Durante las pruebas de mantenimiento eléctrico para los sistemas fotovoltaicos, es fundamental emplear estándares y procedimientos que nos permitan detectar las deficiencias en estas instalaciones y equipos, antes de que fallen estando en servicio.

En este sentido, hay algunas recomendaciones y buenas prácticas a tomar en consideración:

• Las condiciones operativas de la instalación fotovoltaica, y cualquier evento particular en el que estuviera involucrada, también deben ser considerados para el diagnóstico final.

• No existe ningún ensayo eléctrico que indique por sí solo con total precisión el estado integral de una instalación FV.

• Las pruebas eléctricas debieran posibilitar el diagnóstico que permita tomar las decisiones correctas con el fin de evitar los fallos y la degradación no controlada.

• Los resultados de los ensayos eléctricos, los análisis realizados a los sistemas fotovoltaicos y de cualquier otro ensayo especial, deben integrarse, procurando detectar vínculos en el diagnóstico.

1. Puesta a tierra.

2. Protección contra rayos.

3. Dispositivos de protección.

4. Conexión a la red.

1. Monitoreo.

2. Contrato para mantenimiento instalación FV.

Las empresas destinadas a la producción de energía eléctrica (parques solares), deberán contar con un Sistema de Gestión de Integridad de Instalaciones Eléctricas (SGIIE) para la gestión de integridad de las instalaciones eléctricas en las etapas de Diseño, Construcción, Inspección de Construcción, Puesta en Marcha, Operación, Mantención, Inspección posterior a la Puesta en Marcha y Abandono, en conformidad a las normas NCh-ISO 55000, NCh-ISO 55001, NCh-ISO 55002 y a las disposiciones establecidas por la SEC en el procedimiento para su desarrollo, implementación y operación.

La seguridad es una de las áreas más importantes en el mantenimiento de sistemas FV. En el caso de plantas solares en techos, hay dos aspectos para tener en consideración: la seguridad eléctrica y la seguridad durante las actividades de montaje y mantenimiento en altura.

En este sentido, la instalación, reemplazo, puesta en servicio y mantenimiento de los componentes de una instalación fotovoltaica, puede significar una exposición del trabajador a un choque o arco eléctrico, si las medidas preventivas no se llevan a cabo. Las lesiones pueden ser directas (choque eléctrico, arco eléctrico y electrocución), secundarias (caídas desde altura al recibir una descarga y no usar sistemas anticaídas), contusiones y daños oculares.

Además, en un sistema FV, se pueden sufrir lesiones en la parte de corriente alterna como en la corriente continua.

Cabe destacar que un voltaje de operación bajo no implica un bajo nivel de riesgo (voltaje de seguridad: 50V, en ambientes secos, y 24V, en ambientes húmedos).

Por ejemplo, en los sistemas de corriente continua, un contacto eléctrico puede significar quemaduras de gravedad.