¿Qué rol juegan las pequeñas y medianas generadoras en la matriz eléctrica nacional?
Hoy, más que nunca, los pequeños y medianos generadores están protagonizando el desarrollo de nuevas inversiones en el sector energético. Las condiciones actuales son distintas a las que había hace 15 años: el costo de las ERNC se ha reducido significativamente, generándose con ello más inversiones y desarrollo de tecnología.

Además, el mercado chileno es muy competitivo, permitiendo que exista un gran dinamismo en la concreción de proyectos interesantes para empresas de diferentes tamaños y que utilizan distintos tipos de tecnología. Desde 2011, nuestros asociados han contribuido con nuevas empresas e iniciativas, otorgando más competitividad al segmento y, por supuesto, una mayor reducción de precios. Sin desmerecer el rol de los grandes generadores, gran parte del desarrollo del sistema eléctrico se ha visto impulsado gracias a empresas medianas y pequeñas.

¿Discrimina el actual diseño del mercado eléctrico a los generadores medianos y pequeños?
No, en absoluto. Como entidad gremial, no creemos que exista algún tipo de discriminación desde el punto de vista regulatorio. Dada las características propias de este mercado, tal vez es un poco más complicado desenvolverse para empresas como las nuestras; el sector energé- tico es un segmento de infraestructura, de grandes inversiones, sin ningún tipo de subsidio, transformándolo en un rubro muy desafiante. Por suerte, es también un mercado muy abierto y competitivo, es decir, cualquiera pueda instalar una planta si cumple con las leyes eléctricas y ambientales. De hecho, nosotros estamos a favor de que no exista una gran injerencia por parte del Estado en materia de regulaciones.

¿Qué esperan de las leyes de Flexibilidad y de Distribución que se están discutiendo?
Este año y el próximo vamos a estar presentes en la discusión de estos dos grandes proyectos de ley. Quizás el más relevante, por su repercusión pública, es aquel relacionado con la distribución eléctrica. En ese sentido, nuestra visión apunta a que este mercado pueda abrir nuevas oportunidades para empresas generadoras que deseen participar de la venta de energía a todos los clientes; en ese sentido, el interés de la asociación es expandir dichas iniciativas para poder participar a todo nivel.

En cuanto al proyecto de flexibilidad, se busca principalmente perfeccionar la regulación en transmisión y cómo se logra integrar la mayor cantidad de energías renovables variables, manteniendo costos y seguridad. Ahí, lo relevante es ver cómo los mercados de energía, potencia y servicios complementarios son capaces de entregar incentivos correctos para hacer proyectos capaces de aportar una flexibilidad suficiente para la integración de las energías renovables variables.

¿Qué críticas haría a la nueva regulación sobre Servicios Complementarios (SC)?
Nuestra posición frente a dicha regulación es que, por un lado, ha sido correcto el proceso de liberalizar los SC y que la asignación de esos recursos sea hecha a través del libre mercado. Sin embargo, creemos que la fórmula utilizada en la elaboración de la ley no fue la más eficiente. En la subasta de corto plazo que, por ejemplo, busca licitar reservas secundarias, el sistema eléctrico troncal está basado en costos; no hay ofertas o subastas de corto plazo. La idea de que conversen un mercado de energía de costos versus uno de reserva de ofertas puede ser inconsistente desde el punto de vista económico.

¿Qué otros desafíos están enfrentando como gremio?
La asociación cuenta con un abanico amplio de socios, que van desde aquellos que tienen 4 MW instalados hasta centrales con sobre 700 MW, lo que es desafiante en cuanto a definir temas, propuestas y enfoques que debemos asumir para todos por igual. Por tal motivo, hemos elaborado ciertos principios que nos ayudan a enfrentar los retos del mercado: buscamos lograr la mayor competitividad posible dentro del segmento; creemos en la libertad económica y en que las decisiones de inversión deben ser asumidas por los entes privados; apostamos firmemente por la certeza jurídica y las reglas estables para llevar a cabo inversiones de largo plazo; y creemos en la neutralidad tecnológica, en el sentido de elegir las tecnologías más apropiadas a los requerimientos del sector.

¿Escucha el Gobierno las demandas y sugerencias de este gremio?
Desde hace varios años, hemos tenido plena apertura para participar con los diferentes tipos de autoridades en esta materia. Es así como las puertas del gobierno (actual y pasado) siempre han estado abiertas para plantear temas relevantes, ideas y propuestas. Nunca ha habido reparos tampoco en ese sentido por nuestra parte. Me parece que es algo positivo y se está haciendo ya una sana costumbre en el sector eléctrico. Los tres pilares de la normativa eléctrica (ley, reglamento y norma técnica) siempre se discuten de manera abierta y participativa, lo que constituye un verdadero ejemplo para otros rubros del quehacer nacional. El tema energético es cada vez más un asunto de Estado y, en ese sentido, la autoridad tiene bastante claro su importancia estratégica para el país.

Como gremio, ¿qué planes, objetivos y metas tienen para este año?
Uno de nuestros grandes objetivos siempre es que las leyes deben tener un gran foco en la calidad del servicio eléctrico y en el mejoramiento de la calidad de vida de todos los chilenos. Entre nuestros planes, además, tenemos en carpeta continuar trabajando con las normas técnicas y reglamentarias del sector, especialmente la reforma al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental; profundizar en la reforma al Código de Aguas; discutir respecto a la inclusión de un mayor número de mujeres y las nuevas necesidades laborales en el rubro; y lograr siempre la mayor competitividad posible para nuestra industria.