Todo el equipamiento en una fábrica está proyectado para tener una larga vida útil. La mayoría de las plantas de producción incluyen máquinas que fueron instaladas hace 10, 20 o 30 años. Estos equipos “tradicionales” forman la columna vertebral de las fábricas actuales, y aún están en condiciones de funcionar por varios años más, pero por su antigüedad también están dificultando la capacidad para competir, aumentar rentabilidad y afrontar los nuevos retos que trae la digitalización de las industrias.

En el ámbito de la Automatización Industrial, las “cosas” son dispositivos (sensores, PLCs, HMIs, etc.), máquinas, aplicaciones de software, entre otros activos que impulsan la producción, y esas “cosas” realizan una función que crea datos. En este sentido, la digitalización de los procesos industriales pretende combinar el mundo virtual de los datos con el mundo físico de las “cosas”.

Un componente clave de la Internet Industrial de las Cosas es la “sinergia de datos”, que es la integración de datos de muchas fuentes con el fin de crear valor. Por ejemplo, una empresa que depende de la entrega puntual de los productos terminados podría integrar los datos de las previsiones meteorológicas con los datos de la cadena de suministro, a fin de mitigar de forma proactiva cualquier problema meteorológico que pudiera afectar a los plazos de entrega. La sinergia de datos es la razón por la que es tan valioso conectar máquinas “tradicionales” y equipamiento moderno a soluciones IIoT para obtener una visión completa e integrada de las máquinas en la planta de producción.

No obstante, en la gran mayoría de los casos no es viable reemplazar de golpe todo el equipamiento de una fábrica con una maquinaria moderna que esté habilitada para IIoT.

Lo que se requiere es un “retrofit” de las plantas de producción, implementando la integración de las máquinas “tradicionales” a los sistemas de IIoT.

La conexión de equipos “tradicionales” puede ser un reto, ya que a menudo no fueron diseñados para comunicarse con otros dispositivos y sistemas; o como ocurre en muchas ocasiones, cuentan con protocolos de comunicación propietarios. La naturaleza propietaria de los sistemas “tradicionales” puede ser vista como un método de seguridad, pero al momento de tener que integrar estos equipos a un sistema de IIoT representa un gran obstáculo. Por esto, el “retrofit” de una planta implica el uso de soluciones de conectividad de terceros preparadas para la IIoT.

Los servidores OPC en conjunto con sensores IIoT, son medios populares para ampliar las posibilidades de los sistemas “tradicionales” y poder integrarlos a sistemas IIoT. Utilizar algún servidor OPC con gateway IIoT integrado, garantiza la comunicación con los protocolos “tradicionales” utilizados por los equipos, y a la vez permite traspasar los datos a los sistemas informáticos de análisis. Es una solución que requiere muy poca intervención y, por ende, reduce el impacto a la producción a un mínimo.

Cualquier fabricante que desee seguir siendo competitivo en el mercado actual necesita la sinergia de datos que requiere una solución IIoT. La buena noticia es que no se requiere cambiar todo el equipamiento, sino que, con el “retrofit”, existe la opción de extender de forma fluida la vida útil de los equipos ya instalados y, al mismo tiempo, aprovechar las ventajas del análisis de datos informático que existe hoy en día.