Las sequías rara vez afectan a todo un país. A menudo, el agua está disponible en algunos lugares, pero no en otros. Los esquemas de transferencia de agua resuelven este problema canalizando agua desde áreas de abundancia a lugares donde se necesita, aliviando los efectos de la sequía. A través de una solución que automatiza y alimenta la tubería y las estaciones de bombeo que transportan el recurso.

Las plantas de tratamiento de agua y aguas residuales son infraestructura crítica. Incluso, cuando las tormentas inundan las ciudades costeras y los ríos revientan, las plantas deben permanecer en funcionamiento, 24/7, en cualquier condición.

La energía representa entre el 55 y 60% del costo del ciclo de vida de una estación de bombeo. Al equipar las bombas con motores de alta eficiencia y variadores de velocidad, es posible reducir el consumo anual de energía de una estación de bombeo de tamaño mediano en aproximadamente un 25%, en comparación con el funcionamiento con motores de menor eficiencia a una velocidad constante.

Asimismo, las soluciones de control seleccionan automáticamente el número de bombas en operación para lograr el menor consumo de energía. Esto genera considerables ahorros en energía, extiende la vida útil de las bombas y libera a los operadores de la operación y monitoreo manual.

Según el Banco Mundial, en promedio, hasta el 25-30% del agua de una empresa de servicios públicos se pierde en la red debido a fugas y otros tipos de incidentes.

La detección de fugas es una piedra angular para sistemas de transmisión y redes de distribución de agua. Actualmente se utilizan software con algoritmos avanzados para detectar, alertar, administrar y proporcionar información en tiempo real sobre fugas, explosiones y otras ineficiencias de la red de distribución de agua. Los sistemas de detección de fugas son excepcionalmente precisos y pueden detectar fugas en segmentos de tubería que pueden tener cientos de kilómetros de longitud. A esto se suman productos de medición de agua que miden flujo, temperatura, presión, nivel, y otras variables esenciales para la detección de fugas.

La calidad del agua potable y el manejo de las aguas residuales es un desafío constante para los servicios públicos. Para esto se utilizan soluciones de medición y análisis digital para flujo, presión, nivel y calidad, incluidos análisis de conductividad, turbiedad, pH, munición y fosfato. Los datos de estos dispositivos generan informes para los reguladores mediante sistemas de automatización. Los informes proporcionan valores mínimos, máximos y promedio en una amplia gama de intervalos (por hora, turno, semanal, etc.) para satisfacer todas las necesidades analíticas y regulatorias.

Mientras que las aguas residuales se limpian y reutilizan en muchas partes del mundo, en otras, su reutilización para la agricultura está prohibida por razones religiosas o culturales. Esto ahora está cambiando, abriendo nuevas oportunidades para que los países reciclen las aguas residuales limpias. Para evitar restricciones religiosas o culturales, generalmente se requiere una red de distribución separada para el agua recuperada, que luego se utiliza para el riego de áreas verdes y otros usos no potables.

En los mercados maduros de Europa y América del Norte, es poco probable que aumente el número de plantas de agua y aguas residuales. La rehabilitación es la estrategia: el sistema de automatización se renueva cada 10 años aproximadamente; la instrumentación, cada 15 años, y los equipos eléctricos, cada 20 a 50 años, según el tipo.

Debido a que las plantas de agua y aguas residuales son infraestructura crítica, la rehabilitación debe llevarse a cabo mientras la planta está en funcionamiento. Los cierres no son una opción.

Pocas empresas tienen la experiencia para hacer esto. En Alemania, los Países Bajos y los EE.UU., así como en partes de Asia, hay ejemplos de proyectos exitosos de rehabilitación de automatización, instrumentación y equipos eléctricos sin afectar las operaciones normales.