Cables para instalaciones de pública concurrencia Desgraciadamente, en ocasiones nos encontramos con noticias desagradables relacionadas con incendios eléctricos que ocasionan importantes daños materiales y hasta irreparables pérdidas humanas.
Aunque los cables eléctricos no tienen tanta carga combustible como otros materiales de su entorno, ante un posible incendio es de vital importancia que los cables instalados reduzcan los efectos colaterales de su combustión (emisión de calor, propagación del fuego a otras zonas, generación de gases y humos tóxicos, corrosivos, conductivos, opacos) para garantizar una ágil y efi caz actuación, facilitando los trabajos de los equipos de extinción y las labores de evacuación.
En Chile, la utilización de cables con especial comportamiento en caso de incendio es obligatoria según Ofi cio Circular de la SEC Nº4.979 para instalaciones en lugares de alta concentración de personas como hospitales, centros comerciales, universidades y cines, entre otros. Dicho ofi cio obliga al uso de cable libre de halógenos, no propagador del incendio con baja emisión de humos tóxicos y corrosivos de baja opacidad (categoría AS) para los recintos considerados en el punto 4.1.24 de la norma NCH 4/2003 como “local de reunión de personas”. Resistencia intrínseca al fuego Ahora bien, para ciertos circuitos de seguridad en locales de reunión de personas, túneles o rascacielos, suele ser obligatoria en el ámbito internacional la instalación de cables con “resistencia intrínseca al fuego” (categoría AS+), los que -además de minimizar los efectos de su combustión- garantizan la continuidad de servicio de ciertos sistemas y equipos críticos (sistemas no autónomos de iluminación de emergencias, cámaras de vigilancia, ventilación, alarma, etc.), procurando con ello contribuir a las labores de señalización y extinción y devolver la operatividad a la infraestructura de la forma más rápida y segura.
Se denominan cables con “resistencia intrínseca al fuego” a aquellos que son capaces de mantener el servicio eléctrico durante y después de un fuego prolongado, a pesar de estar expuestos directamente a las llamas. Además, durante el tiempo que el cable garantiza el suministro eléctrico, no propaga el incendio ni emite gases y/o humos tóxicos, ácidos, corrosivos, conductivos u opacos.
Una vez vista la importancia de las instalaciones y cables eléctricos como factor de riesgo de incendio o propagación en todo tipo de construcciones, queda claro que podemos actuar de forma preventiva.
Artículo gentileza de Miguélez. / www.miguelez.com |