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Yunesky Masip, experto en Ingeniería Térmica:
“La precisión en las medidas es uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta”

El actual Secretario Académico de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la PUCV, sostiene que en la medida que la industria necesita hoy respuestas cada vez más rápidas y precisas, la termografía ha ido ganando su espacio en este ámbito. Dados los enormes beneficios que otorga sobre todo al área de mantenimiento, su aceptación y proliferación es cada vez más expedita.

¿Qué importancia tiene hoy en día la termografía en el campo del mantenimiento?
Como tecnología para medición del campo superficial de temperaturas, la termografía tiene actualmente una serie de ventajas asociadas a rapidez y efectividad, además de presentar un menor costo desde el punto de vista de las pruebas a realizar. Concretamente, en el campo del mantenimiento se le está dando bastante relevancia al tema; incluso, me atrevería a decir que ha alcanzado gran popularidad, ya que, por ejemplo, las normas internacionales la califican como una prueba de ensayos no destructiva.

Esto permite que dicha actividad ofrezca información detallada del equipamiento que se está inspeccionando sin ser necesario paralizar actividades. Además, se ha comprobado mediante una serie de estudios que esta técnica permite optimizar el proceso productivo del equipamiento en el que se está trabajando. En ese sentido, la termografía ayuda a efectuar un mantenimiento predictivo y preventivo, pues permite detectar problemas potenciales con antelación, evitando costos mayores.

¿Qué tipo de sistemas se pueden evaluar con una cámara termográfica?
A nivel industrial, tanto para mantenimiento preventivo como predictivo, se emplea mucho en sistemas eléctricos. También, se está usando bastante en sistemas mecánicos, como es el caso de los motores, alineamiento de ejes, entre otros.

En temas referidos a la eficiencia energética, es bastante útil en el rubro de la edificación para la detección de fugas o en casos de mal aislamiento o condensación dentro de edificios. En otros sectores, se usa para monitorear hornos, calderas y sistemas de vapor; visualización de flujos o llamas, especialmente en refinerías. Por último, para ver el nivel de depósitos o estanques a partir de fenómenos de estratificación térmica.

A su juicio, ¿qué características debiera buscar el usuario en estas cámaras?
En primer lugar, el usuario final siempre debe considerar la aplicación para la que se requiere la termografía, es decir, tener claro que lo que medirá es un campo de temperatura superficial y la precisión que necesita para ello. Por lo tanto, la precisión en las medidas es uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta.

Otros puntos a considerar tienen relación con la resolución o el rango de temperatura requerido. A esto se suman características no menores, como la duración de las baterías (si es portátil o debe estar conectada a la red); que tenga un diseño ligero y ergonómico; y que cuente con un software potente para el manejo posterior de las imágenes.

¿Cuáles son los “errores” más comunes al usar este tipo de herramientas?
Al hacer la medición, los factores preponderantes son la emisividad (proporción de radiación térmica emitida por una superficie u objeto), la reflectividad (capacidad de un objeto de reflejar radiación infrarroja) y la transmisividad (capacidad de un material de dejar pasar radiación infrarroja), es decir, controlar aquello que se puede interponer entre la cámara y el objeto de medida. Teniendo en mente esos conceptos, el error más común al llevar a cabo las mediciones son el mal ajuste de emisividad dentro del equipo termográfico. El no evitar los reflejos que pueden afectar la imagen asoma como otro error típico para obtener información más precisa.

Además, resulta esencial que el técnico u operador de la cámara termográfica conozca la distancia mínima y la máxima que necesita para obtener una buena imagen. Por supuesto, debe tomar en cuenta aspectos como la polución y los cambios de temperatura que también afectan la calidad de la imagen final.

Respecto al uso de la termografía, ¿qué recomendaciones puede hacer a nuestros lectores?
Lo más relevante es que el usuario y el cliente conozcan el proceso productivo para saber realmente si la termografía les resulta válida o no, especialmente para sus procesos de mantenimiento. A esto se suma como aspecto complementario, tanto para el cliente como para el inspector termográfico, el hecho de que se maneje cómo influyen las diferentes variables dentro del proceso de medición -sobre todo aquellas características mencionadas, como emisividad, rangos de temperatura, enfoques o campo de visión de la cámara- que muchas veces no son aspectos a considerar.

Finalmente, resulta importante dominar las normas internacionales, a fin de poder controlar una serie de variables dentro de este proceso.

Diciembre 2018
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