Hace un par de semanas participé en la misión público-privada de la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio (AmCham Chile), cuyo objetivo era conocer la experiencia de Estados Unidos en el uso de Inteligencia Artificial en múltiples empresas y así entender mejor cómo nuestro país puede aprovechar su potencial enorme en la transformación de los negocios en todas las industrias.

Esto está en línea con el resultado del estudio sobre Desafíos Empresariales que realizó EY durante 2018, que reveló que un 54% de las empresas encuestadas considera que la incorporación de tecnologías disruptivas es una de las tendencias que será más importante para su sector en la próxima década. Ejemplos como estos muestran que en Chile hay mucho interés por conocer lo que está pasando afuera en países de avanzada y aprovechar ese potencial para lograr que Chile se inserte de lleno en esta era de constante disrupción, dado el avance de tecnologías como Automatización Robótica de Procesos (RPA), Inteligencia Artificial, Internet de la Cosas, Big Data, Advanced Analytics, Blockchain y tantas otras.

Ahora bien, a pesar de existir este interés permanente en la actualidad, estamos con una brecha enorme respecto de lo que está pasando en el mundo. Para que no quede solamente en una opinión personal, les voy a entregar algunos datos que ayudan a entender mejor nuestra situación como país:

1.- El World Economic Forum creó el Networked Readiness Index, un indicador clave que mide cómo los países están operando en este mundo digital actual. Este índice cubrió 139 economías a nivel global. En dicho ranking, somos el número 38 midiendo todas las variables, pero particularmente me llamó mucho la atención nuestra falta de habilidades digitales, donde somos apenas el número 67. Tal vez alguien dirá por ahí: “al menos somos el mejor de Latinoamérica”, lo que nos deja un consuelo muy pequeño.


2.- La OCDE publica su informe “Digital Economy Outlook” donde verifica tanto las oportunidades como los desafíos que se presentan en la economía digital, y cómo los países de la organización están aprovechando las ventajas que entregan las Tecnologías de la Información.

Cuesta encontrar algún indicador donde Chile aparezca en algún lugar al menos intermedio, teniendo incluso casos como la exportación de tecnología donde estamos en los últimos seis lugares o en índices como el gasto en I+D o desarrollo de patentes en tecnología donde somos el último país en el ranking.


3.- El Harvard Business Review, en colaboración con Fletcher School at Tufts University and Mastercard, crearon el “Digital Evolution Index”, que analiza el estado y la tasa de evolución digital en 60 países. Chile está en el número 30 del ranking, en la categoría “Break Out”, que es el lugar donde el puntaje obtenido en términos de evolución digital es bajo, pero se espera que haya un cambio hacia futuro.


4.- La Fundación País Digital de Chile desarrolló un estudio, denominado “Índice País Digital”, donde realizan mediciones de diferentes componentes a nivel país del avance digital que estamos logrando. Es un índice bastante completo que se basa en tres pilares que miran a las empresas, el gobierno y los usuarios. En su última medición, este presenta un retraso de 23 meses para alcanzar el desarrollo digital en comparación a la nivelación de valores OCDE y propuestas de Agenda Digital 2020. Lo interesante de esta medición es que, según los cálculos de la Fundación, permitiría hacer crecer al país un 1% anual de acá al 2020 si se lograran alcanzar las metas propuestas.

Tengo la suerte de haber estado vinculado al mundo de tecnología por más de 20 años, y he podido ver cómo los cambios se han dado en estas dos décadas a una velocidad que parece abismal. No obstante, como dice el periodista Graeme Wood: “El Cambio nunca ha sucedido tan rápido antes, y nunca será tan lento nuevamente”, y si Chile no despierta de este momento de sueño en el que está inmerso, el Tsunami Digital seguirá de largo con todo a su paso.

Si bien esta data puede ser contundente a la hora de analizar cómo estamos como país en estos momentos de transformación y disrupción digital, soy un convencido de que estos resultados cuando los analicemos en los próximos tres años al 2020, serán muy diferentes.

Chile tiene una institucionalidad impecable, una economía abierta y altamente conectada, talento que no tiene nada que envidiar a ningún lugar del mundo y empresas que hoy más que nunca están dispuestas a apoyar la transformación, por lo que es solo creer que podemos salir de este sueño. Ver empresas como Carozzi o Falabella, que tienen sus centros de distribución automatizados, ver al nuevo Gobierno trabajando en una agenda Digital desde que se instaló hace un año, o casos como Cornershop y tantas otras startups exitosas, me hacen creer que es posible, y que Chile será un ejemplo de cómo aprovechamos desde este lejano rincón del planeta todas estas bondades para lograr la digitalización de punta a punta en todo nuestro quehacer nacional.