Rodrigo Hernández.

¿Cómo impactó la pandemia al mercado de la automatización industrial?
Principalmente, quienes tenían más automatizados sus procesos, han tenido un menor impacto con la pandemia, porque el Covid-19 afectó directamente al factor humano. Por ejemplo, varios de nuestros clientes han modificado los turnos manteniendo un tercio del personal en planta, mientras los demás están con teletrabajo o descanso, y continúan funcionando gracias a sus altos grados de automatización y digitalización. En cambio, las industrias cuyos procesos no estaban lo suficientemente automatizados reaccionaron para tratar de hacerlo. No obstante, como hay menos personal en planta, ha sido un proceso complejo.

Al llegar la pandemia, nos dimos cuenta de que hay mucha información que necesitamos disponibilizar para que el supervisor pueda, por ejemplo, “predecir” eventuales fallas con mayor facilidad, incluso con menos personal en campo. En otras palabras, con estos sistemas de monitorización muchas empresas han podido disponibilizar en sus DCS o SCADA un gran volumen de variables que antes parecían menos importantes, pero que hoy se vuelven críticas para llevar un correcto control y supervisión de los procesos, sin necesariamente estar en la planta misma.

Además de la disponibilidad de la información, ¿qué otros beneficios tiene la automatización?
Otros beneficios son la trazabilidad y la calidad predictiva, las que nos permiten saber si estamos obteniendo la cantidad y la calidad de producto final que se espera o qué parte del proceso está fallando. En ese sentido, mientras más datos tengamos de todos los pequeños subprocesos que constituyen nuestro proceso productivo, sabremos los ajustes que debemos realizar para cumplir con nuestros objetivos.

¿Qué requiere el cliente en estos días?
Con la pandemia, como proveedores hemos visto la creciente necesidad que había en el mercado industrial de capturar datos y agregarlos a sus sistemas DCS o SCADA. Es ahí donde sobresalen las marcas más “flexibles”; aquellas que tienen sistemas “cerrados” le generan un inconveniente al usuario, mientras que las que puedan tomar el dato y comunicarlo con sistemas de cualquier otro fabricante, generan mayor valor agregado al disponibilizar la información de forma rápida y sencilla.

¿Cómo han respondido los distribuidores frente a este tipo de requerimientos?
Afortunadamente, nuestros partners de distribución y automatización han estado a la altura del desafío, manteniendo líneas de contacto abiertas al cliente, pero no todos los distribuidores del mercado han reaccionado igual. A muchos usuarios se les redujo el abanico de proveedores, porque aquellos que se dedicaban a la toma de pedidos ya no le sirven, porque, como cliente, llamas a un proveedor para solicitar una solución integral, no un producto específico.

En ese sentido, el distribuidor de materiales eléctricos tiene que ser un especialista y no puede esperar que lo llame el cliente con el código específico del producto que anda buscando, cuando, en realidad, está buscando una solución a su requerimiento. En este campo, en general, vemos que todavía se requiere mucha capacitación de las fuerzas de venta.

¿En qué consiste la propuesta de Weidmüller en este campo?
Más allá de nuestro amplio portafolio de productos, nuestra propuesta es brindar valor agregado y lo estamos haciendo, por ejemplo, desarrollando en conjunto con el cliente proyectos de monitoreo para importantes empresas mineras o de la industria de la celulosa. Asimismo, nos hemos posicionado como un importante referente en el área fotovoltaica.

En ese sentido, nuestra propuesta es ofrecer calidad de productos, servicio y de ingeniería, de modo que el cliente pueda obtener continuidad de servicio y calidad de producto final.