¿Qué me motivó a escribir sobre esta solución? Durante mi estancia en Chile en mayo pasado, pude presenciar (y luego leer en varias fuentes informativas) las consecuencias que un frente de mal tiempo dejó a su paso. Más de 120 mil clientes quedaron sin suministro de energía eléctrica a lo largo del país, durante horas e incluso días en algunas zonas, algo que puede resultar muy frustrante, confuso y peligroso en muchos aspectos.

Pero Chile es un caso más dentro de los miles que se suceden en todo el mundo, en especial los últimos años como consecuencia del cambio del clima a nivel global. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), lo que podemos esperar es que la temperatura global sea cada vez más elevada y los eventos climatológicos sean cada vez más extremos, como por ejemplo, tormentas, lluvias torrenciales y otros fenómenos que producen desastres naturales y materiales.

Pese a este escenario muy poco halagüeño, no todo es oscuridad para las millones de personas en todo el mundo que deben soportar este tipo de problemas, ya que gracias a las energías renovables, las baterías, las microgrids y la tecnología Blockchain, estamos presenciando el surgimiento de nuevas soluciones y modelos de negocio que nos ayudarán a todos a enfrentar estos grandes desafíos e iniciar la construcción de un nuevo modelo energético sustentable, accesible, seguro, limpio y sin intermediarios.

Una microgrid es una red eléctrica descentralizada, conformada por pequeñas y diferentes fuentes de generación de energía que funcionan en paralelo o de forma autónoma con respecto a la red central, lo que las convierte en un sistema de suministro eléctrico más fiable y eficiente, además de brindar una mayor calidad en el servicio eléctrico, haciéndolas más seguras y sostenibles, lo que las convierte en una gran solución para zonas urbanas y rurales.

• Confiabilidad: Entre los grandes beneficios de las microgrids, la Confiabilidad eléctrica es uno de los más importantes, especialmente cuando se trata de apagones o cortes de luz provocados por eventos climatológicos intensos, como los mencionados anteriormente.

En este aspecto, una microgrid puede mantener el flujo de energía constante, ya que ante cualquier fallo detectado, el sistema se desconecta de la red central, dando paso a los recursos distribuidos (como baterías y otros sistemas generadores), los que harán de soporte a todos los usuarios conectados a ella hasta el restablecimiento del servicio (si fuese necesario) de la energía de la red central, aportando así la tranquilidad de tener la energía disponible en el momento y cantidad necesaria.


• Las microgrids también benefician a la red central: Además de poder servir de medio de transacción y servicio para sus propios miembros conectados; actuar como sistema de respaldo a la demanda, o brindar un servicio de soporte auxiliar, una microgrid, por lo general, puede ayudar a aliviar la tensión de la red central durante los periodos de mayor demanda, que las mismas compañías eléctricas (distribuidoras) podrían solicitar durante estos periodos.

Disponer de un sistema con recursos distribuidos conectado e integrado al sistema eléctrico, es un gran beneficio para las compañías eléctricas, todos los vecinos y miembros de la comunidad.


• Una microgrid mejora la resiliencia: La resiliencia es una característica muy importante dentro del sistema eléctrico, particularmente cuando tenemos problemas de cortes por fallos técnicos o causados por el clima. En estos casos, la red buscará recuperarse rápidamente ante un corte. Según como esté programada, esta recuperación puede aplicarse de forma total o solo sobre la infraestructura crítica para mantener un nivel de funcionamiento y servicios mínimos, algo muy importante, por ejemplo, para los centros hospitalarios, que no pueden permitirse interrupciones en los servicios.


• Impulsa la economía: Uno de mis beneficios favoritos que aporta una microgrid, es que puede generar un “Nuevo Ecosistema Económico Zonal Descentralizado”, donde todos los usuarios conectados pueden generar, consumir y compartir sus excedentes de electricidad de manera directa con otros usuarios y la red central en los momentos de demanda. De igual modo, ante un corte de energía causado por una tormenta o desastre natural, una microgrid evita pérdidas económicas, ya que mantiene activo el suministro de electricidad a todas las empresas, organizaciones y otros usuarios generadores de valor. Una microgrid no depende de la energía de plantas de generación centralizada que viaja kilómetros hasta llegar al punto de consumo, sino que aprovecha el potencial de generación de valor de sus propios miembros.


Una microgrid genera un nivel muy alto de seguridad, fiabilidad y resiliencia, lo que atrae e impulsa el desarrollo de nuevos negocios, emprendimientos, comunidades, fábricas y un nuevo polo de desarrollo dominado por los “Prosumidores”, un nuevo agente de la nueva Economía Zonal que estamos impulsando a través del Proyecto ZEROCO2.