La presencia de gases no es solo exclusiva de procesos industriales, también se da en ambientes confinados como canalizaciones o vías subterráneas de empresas de telecomunicaciones, sumideros de pasos bajo nivel, cámaras de aguas servidas en edificios, estanques o ambientes encerrados, etc. La letalidad, explosividad o peligrosidad de un gas está dada por su composición, pero también por su grado de concentración; de ahí la necesidad de actuar a tiempo. Entre los gases más comunes y peligrosos, se pueden mencionar monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), oxígeno (O2), dióxido de azufre (SO2), ácido sulfhí- drico (H2S), amoníaco (NH3), metano (CH4, LEL), entre otros.

Por ello, se han desarrollado una gran variedad de equipos y soluciones tanto fijas como móviles, con tecnologías de celda electroquímica o infrarrojos, mono o multigas, on-off (detecta o no detecta) o con distintos tipos de alarma según niveles de medición predeterminados en la configuración, etc.

En este sentido, es esencial realizar un buen estudio de las instalaciones y del proceso por parte de empresas especializadas que le permita adquirir un dispositivo o sistema adecuado a los requerimientos específicos de cada aplicación para poder operar con los más altos estándares de seguridad y en cumplimiento de la normativa.

No solo es importante la selección de un sistema o equipo, sino también el soporte técnico para mantener los estándares de seguridad e integridad de los detectores en el tiempo. En este sentido, contar con un fabricante reconocido y a su vez con un distribuidor especializado con personal experto y una buena capacidad de respuesta y cobertura, es clave para el buen funcionamiento de los sistemas de detección, pues hay muchos aspectos involucrados como asesoría, capacitación, calibración y cuidados, mantención, entre otros de gran importancia.

En los últimos años, se han desarrollado detectores de H2S o ácido sulfhídrico, un gas mortal que emana de la materia orgánica en descomposición, por lo que está presente en plantas de tratamiento de aguas servidas y/o riles, pero también en procesos industriales como refinerías de petróleo y otros.

En general, se usan detectores de gas sulfhídrico H2S unipersonales, es decir, cada trabajador porta un detector como elemento de protección personal, el que disparará una alarma sonora y de vibración en caso de exposición al gas para advertir al trabajador oportunamente y ejecutar el procedimiento de seguridad que lo llevará a salvar su vida y, muy probablemente, la de sus colegas.

Generalmente, estos equipos tienen un diseño ergonómico con pantalla de alta visibilidad de fácil lectura. Algunos fabricantes han diseñado modelos de operación sencilla (mediante un solo botón) que permiten el uso con guantes de todo tipo. En todo caso, los equipos deben generar una señal audible de altos decibeles, vibración y alarmas lumínicas.

Asimismo, el equipo debe ser liviano de fácil mantenimiento y reparación sencilla, contener sensores con rango de medición de 0 a 200 ppm de H2S y resolución de 0,1 ppm, que permita operar en rangos de temperatura operacional de -40°C a 60°C, brindando más confiabilidad y calidad, mayor estabilidad en la medición, entre otras cualidades.

Calibración de los equipos

Un aspecto importante de los detectores se relaciona con la calibración, y en ese sentido, un buen detector debe ser fácilmente integrable con plataformas que combinen módulos de acoplamiento inteligentes con software especializado, a fin de proporcionar una gestión automatizada de los detectores, lo que permite al usuario una mejora importante en la productividad, la fiabilidad y la eficiencia.

El uso de estaciones automáticas de calibración de última generación, permitirá que las mediciones de H2S en terreno queden registradas en el datalogger del detector y se puedan descargar al software, donde se pueden combinar y administrar mediante plataformas de monitoreo y análisis, para automatizar tareas clave de reportabilidad de acuerdo a la normativa vigente, como la administración de los registros detallados de alarmas en el periodo mensual, certificados de calibración, certificados de contrastación y estadísticas de consumos, usuarios y cada aspecto que se solicite en la normativa interna de HSEC.

La estación de calibración además deberá proveer el registro de los certificados de calibración en forma digital, manteniendo en línea un registro de certificados, estadísticas y reportes automáticos, que son consultables y auditables en línea 24/7 garantizado la calidad de la información disponible sin error por procesos manuales y reportes escritos en papel físico.

Entre las funcionalidades que debe tener el software de las estaciones de calibración, es fundamental contar con las siguientes:

• Reportes Automatizados: mediciones y alarmas del dispositivo, calibración y pruebas de contrastación. Centro de documentación centralizado y en red, habilitando el respaldo y un fácil acceso. Investigación inteligente de incidentes a través de informes de eventos centralizados.

• Manejo de flota en múltiples plantas o áreas: El panel del sistema debe permitir la identificación rápida de áreas de cuidado; ofrecer notificaciones automáticas de eventos por correo electrónico y SMS, y acceder a los datos de múltiples sitios en cualquier momento desde cualquier lugar de trabajo con conexión a Internet.

• Administración de dispositivos en línea: Ahorro de tiempo a través de la administración programada y masiva de detectores. Mayor productividad habilitada por la abstracción de información mejorada para análisis estadístico. Configuración de detectores más sencilla mediante grupos unificados. Mantenimiento periódico a través de la gestión de firmware actualizada.

• Gestión segura y flexible de usuarios: Control de acceso gestionado para una mayor seguridad de los datos. Acceso basado en roles para la seguridad de la información, mediante 5 roles de acceso para Trabajadores, Supervisores, Jefes de Área, Brigada de Emergencia y Gerencia.


De este modo, se logra configurar una solución que combina e integra equipos y software para manejar los más altos estándares de calidad, confiabilidad, disponibilidad y nivel de servicio, conforme a requerimientos planteados, basados en normativas internas (HSEC) y a las disposiciones legales vigentes, asegurando las mejores condiciones de seguridad para las personas involucradas en la operación, gestión de HSE y un alto compromiso con los trabajadores, las instalaciones y el entorno circundante.