Una vez implementado un sistema de control en un proceso o máquina, es necesario asegurarse que éste opere correctamente conforme a lo especificado. Por un lado, estarán los ingenieros encargados de su recepción en cuanto a que el sistema haga lo que debe hacer; pero, por otra parte, es necesario que las personas que operan el proceso o máquina puedan usarlo correctamente y obtener de él todo el provecho para lo cual fue diseñado e implementado. Muchas veces, entre estos dos aspectos no existe un diálogo adecuado, lo que redunda en que aunque si bien el sistema implementado cumple con todas las expectativas, los operadores no saben utilizarlos adecuadamente. A mi juicio, esto se debe a las siguientes razones: No se ha capacitado adecuadamente a los operadores en cuanto al uso de los nuevos sistemas instalados. Los operadores no participaron en las etapas de concepción e implementación. Los nuevos sistemas modifican sustancialmente la antigua forma de operación. Para resolver el problema planteado, es importante tener en cuenta los tres puntos anteriores, comenzando por el tercero, luego por el segundo y, por consiguiente, el primero resultará casi innecesario, siempre y cuando los operadores ya estén capacitados, al haberse cumplido los pasos anteriores. Por supuesto, hay que tener en cuenta que al implementar sistemas muy distintos de operar a lo acostumbrado, y en cuya concepción e implementación no hayan participado los operadores, la tarea de capacitarlos será dura y extensa, especialmente si se han incorporado operadores nuevos. Aspectos claves Cuando se diseñan las interfaces de operador (HMI), un aspecto fundamental es tener en consideración alterar lo menos posible las formas antiguas de operar. Por ejemplo, si las alertas de fallas se daban mediante pilotos de color rojo, es recomendable mantener una continuidad en el estilo y el color utilizados anteriormente. También es muy importante que el operador se sienta cómodo al utilizar el sistema, de modo que se deben considerar aspectos tales como el idioma y usar tamaños de texto compatibles con la capacidad visual de los operadores. Aunque ambos conceptos parecen elementales, he visto muchas instalaciones donde los textos están en inglés y en tamaños difíciles de leer, que dificultan innecesariamente al operador, lo que no tiene ningún sentido, dada la capacidad de los dispositivos actuales. Finalmente, si hay que trabajar el aspecto de la capacitación de los operadores, un método fácil de implementar es incorporar en las interfaces instrucciones de operación y mantención. Los dispositivos HMI actuales permiten lo anterior de manera sencilla, por lo tanto hay que aprovechar esta capacidad al máximo. Resumen En resumen, al diseñar un nuevo sistema de control, debe tenerse muy presente incorporar interfaces de operador (HMI) configuradas con especial atención al operador, ya que el responsable de la adecuada operación y mantención del sistema no será en ningún caso el ingeniero diseñador. Para tal efecto, gastar algunas páginas en la especificación del proyecto referentes a los aspectos antes comentados e invertir tiempo en consultar a los operadores, resultará de alto beneficio al momento de operar los sistemas. Por último, aún ejecutado el proyecto con especial atención a los operadores, es fundamental evaluar que los operadores estén debidamente capacitados para su trabajo, por lo que cada proyecto deberá contener una descripción de sus capacidades como también la indicación de los métodos de evaluación y los resultados que se esperan. |