leonardo Da Vinci, que está diseñado y equipado para realizar instalaciones de cables de potencia de hasta 3.000 metros de profundidad, todo combinado con nuevos cables de última generación con armadura sintética que es un 30% más ligera que el acero. Un gran avance para llevar cables submarinos a todos los rincones del planeta.

La pandemia de los dos últimos años nos ha dejado infinitas lecciones y nos ha hecho replantear nuestras prioridades, entre ellas la de conectarnos.

Queremos comunicarnos, necesitamos comunicarnos y por eso es fundamental que el uso de Internet y sus diversas aplicaciones puedan llegar a todos y todas para el desarrollo de una sociedad más unida que pueda sortear los desafíos que vengan.