Hace algunos años, la Eficiencia Energética fue un tópico que adquirió relevancia en nuestro país, porque tenía los costos energéticos más altos del mundo. Al analizar otros países mineros (tanto de la Región como a los más importantes del mundo), ninguno se comparaba a los costos energé- ticos que tenía Chile. Entonces, cuando se examina la estructura de costo de los principales sectores industriales del país, el primer ítem es el capital humano, mientras que el segundo son los costos energéticos, por lo que un desafío importante es cómo optimizamos estos costos. Si bien, a partir de la última licitación, se mejoraron los precios en esta área, sigue siendo igualmente un costo relevante en la industria y en el país.

Si vamos a trabajar en la optimización energética, hagamos un “zoom” en cuá- les son los actores dentro de la industria que más consumen: luminarias, refrigeración, calefacción, etc. Sin embargo, no hay un consumidor más alto de energía en la industria que los accionamientos eléctricos, los motores eléctricos y los variadores de frecuencia. De hecho, el 60% de los costos energéticos en una industria son motores y variadores de frecuencia, por lo tanto es relevante priorizar las iniciativas de eficiencia energética en esa área, con un enfoque corporativo.

Una importante iniciativa ha sido el establecimiento de la ISO 50.001, una normativa de eficiencia energética que lo que busca es que la organización posea un medio ambiente dominado por políticas de sustentabilidad, haciendo mejores y más eficientes los procesos.

Al representar motores y variadores de frecuencia el 60% de los costos energé- ticos en una industria, la gestión de su consumo energético debe ser un tema de interés corporativo. Esto significa que la definición de este tema debe venir desde la primera línea de la dirección ejecutiva y llegar hasta los distintos colaboradores de la organización, de modo de generar un mayor incentivo en la implementación de las acciones que permitan reducir el consumo energético.

Es así como hay industrias que se comprometen y dicen: “para 2020, vamos a reducir un 20% de nuestro consumo energético”. Esa es una definición corporativa. En el mundo, varias empresas ya están incentivando el surgimiento de aplicaciones de eficiencia energética en sus trabajadores, compensándolos, por ejemplo, con el 50% de lo que se ahorre. En conclusión, las políticas de eficiencia energética tendrán éxito en nuestra industria si vienen de la Gerencia General o de la Dirección Ejecutiva.

¿Y cómo se vincula la digitalización?

Existe un vínculo virtuoso. La eficiencia energética se ve beneficiada de la digitalización que se realice en los accionamientos. Por ello, se trabajó para que la información que emana un motor o un variador de frecuencia, desde el punto de vista energético, pueda ser capturada y transmitida hacia donde uno quiera. Por ejemplo, hoy se puede llevar a la nube para procesar esa información y saber cuáles son los peaks de consumo, los puntos de operación más eficientes, los consumos que pudieran reducirse, la respuesta de proyectos que se implementaron de eficiencia energética, y si están funcionando en la realidad, versus la línea base que se estableció para esos proyectos. Entonces, si antes los procesos de eficiencia energética eran importantes, ahora lo siguen siendo, pero cuentan con un aspecto adicional: la digitalización del elemento principal de consumo energético en una industria, que son los motores y variadores de frecuencia.

De este modo, se puede tener hoy un monitoreo más fino, evaluar energéticamente la planta de mejor forma, hacer aplicaciones con desarrolladores independientes que permitan procesar esa información e incorporar Inteligencia Artificial.

Creo que lo más relevante es que los fabricantes y proveedores establezcan acuerdos con universidades para que hagan desarrollos. En nuestro caso, estamos generando alianzas con Centros de Desarrollo Tecnológico a nivel nacional, para potenciar las posibilidades que entrega la digitalización de nuestros equipos, a través de software y de plataformas móviles que permitan un mejor procesamiento de este tipo de información, incluso con aplicación de Inteligencia Artificial.

En dos años, la discusión ya se centrará en Inteligencia Artificial y, especialmente, en cómo procesar de manera autónoma la información, por ejemplo, a través de redes neuronales, para la toma de buenas y mejores decisiones y, a partir de un problema, tomar no solo una decisión, sino la mejor decisión.