Tras adjudicarse un contrato de Mantenimiento y de Facilities Management para un edificio corporativo farmacéutico, Sodexo logró reducir considerablemente el consumo eléctrico y de gas de estas instalaciones. “Esto nos impulsó a planificar nuevas mejoras, como disminuir los niveles de CO2 en el ambiente y reducir los costos de gas”, explica Mario Castro, Supervisor de Mantenimiento de Sodexo.

Para optimizar el consumo energético de las calderas, la compañía implementó diversas medidas, entre las que destacan:

1. Cambio en la frecuencia (Hz) de funcionamiento de las bombas de circulación, las que llevan el agua hacia las 49 condensadoras responsables de la climatización del edificio. Esto ayuda a que el agua pase más lento por los intercambiadores de calor y absorba más eficientemente la temperatura del agua de la caldera. En particular, la frecuencia se redujo de 50 a 40 Hz, lo que significó una disminución de 50 a 37 A y de 30 a 15 kWh, generando un ahorro aproximado de $1.300.000.

2. Se automatizaron las calderas mediante un sistema de control centralizado, el que permite revisar los parámetros y los encendidos de estos equipos con visualización a través de computadoras.

3. Se realiza de manera semestral un vaciado completo de las aguas y una medición del agua de las calderas, para saber su nivel de conductividad y dureza. De este modo, se conservan niveles que ofrezcan la mayor transferencia de temperatura y eviten las incrustaciones de sarro en cañerías.

En todo caso, Castro sostiene que “lo primordial siempre es una lectura correcta de los parámetros de medición, para determinar los excesos de aire y la mala combustión en una caldera, y con ellos, regular los quemadores para una combustión perfecta”.

Para bajar aún más el consumo de gas de las calderas, se aislaron las tuberías que transportan el agua caliente. Asimismo, se optimizó el funcionamiento horario de las calderas para evitar un funcionamiento continuo, sino que sea por la temperatura del agua.

Además, la empresa emprendió un programa que incluyó medidas como mantención óptima de los quemadores (ajustes mensuales), medición de gases, tratamientos químicos y limpieza de hogar.

De acuerdo a Castro, el principal beneficio de tener un sistema de calefacción en óptimas condiciones es la continuidad operacional, ya que, para efectos legales y ante la Seremi de Salud, los parámetros y revisiones de las calderas son requerimientos de las actuales normativas vigentes. El profesional también destaca que este programa de medidas representó una relevante caída en la facturación de consumo de gas.

“En todo caso, otro de los beneficios es, sin duda alguna, la disminución en la emisión de CO2, lo que contribuye a no contaminar el medioambiente”, afirma.