Al imaginar un medidor de energía, se nos viene a la memoria el típico medidor electromecánico de inducción, con su disco girando cada vez que se produce un consumo de energía, pues recién a mediados de 1980 los fabricantes comenzaron a ofrecer medidores híbridos con registros electrónicos montados en los medidores de inducción.

A comienzos de 1990, los avances en la Electrónica permitieron a los fabricantes empezar a introducir medidores totalmente electrónicos y sin partes móviles. Estos desarrollos se realizaron en fábricas americanas y europeas, de marcas que siguen presentes en el mercado hasta ahora.

Chile no estuvo ajeno al desarrollo de tecnología de la medida eléctrica, ya que entre 1993 y 2001 un grupo de ingenieros fabricó los primeros prototipos de medidores electrónicos monofásicos. En el concierto mundial, la tecnología electró- nica utilizada tenía costos muy elevados en relación a los medidores de inducción, razón que impulsó a estos ingenieros a crear sus propios desarrollos “made in Chile”. Fue así como, entre 1993 y 1994, diseñaron el primer medidor monofásico 100% electrónico (“Cegtron”), fabricado con dispositivos y componentes adquiridos en casas comerciales de Santiago, dando la partida a un desarrollo que fue creciendo con el tiempo. Al año siguiente, crearon su primer medidor multiusuario (que se instaló en un edificio del sector Oriente de la capital).

En 2001, desarrollaron el primer medidor monofásico individual 100% electrónico de uso masivo. El mismo año, con el crecimiento inmobiliario de los edificios “Full Electric” en Santiago, diseñaron el medidor monofásico electrónico para Tarifas Horarias Diferenciadas (THR), cuya función es registrar el consumo diario de energía separado en distintos tramos horarios, permitiendo a los usuarios la redistribución de los mayores consumos hacia horarios fuera de punta. Para concluir, se generó el prototipo de medidor multiusuario compacto, bautizado como “Concentrador de Medida”.

Tras estos desarrollos, la idea era tomar los registros de lectura en forma remota para los clientes residenciales, para lo que se desarrollaron los equipos con comunicación PLC (Power Line Carrier) y RF (Radio Frecuencia). Estos avances permitieron ahorros significativos para las distribuidoras eléctricas en los procesos de lectura en terreno.

Posteriormente, se fueron incorporando a los medidores electrónicos otros elementos tecnológicos, tales como el relé, cuya función es realizar el corte y reconexión del suministro, sin la necesidad de que el personal de terreno lo realice en forma manual en las cajas de empalme o directamente en los postes de distribución.

Asimismo, estos medidores se fueron dotando con otros elementos y funcionalidades. Un ejemplo es el “Medidor Auditor”, que juega un rol importante en la detección de fraudes o hurtos de energía en los cables de acometida. En materia de gestión para el consumo de energía, se fabricó el primer medidor monofásico electrónico “Prepago”, cuyo proceso de recarga de energía se realizaba por medio de un diminuto chip de memoria, bañado en resina epóxica, el que se insertaba en el medidor en una cavidad compuesta de un terminal hembra, hoy conocidos como pendrive y puerto USB.

Asimismo, el “Concentrador de Medida” fue muy bien recibido por las empresas constructoras e inmobiliarias, pues implicaba un ahorro importante de espacios en la construcción de salas eléctricas y shafts necesarios para albergar los empalmes domiciliarios en edificios de departamentos.

La innovación y visión de futuro de los ingenieros que participaron en el desarrollo y evolución de los medidores de energía, lograron situar a nuestro país entre los pioneros de la tecnología de medida en Latinoamérica.