Arnoldo Toledo, Presidente de FENACOPEL, junto al resto del directorio de la federación.

Como Fenacopel, ¿están de acuerdo con los cambios a la regulación eléctrica, específicamente con la nueva norma técnica de distribución?
En general, estamos de acuerdo en todo aquello que signifique una mejora en la calidad del servicio para nuestros usuarios, que en el caso de las cooperativas son sus socios y dueños. No obstante, tenemos algunas observaciones en términos de que las fuertes inversiones a realizarse se reflejen adecuadamente en las tarifas. Es decir, estamos dispuestos a mejorar nuestros servicios y a invertir para ello, porque esto conllevará una mejora en el desarrollo de los lugares más apartados, en la medida de que esta inversión sea adecuadamente remunerada.

¿Cuál es la actual realidad económica de las cooperativas eléctricas? ¿Son un “negocio viable”?
La rentabilidad de las cooperativas es, sin lugar a dudas, baja, si uno analiza en general su patrimonio y ve sus resultados. Pero son un negocio viable, y para ello deben darse condiciones especiales para que desarrollen su labor, debido a su relevante función en las zonas rurales del país.

Estamos de acuerdo en que la tarificación sea calculada no por área típica, sino que considerando la realidad de cada una de las cooperativas, y creemos que es necesario, por cuanto las circunstancias de cada cooperativa son distintas normalmente a la empresa tipo que se considera para un cálculo de esta índole. e tipo.

¿Qué beneficios les ofrecen las cooperativas a sus “usuarios”?
Desde su nacimiento, el beneficio fue llegar con electricidad donde no había llegado la autoridad ni la empresa privada, mejorando el estándar de vida rural. Por otra parte, existe una cercanía con los socios, que son los dueños y quienes eligen y están presentes en la génesis del poder y administración de las cooperativas, además de algunas prestaciones de tipo social que las cooperativas mantienen para sus asociados.

Otro beneficio es la activa participación de las cooperativas en las comunidades en que se desarrollan, en términos de entendimiento y cooperación con instituciones sociales, como lo son Bomberos, hogares de ancianos, escuelas rurales, entre otras, haciendo que el trato sea muy personalizado. Como las cooperativas se desenvuelven en localidades más bien rurales, hay un amplio conocimiento de estas y sus asociados y, por lo tanto, eso privilegia un trato personalizado y una conexión muy directa.

En una reciente reunión con la CNE, se planteó la preocupación del gremio por la implementación de la medición inteligente. ¿Cuáles son las razones detrás de esto?
Claramente, la medición inteligente es muy importante para cumplir con la norma técnica, pero además requiere de una inversión alta. Hablábamos de la baja rentabilidad de las cooperativas, las que sin lugar a dudas tendrán que recurrir a la banca para obtener los créditos que sean necesarios para implementar estos sistemas. Por lo tanto, eso es desde ya una dificultad.

Por otra parte, en zonas apartadas se hace más difícil la instalación de medidores que en las zonas urbanas, existiendo una gran dificultad en cuanto a las posibilidades de comunicación con los medidores, dada principalmente por la baja densidad de clientes por subestación de distribución (en muchos casos con 1 o 2 clientes por subestación), y por existir zonas sin cobertura celular. Se presentan zonas rurales de baja densidad que además tienen bajos consumos, con lo que nosotros estimamos que, estando de acuerdo en la implementación de la medición inteligente en estas zonas -ya que trae beneficios en la información para continuidad de servicio y mejor información para los usuarios-, las exigencias no deberían ser las mismas que en las zonas más densas, evitando así tener costos demasiado altos en la implementación y operación de la medición inteligente en zonas más apartadas.

¿Está la autoridad escuchando a todos los actores de la industria energética?
Agradecemos a las autoridades -Ministra de Energía, Comisión Nacional de Energía, SEC, entre otras- la oportunidad de reunirnos, ya que aporta al buen desarrollo del sector en su conjunto.

En ese sentido, son necesarias algunas consideraciones particulares para reconocer el papel que desempeñan las cooperativas y sus circunstancias, y entre esas está el tema de la tarificación: que no sea en base a una área típica, sino en base a la realidad que enfrenta cada empresa, y dar algunas facilidades para que las cooperativas puedan llegar a puntos apartados que cubren hoy en día el sector rural.