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UNA MIRADA DESDE LA PERSPECTIVA TÉCNICA
La implementación de medidores inteligentes

La puesta en marcha del proceso regulatorio y normativo que obliga a las empresas de distribución eléctrica a incorporar medidores inteligentes, se ha tomado el debate nacional, centrándose fundamentalmente en materias de orden político y dejando de lados los aspectos técnicos que permiten comprender la importancia de esta evolución en nuestros sistemas de medición.

El despliegue de una infraestructura de medición inteligente para la distribución eléctrica resulta fundamental y necesario para el desarrollo de toda una nueva forma de gestionar la energía en los próximos años. Las principales urbes de Chile ya están avanzando a ser ciudades inteligentes, lo que trae consigo nuevos recursos, servicios y perfiles de consumidores y que la red eléctrica será cada vez más utilizada como “respaldo”, requiriendo de los más altos estándares de calidad de servicio.

A nivel global, la industria de la medición inteligente está en pleno crecimiento; para 2016 existían más de 700 millones de medidores instalados en servicios públicos de electricidad y gas. En Latinoamérica, México y Brasil lideran los mayores despliegues, seguidos de Colombia, tendencia a la que se está sumando Chile, Perú y Argentina, como emergentes durante la próxima década.

Las empresas eléctricas se benefician del uso de medidores inteligentes para mejorar la confiabilidad de la red eléctrica, la precisión de la facturación, la detección de fallas y hurtos de energía, y para diversificar la oferta de servicios energéticos, pero también les permite optimizar sus inversiones, sus costos de operación y la automatización de sus redes. Por el lado de los usuarios, se vislumbran múltiples beneficios, algunos de ellos escalables en la medida que la regulación sea adaptativa en términos tarifarios, de competitividad y de inclusión de nuevas tendencias en recursos y servicios energé- ticos distribuidos. Los beneficios directos irán por una mejor calidad de servicio, gestión de la energía, nuevas opciones tarifarias y de servicios energéticos, asociados a la maximización de la gestión del dato almacenado en los medidores inteligentes. Además, se espera que todas las eficiencias que se logren en la empresa eléctrica con la introducción de estas tecnologías se traduzcan en rebajas en el precio de la electricidad, en su componente de distribución.


Revolución energética

El rápido avance y acceso a nuevas tecnologías en materias energéticas, como la generación distribuida o residencial, el almacenamiento energético y la electromovilidad, pondrán en jaque la sostenibilidad técnica y económica de los sistemas y los modelos de negocios de la industria de distribución eléctrica, tal cual hoy los conocemos.

El impacto que esta transición y revolución energética traerá a nuestro entorno es comparable con los cambios experimentados en Chile hace un siglo, con la aparición de los primeros tranvías eléctricos, la electrificación masiva de los hogares y la iluminación de las calles con ampolletas. Tal vez, en 10 años más, será común ver las casas con paneles solares fotovoltaicos incorporados para autoconsumo eléctrico y así poder recargar el auto eléctrico estacionado en el patio. Los pasos que está dando nuestro ente regulador, al establecer una política energé- tica de largo plazo, servirá para promover estos nuevos escenarios, varios de ellos disruptivos. Es por ello que estos avances normativos requieren del apoyo y participación de toda la industria, entes privados, organismos públicos, academia y ONGs, de modo que exista un debate nacional constructivo, en base a un diálogo técnico y cuyas conclusiones puedan ser difundidas de forma eficaz y simple para que la ciudadanía esté al tanto de los cambios (y beneficios) que se vienen.

Ahora bien, es materia de otro debate evaluar cómo se está implementando la política pública para adoptar una nueva regulación a la industria de la distribución eléctrica y la manera de cómo se socializará este cambio de paradigma en la ciudadanía.


Nueva normativa

La Norma Técnica de Calidad de Servicio para Sistemas de Distribución publicada en diciembre de 2017, establece exigencias y estándares de Calidad de Servicio para estos sistemas, y adicionalmente, exige un plan a las empresas eléctricas para adecuar sus sistemas de Medición, Monitoreo y Control, sobre la base de instalar masivamente medidores inteligentes que permitan monitorear las nuevas exigencias de Calidad de Servicio.

Por su lado, el Anexo Técnico de Sistemas de Medición, Monitoreo y Control de la Norma Técnica de Calidad de Servicio para Sistemas de Distribución, establecerá las exigencias técnicas mínimas que permitan asegurar un nivel de calidad, seguridad, escalabilidad e interoperabilidad para los sistemas de Medición, Monitoreo y Control que deberán implementar las Empresas Distribuidoras. Este anexo fue revisado por los diversos actores de la industria agrupados en la Corporación Chilena de Normalización Electrotécnica (Cornelec), la que por medio de su Comité Técnico Smart Grid (sistemas de medición inteligente), realizó las consultas, observaciones y modificaciones necesarias para lograr un reglamento que se adecuara a los estándares de calidad internacionales y a las necesidades del país.

Chile cuenta con un marco regulatorio vigente, organismos de certificación y laboratorios de ensayos autorizados por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, para la certificación y autorización de comercialización de los medidores eléctricos. Este marco está basado en los estándares internacionales IEC, lo que coloca a Chile en una posición de ventaja con un mercado justo y fluido, cuyos productos cuentan con las más altas exigencias en seguridad y metrología.

La próxima definición de requisitos de la nueva Unidad de Medida que traerá la normativa técnica, planteará nuevos desafíos al regulador, en cuanto a la evaluación de conformidad y certificación de los medidores inteligentes y de los sistemas de monitoreo y control asociados, vislumbrándose la necesidad de revisar y/o confeccionar nuevos protocolos para su certificación u homologación.

Por lo anterior, se debe fortalecer el trabajo y aporte permanente de la industria privada con los diversos estamentos públicos, organismos internacionales, academia y entidades sociales, con el objeto de adecuar la normalización electrotécnica para la Medición Inteligente, sumando también los nuevos aspectos que traerá la próxima directriz normativa, en materias de ciberseguridad, comunicaciones, propiedad y tratamiento del dato. En tal sentido, Cornelec, que es además el representante de la IEC en Chile, ha asumido un rol facilitador, reuniendo a la industria y a la autoridad pública en un trabajo colaborativo que ha permitido avanzar en el desarrollo de reglamentos que garanticen un mercado electrotécnico justo, de calidad, y seguro para sus usuarios.


Por Víctor Hugo Tapia Fredes, Comité Técnico Smart Grid, CORNELEC.
Artículo gentileza de CORNELEC, Comité Nacional Chileno de la IEC / www.cornelec.cl
Mayo 2019
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