Ignacio Santa María.

En eficiencia energética, ¿qué metas se lograron en el proyecto Avant Garde?
Considerando la suma de los 75 departamentos, y en base a la herramienta de cálculo del sistema oficial CEV v2.2 del Minvu, el edificio alcanza una reducción anual de 79 MWh de demanda de calefacción y 38 MWh de demanda de enfriamiento, representando una reducción de entre 58% y 60%, y un aumento en el confort térmico interior. En gastos de calefacción, esto equivale a un ahorro anual promedio de $121.000 por departamento.

Asimismo, 5 departamentos obtuvieron letra A; 54, letra B, y 16, C. El conjunto de viviendas alcanza un ahorro equivalente a una letra B.

¿En qué consiste la Calificación Energética de Viviendas (CEV)?
Desarrollada por el Minvu, la Calificación Energética de Viviendas (CEV) permite al público comprador evaluar y comparar características de las viviendas, para así poder conocer su demanda de energía y su impacto en el medio ambiente. Esta considera una suma de factores que influyen en forma dinámica en el comportamiento energético de la vivienda. Respecto a la letra obtenida, en estricto rigor la CEV es por unidad de vivienda, pero igualmente se entrega un indicador global promedio de todo del edificio.

En este sentido, Avant Garde obtuvo un 60% de menor demanda de energía en calefacción y enfriamiento, en comparación a un edificio construido de acuerdo a la Normativa Térmica de la zona de Puerto Montt, lo que equivaldría a una letra B.

¿En qué se diferencia a una construcción convencional?
Las diferencias con construcciones convencionales tienen que ver con diversos factores, como el tamaño y la composición de las ventanas, la iluminación natural y la ventilación. En el caso de Avant Garde, el edificio no cuenta con ventanas demasiado grandes, ya que es un proyecto en la zona sur, pero sí con ventilación, son de termopanel (DVH), y tienen marcos de PVC. Esto mismo ocurre en los pasillos, que poseen ventilación e iluminación con luz natural, lo que disminuye los gastos de luz y calefacción para los residentes. Otra gran característica, que diferencia a este edificio de otros de la zona, es que cuenta con una doble piel ventilada, que está tras la terminación metálica que se puede observar desde el exterior. Esta posee una capa de aire, una membrana que filtra y un aislante térmico, que es un aislapol (EPS) de alta densidad. Esta es una tecnología muy moderna, que se está ocupando en varios países y que cada vez se está utilizando más en Chile. En este aspecto, Avant Garde superó los indicadores de las normas de aislación térmica, que consideran que hay que tener un determinado espesor de aislación en los muros, techos y pisos.

Por otro lado, sus artefactos sanitarios son de dos pulsores, lo que reduce el consumo de agua. Además, la calefacción es eléctrica y debido a la aislación térmica del edificio, su uso es menos necesario que en otros inmuebles. Por su parte, los espacios comunes cuentan con tomas de luz natural, mientras que la iluminación artificial cuenta con sensores de movimiento, lo que también disminuye el consumo de electricidad.

¿Implementaron algún tipo de automatización o control centralizado?
El edificio tiene un diseño estándar en cuanto a automatización y control centralizado. Posee sistema de alarmas, citofonía y circuito cerrado de televisión. Además, si bien no era una exigencia, se realizaron las instalaciones para que pudieran acceder los diferentes portadores de telefonía, datos y televisión por cable, además de contar con una antena satelital unificada.

En ese sentido, ¿por qué se sometieron voluntariamente a la Calificación Energética de Viviendas?
Como Grupo GA, decidimos anticiparnos a la CEV ya que sabíamos de la importancia de la Ley de Eficiencia Energética (actualmente en trámite en el Congreso) a nivel país y del impacto que esta busca tener en la descontaminación de Chile. Por otra parte, como inmobiliaria creemos sumamente importante anticiparnos a los cambios e innovaciones que ocurren en nuestra industria, más aún si este tipo de medidas busca mejorar la calidad de vida de las personas que habitarán nuestras obras.

La Ley de Eficiencia Energética es muy importante, ya que busca promover la gestión de energía en grandes consumidores como las empresas mineras,

cementeras y forestales, pero también en otras industrias como la inmobiliaria. Con esta ley se espera un 5,5% de reducción de consumo energético a 2030 y un 7% a 2035. Específicamente, la ley establece que las viviendas nuevas que sean comercializadas deberán contar con la evaluación de la Calificación Energética de Viviendas (CEV). Aunque no hay porcentajes mí- nimos a cumplir, una vivienda que sólo cumple el mínimo de la norma térmica vigente, tendrá aproximadamente una Calificación E, lo que significa que ahorra hasta un 20% de energía. Sin embargo, el etiquetado y sus letras son bastante exigentes, ya que tener una letra A+ -evaluación máxima- requiere un ahorro de demanda energética sobre el 85%.

Por otra parte, esto tiene un impacto para las personas. Para quienes tienen una mayor conciencia sobre el de cuidado del medio ambiente, esto es sumamente significativo y seguramente debe haber influido en su decisión de compra, además de una importante reducción de los costos de la energía.

Además, en el uso de sus departamentos deberían tener menos humedades y condensación, en la medida que realicen una buena ventilación, además de sentir mayor confort interior por la menor oscilación térmica al interior de los departamentos.

Por último, una vivienda con letra D o superior en la herramienta CEV puede optar a un crédito hipotecario del BancoEstado con una tasa de interés menor, lo que se conoce como ´crédito verde´.

¿Qué aspecto fue el más complicado para lograr dicha calificación?
Una de las dificultades es el aumento de costo y que se produce en dos áreas. En los proyectos, ya que debe realizarse la contratación de una empresa asesora que realice la evaluación y propuesta, que en este caso fue Arquiambiente, en donde tuvimos la participación y apoyo del arquitecto José Tomás Videla. Por otra parte, aumentan algunos costos directos en ventanas, sistemas sanitarios y eléctricos. En nuestro caso particular, también por la “doble piel ventilada”, que significa un gasto extra que fluctúa entre 3 y 5 UF/m2.

Otra de las dificultades que se nos presentó para el cumplimiento de la calificación de acuerdo al sistema CEV, fue el tamaño, materialidad y ubicación de las ventanas. En otros proyectos, esto ha generado la necesidad de modificar la arquitectura, para así achicar las ventanas de las viviendas que dan hacia el sur, orientación en la que normalmente se siente más frio.