Rosa Serrano.

Cuando hablamos de sistemas eléctricos, ¿qué debemos entender por Resiliencia?
Resiliencia es un ámbito de estudio nuevo que busca establecer medidas para que el sistema eléctrico pueda afrontar de mejor forma eventos catastróficos. Esto, mediante la prevención, la anticipación, la limitación de la extensión y severidad del evento en sí mismo, así como a través de la pronta recuperación del sistema mismo.

En otras palabras, el objetivo de la Resiliencia es analizar cómo preparar el sistema para absorber y responder de mejor manera ante eventos catastró- ficos. En ese sentido, se diferencia del concepto de Confiabilidad, que sostiene que el sistema eléctrico debe operar bajo ciertos estándares que son altos, pero en condiciones conocidas.

¿Cómo se encuentra Chile en esta materia?
En el país, se han hecho varios esfuerzos. Por ejemplo, se han desarrollado varios estudios que abordan este tema entre la Universidad de Chile y la Universidad de Manchester, y en específico, se hizo un análisis muy interesante para ver cuáles serían las inversiones costo-efectivas en caso de terremotos de alto impacto. Otra medida que vale la pena destacar es la reciente inauguración del Instituto para la Resiliencia ante Desastres, dirigido por Felipe Machado.

En el ámbito del Gobierno, el Ministerio de Energía tiene una unidad especializada en análisis de catástrofes (Unidad de Gestión de Riesgos y Emergencias Energéticas), liderada actualmente por Óscar Álamos, donde monitorean diversos eventos de este tipo.

Entonces, si bien existen todas estas distintas iniciativas (y otras que no hemos mencionado, como algunas que impulsa el sector privado), están separadas y se necesita articularlas. Creo que hace falta ponernos de acuerdo para ver hacia dónde queremos y podemos apuntar en este ámbito, porque los desastres naturales tienen un alcance tan amplio, que no basta con que los distintos componentes del sector eléctrico busquen una solución; hay que ponerse de acuerdo con más agentes para estudiar cómo en conjunto podemos abordar de manera integral estos desafíos.

En ocasiones, pareciese que nuestra infraestructura eléctrica es poco confiable…
Como mencionó en su presentación Rodrigo Moreno, académico de la Universidad de Chile, la calidad de servicio que tenemos refleja, de alguna manera, los estándares que tenemos, pero estos aún son para situaciones de normalidad (o que no se salgan mucho de ella), no para eventos que podríamos calificar de catastróficos. Entonces, aparte de abordar qué pasa con todo el sistema en un desastre, debemos incrementar los estándares de confiabilidad que tenemos en una operación normal.

¿Ayudan los medidores inteligentes a tener una mejor Resiliencia?
Ya sea para mejorar los estándares de Confiabilidad o de Resiliencia, es básico contar con una visibilidad completa de la red, por lo que es tan lamentable el retroceso en la implementación de la medición inteligente. Si no contamos con elementos que nos digan dónde están los focos con desconexión de suministro, la gestión que se puede hacer no es muy buena.

Seminario "Avances en la Regulación en Distribución", organizado por CIGRE Chile.

¿Y el soterramiento?
Siempre he tenido claro que, en términos de costo-efectividad, el soterramiento es caro, por tanto, se requiere tener claridad de cuáles son los puntos dónde se decide tener redes soterradas. Esto se debe a que frente a ciertos tipos de eventos (por ejemplo, los climáticos, tales como los temporales), estas redes demuestran un excelente desempeño. No obstante, el soterramiento no exhibe el mismo nivel frente a acontecimientos como terremotos, pues si existen daños, el mantenimiento es mucho más complejo y caro. Por ello, el soterramiento es una herramienta muy buena, pero hay que saber dónde se aplica.

Al final del día, es muy importante ser muy responsable al determinar qué medidas se implementan, porque todo se paga e incrementan siempre los costos. Además, es fundamental la gradualidad, porque es muy complejo establecer medidas que signifiquen un alto costo y que no tengan un reflejo inmediato en la calidad de servicio. Entonces, hay que ser muy responsable en seleccionar las medidas que queremos ejecutar.

La Resiliencia, ¿debe formar parte de la norma técnica?
Es muy complejo, porque la norma técnica no tiene las herramientas para hacerlo: no hay un diagnóstico ni una política pública sobre los elementos de Resiliencia que se desea incorporar. Mal se podría establecer un nivel de Resiliencia si no hay un objetivo para saber hacia dónde ir. Sin embargo, a futuro, cuando ya contemos con esos términos, sí debería incorporarse.