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Eduardo Cordero, Director de AIE:
“El sistema normativo es el adecuado si los instaladores e ingenieros siguen el espíritu de la ley”

Como co-founder y CEO de la empresa KOLFF, este ejecutivo tiene una larga trayectoria profesional vinculada a la iluminación de emergencia. En esta entrevista conocimos su opinión respecto al estado del arte de esta tecnología y su visión de la evolución de estos sistemas esenciales para la seguridad de las personas.
Eduardo Cordero.

¿Qué rol debe jugar la iluminación de emergencia?
Los sistemas de iluminación de emergencia están diseñados para ayudar a evacuar personas desde recintos tanto cerrados como al aire libre, ante la ocurrencia de un siniestro (terremotos, inundaciones, incendios, etc.) que corte el suministro eléctrico. También impiden que las personas entren en pánico, al quedar a oscuras en el caso de un corte de energía. Por su importancia, la iluminación de emergencia está regulada en prácticamente todo el mundo. En general, la norma más empleada son los estándares IEC, aunque existen algunas normas específicas para determinadas aplicaciones, especialmente en áreas industriales. Asimismo, grandes ciudades - por ejemplo, Nueva York y Chicago- también han implementado sus propios reglamentos para la instalación de luminarias de emergencia.

En Chile, ¿qué norma rige la iluminación de emergencia?
Actualmente, la normativa vigente es el Pliego Técnico Normativo RIC N° 8 del Reglamento de Seguridad de las Instalaciones de Consumo de Energía Eléctrica, que se publicó el pasado 5 de marzo en el Diario Oficial. Como la anterior (la NCh 3/2004), esta requiere que se deben instalar equipos de iluminación de emergencia en recintos de afluencia de personas (por ejemplo, cines, teatros, hospitales, centros comerciales, edificios de oficinas, etc.), y dependiendo de las características de dichos lugares, será el número mínimo de luminarias a instalar.

Gran parte de este reglamento está basado en el estándar IEC, siendo el único diferenciador la autonomía del equipo: IEC exige un mínimo de 60 minutos, mientras que la norma chilena exige 90 minutos, respondiendo al hecho que nuestro país es una zona sísmica. De hecho, California (otra zona conocida por su gran número de movimientos telúricos), también demanda 90 minutos de autonomía.

¿Introduce nuevas exigencias este nuevo reglamento?
Lo más destacable es que exige que los sistemas de alumbrado de emergencia deben cumplir una certificación de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, la que no era requisito en la norma anterior. Para ello, hay un procedimiento que deben llevar a cabo laboratorios independientes, de forma muy similar a la certificación que se realiza con otros artefactos eléctricos para consumidores.

Fotos: Gentileza KOLFF.

En este aspecto, ¿nuestra normativa está a la altura de lo que se espera?
Mi opinión personal es que hemos avanzado bastante, pero lentamente. Es cierto que hay que ajustar ciertos aspectos, pero los cambios en la norma son de largo aliento. Creo que si los instaladores e ingenieros siguieran el espíritu de la normativa vigente, tenemos un buen reglamento en este ámbito.

Hablando de tecnología, ¿cómo han evolucionado los sistemas de iluminación de emergencia?
Por lo general, la tecnología de la iluminación de emergencia va a la par de aquella usada en la iluminación en general. Los primeros equipos de iluminación de emergencia tienen larga data, y los primeros modelos tenían lámparas incandescentes con filamento de tungsteno. Por muchas décadas, esa fue la tecnología de iluminación a ocupar, junto a baterías de plomo y con cargadores eléctricos con controles de la época, por lo que requerían un programa de mantenimiento muy estricto y periódico.

Ya a fines de la década de los 70, empiezan a fabricarse baterías de plomo selladas y de gel para este tipo de equipos, y cambian las tecnologías de las fuentes de luz, pasando a usarse focos halógenos y lámparas fluorescentes, trayendo aparejado un menor consumo y una mayor capacidad lumínica.

Ahora bien, otro cambio interesante fue la aparición de la tecnología LED que comenzó a finales de los 90, masificándose en la década de los 2000, llegando al punto que hoy no existen prácticamente luminarias de alumbrado de emergencia que no incorporen LED. Esta tecnología permitió que el consumo energético baje notablemente, obteniendo ahorros de energía de 100% e incluso 200% en comparación a las fuentes de luz más antiguas. Por esto, se han logrado equipos de dimensiones más pequeñas o con mayores autonomías.

¿Qué está pasando con las baterías de litio?
Si bien los sistemas de baterías de litio se han venido incorporando a los sistemas de alumbrado de emergencia, es un tema con el que los fabricantes deben tener mucho cuidado: si estas no son bien monitoreadas y administradas eléctricamente, o si los sistemas de carga y descarga no son los adecuados, se pueden ocasionar algunos accidentes con resultados que van desde el daño de la batería hasta el inicio de un incendio. Por lo tanto, esa tecnología debe usarse aplicando todas las normas que existan al respecto.

Creo que la mayoría de los equipos de iluminación de emergencia todavía están basados en baterías de plomo sellado y que estamos en una transición tecnológica hacia el litio. En ese sentido, prevalece el criterio que tengan las diferentes fábricas y marcas para ir adaptándose a las tecnologías que están imperando en el mundo.

Finalmente, ¿qué mensaje entregaría a nuestros lectores?
Es muy simple: La iluminación de emergencia es necesaria en cualquier inmueble y se deben instalar equipos que cumplan la norma, estén certificados y que cuenten con el respaldo de parte de las compañías y fabricantes que los comercializan.

En ocasiones, vemos equipos que vienen del extranjero, a precios muy bajos, con claras deficiencias, pero eso va a ir cambiando, pues se tomará conciencia de que equipos de seguridad como estos deben ser confiables y cumplir con su función. Cuando haya un terremoto, no podemos dejar de evacuar a la gente de un edificio de 20 pisos, porque los sistemas de alumbrado de emergencia no funcionan. Hay que tener conciencia de su importancia para la seguridad de las personas.

Julio 2020
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