Anivel gubernamental, uno de los mayores hitos de 2018 fue la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y la designación de Andrés Couve Correa como su primer ministro y la designación de Carolina Torrealba Ruiz-Tagle como su primera subsecretaria. Esperamos que este ministerio nos ayude a desarrollar la Tecnología en nuestro país, lo que nos permitirá convertirnos en un país desarrollado, objetivo tan anhelado por todos nosotros.

En este ámbito, otra gran señal fue la definición de los subsidios que Corfo considerará para los próximos años. Confiamos que esta definición sea de largo plazo y que no tengamos un nuevo cambio drástico en cuatro años más, como lo hemos estado viviendo durante las últimas dos décadas, porque nuestra industria requiere de políticas claras y duraderas para poder planificar nuestra inversión.

Como industria y asociación, trabajamos arduamente durante 2018 en los tres frentes que definimos a principios de año y que estamos convencidos son los ejes principales del desarrollo del país: la Transformación Digital, las Energías Renovables y el Capital Humano que se requiere para los desafíos que tenemos y tendremos a futuro.

El mundo está enfrentando grandes cambios y, como país, no nos podemos quedar atrás. La forma en que vivimos, comunicamos, entretenemos, trabajamos, desplazamos, han evolucionado drásticamente gracias a las oportunidades que nos brinda la Tecnología. Chile debe dar los pasos necesarios para que seamos un actor relevante de este gran cambio mundial. Es una enorme oportunidad para nuestra industria y, por eso, debemos reforzar nuestros conocimientos para generar una industria tecnológica nacional de renombre mundial, que no solo satisfaga nuestras necesidades locales, sino también nos permita convertirnos en líderes regionales y mundiales en Transformación Digital y Energías Renovables.

Como dijo Manuel Belgrano, político, economista y militar argentino de la época de la independencia de nuestra Región, “Los países civilizados no exportan materia prima sin antes transformarla localmente, de lo contrario estarían creando ocupación en el país comprador y desocupación en el país proveedor”.

El desarrollo de un país depende ampliamente de su capacidad productiva, y por ende, de su capacidad tecnológica. Dejemos de ser solo consumidores de tecnología y convirtámonos en generadores de tecnología. Tenemos grandes oportunidades en nuestras industrias motoras, como la minería, la agricultura, la piscicultura, el turismo, etc. Asimismo, grandes ventajas en el campo de las energías renovables al contar con el desierto más árido del mundo, el que a su vez es el que concentra la mayor cantidad de energía solar del planeta.

Para lograr estos cambios y enfrentar los desafíos planteados, debemos preocuparnos del capital humano. Los trabajadores chilenos no solo deben estar capacitados para manejar eficientemente las nuevas tecnologías, sino también capacitados para desarrollarlas. Para lograr este objetivo, es necesario trabajar mano a mano con las entidades educacionales y con las autoridades competentes, para que la Tecnología se convierta en el motor principal del desarrollo. La Tecnología debe ser enseñada desde los primeros años para prepararnos a vivir este siglo. Como asociación y como industria, seguiremos enfrentando los desafíos del siglo XXI en los temas de Transformación Digital, Energías Renovables y Capital Humano. Los invitamos a trabajar en estos temas y en los desafíos de nuestro querido Chile con el solo objetivo de construir un mejor país.