Todas las revoluciones industriales han generado transformación, cambio y un nuevo orden en la forma en que las empresas desarrollan sus labores. En todos los casos la intromisión de tecnologías en los procesos productivos ha sido determinante, así como la inclusión de nuevas tecnologías.

En ese sentido, la cuarta Revolución Industrial, la de la Industria Inteligente, la Revolución de los Datos, ya está aquí y tenemos que entender que, por más que todo se puede medir a través de sensores, almacenar los datos en la nube y analizarlos en base a Inteligencia Artificial, permite que computadoras y máquinas vayan tomando sus propias decisiones durante el proceso de producción; no sirve de nada si la visión empresarial no va en esa dirección, si no están alienadas todas las áreas de la empresa y no se tiene claridad de la situación actual de la organización.

La Industria 4.0 brinda oportunidades y desafíos, pero también se enfrenta a obstáculos, que solo con una correcta visión podrán ser sorteados con éxito. Dentro de las oportunidades, podemos destacar la optimización de la producción, la creación de nuevos modelos de negocios, la expansión de productos y portafolios de servicios, el aumento de las ventas y la mejora del servicio a clientes. En tanto, los mayores desafíos en la ruta de la digitalización de la industria tienen relación con la integración de tecnologías, la seguridad de los datos, la pérdida de estándares, el aumento de la inversión y la reconversión de los trabajadores, sus habilidades y certificaciones.

Por su parte, los principales obstáculos que hemos detectado que impiden a las empresas pasar de modelos operativos tradicionales a uno que adopte correctamente la visión que plantea la Industria 4.0 son:

• Los enfoques tecnológicos fallan debido a la falta de alineación y de conectividad dentro de la organización.

• Los KPI y las métricas empresariales no están implementadas o no se comunican.

• Desconocimiento del valor real de estas iniciativas.

• Aprensión a los riesgos de seguridad y protección de datos y a los modelos de negocios emergentes (SaaS, Cloud, etc.).


En nuestro quehacer diario, vemos que las empresas quieren y requieren implementar soluciones que les permitan realizar una transformación digital, pero este empuje viene, muchas veces, dado por las necesidades de la planta: lo plantea la rama operativa y tecnológica de la empresa; o bien al revés, las gerencias requieren aumentar producciones e ingresos, y ven en estas herramientas un aliado, y, para que se logre este proceso exitosamente debe haber una visión global, lo que, en la mayoría de los casos, implica un cambio dentro de la organización. La pandemia ha generado incertidumbre económica e investigaciones establecen que la supervivencia de las empresas pasa por fortalecerse y poder adelantarse a los acontecimientos. Es aquí donde la digitalización juega un papel clave. El Covid-19 y las nuevas formas ágiles de operar e interactuar han acelerado el proceso de transformación digital en las organizaciones.

Aquellas que aprovechen el potencial digital para operar de manera más rápida e inteligente tendrán mucho ganado, ya que serán las mejor preparadas para el futuro.

Para lograr estar dentro de la Industria 4.0 existen varios caminos, que van a depender del rumbo que cada compañía se trace, pero es primordial que la visión empresarial prime; si las áreas trabajan aisladas no lo lograrán, por más recursos que inviertan en tecnología.