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RESPALDO DE ENERGÍA EN LA INDUSTRIA
Los desafíos que asumen fabricantes e integradores frente a usuarios cada vez más exigentes
Por Equipo de Prensa de Revista ElectroIndustria
El mercado chileno de los equipos de respaldo de energía o UPS es muy competitivo y cuenta hace años con una serie de actores de amplia trayectoria y presencia. Sin embargo, el aumento de las exigencias de los clientes, sumado a las nuevas tendencias globales, genera desafíos interesantes para fabricantes e integradores de estas soluciones.

Al hablar de sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS, por sus siglas en inglés), el mercado nacional conoce las diversas tecnologías en la industria y ya ha interiorizado el concepto de continuidad operacional y de respaldo. “Este y otros factores, como la amplia gama de opciones disponibles, lo transforman en un mercado conocedor de la materia y, por lo tanto, exigente”, asegura Ángel Bastías, Product Manager en Tempel Group.

Concordando con lo anterior, Cédric Bayonne, Gerente Servicio Energía en KOLFF, agrega que el cliente está cada vez más capacitado e interesado en conocer la tecnología, aunque advierte que al existir muchas soluciones, es importante hacer una medición de la carga crítica para ofrecer la opción más apropiada. “No se dimensiona de la misma manera una UPS y las baterías para un motor eléctrico que para un sistema de computación. Cuando una solución está mal dimensionada, la vida útil de la UPS y del banco de baterías cae rápidamente”, explica.

Si bien los usuarios de estos equipos son generalmente especialistas en los procesos que requieren respaldar, desconocen generalmente las características específicas del tipo de UPS que mejor comportamiento tendrá para su aplicación, aclara Ramón Espinosa, Gerente General de Convertec. “De ahí la importancia de quienes comercializamos estos productos, ya que se debe tener un cabal conocimiento de las distintas arquitecturas existentes para recomendar la mejor solución”, asevera.

Ángel Bastías, TEMPEL GROUP.
Cédric Bayonne, KOLFF.
Ramón Espinosa, CONVERTEC.
Esteban Maquieira, MEE.
Daniel de Vinatea, VERTIV.
Claudio Vega, EATON.

Además, en los últimos años, los clientes se han vuelto cada vez más demandantes, sobre todo en lo referido a la eficiencia de estos equipos. “Estos productos deben ir asociados a una oferta complementaria de servicio que permita garantizar la continuidad energética de los procesos”, precisa Esteban Maquieira, Gerente General de MEE.

Por su parte, Daniel de Vinatea, Country Manager Southern Cone en Vertiv, añade que los usuarios también se preocupan bastante de la configuración y flexibilidad de un sistema UPS para permitir su crecimiento futuro. “Hoy en día, existen soluciones escalables y se paga en la medida que los requerimientos de la organización crecen”, enfatiza.

Las empresas de mediano y gran tamaño prefieren las tecnologías que ofrecen elevada eficiencia energética, permitiendo niveles superiores al 99% en los rangos operativos habituales. “En tanto, las más pequeñas están requiriendo UPS que cumplan sus expectativas (econó- mica y técnica) enfocadas en una alta eficiencia energética y mayor potencia real en watts”, afirma Claudio Vega, Sales Manager Power Quality de Eaton.


Reciente evolución

Si bien en sus inicios las UPS encontraron su ámbito de aplicación en el respaldo de sistemas informáticos, estas han ampliado en los últimos años su campo de acción y evolucionado hacia el apoyo de procesos productivos, con equipos de alta gama para uso industrial y médico.

“En la actualidad, los equipos y sistemas de respaldo de energía se encuentran en tantas aplicaciones como problemas de energía existen. Y es que la continuidad y seguridad en el suministro de servicio eléctrico ya no es un problema solo de las alternativas industriales de gran envergadura; ha alcanzado una masificación tal, que pequeñas empresas con pequeños data centers necesitan un equipo para mantener sus soluciones operativas”, explica Bastías. “Es una necesidad primordial mantener los sistemas en operación, sea cual sea su naturaleza; para ese fin, el respaldo de energía toma un papel fundamental”.

De Vinatea señala que tanto personas como empresas están almacenando una mayor cantidad de datos, por lo que estas últimas están requiriendo más centros de datos y un nivel más elevado de digitalización. “De esta forma, se requiere una interconexión digital, la que demanda infraestructura y esta, a su vez, debe estar respaldada por energía que otorgan las UPS”, explica.

Es evidente que muchos clientes dentro del territorio nacional e industrial tienen diferentes requerimientos técnicos como también geográficos, lo que implica adaptar las respectivas soluciones UPS para cumplir con sus necesidades específicas. “Un punto importante son los problemas eléctricos de la red que los usuarios conocen en sus instalaciones y pueden solucionar o mitigar con una UPS”, advierte Vega.

Maquieira añade que antes el mercado era muy específico para aplicaciones más críticas, pero en la búsqueda de garantizar continuidad en áreas como seguridad, artes gráficas, entretenimiento, procesos de manufactura, solares, eólicas, entre otras, “hoy existe más demanda y se ha crecido exponencialmente”.


Tendencias

Uno de los aspectos relevantes que está marcando el diseño de UPS y cargadores, de acuerdo a Espinosa, está asociado a dotarlos de sistemas de comunicaciones que permitan su monitoreo y comando a distancia, ya que cada vez es más frecuente el uso de estos equipos en zonas remotas. “En el caso de baterías, existe una fuerte tendencia a diseñar modelos de gran capacidad que permitan grandes almacenamientos de energía en reducidos tamaños, especialmente para herramientas de ERNC y electromovilidad”, asegura.

Bayonne agrega que una de las nuevas tendencias en la fabricación de UPS es el desarrollo de sistemas modulares de arquitectura paralela descentralizada que facilitan la redundancia y el mantenimiento sin cortes de carga. “Estos sistemas alimentan aplicaciones críticas que deben funcionar siempre (pabellones, servidores de bancos, líneas de producción). Lo mismo con la disponibilidad de la energía; se recomienda un 99,9999% de disponibilidad”, destaca.

Junto con el mayor uso de baterías de litio en desmedro de aquellas en base a plomo ácido, y entre cuyas ventajas destacan que son más pequeñas y duran prácticamente el doble, De Vinatea sostiene que la tendencia actual apunta a escoger soluciones que ofrecen mayores niveles de escalabilidad, capacidad de monitoreo y flexibilidad en el crecimiento en cuanto a potencia. “Las UPS son cada día más ‘inteligentes’ y son capaces de autocontrolarse para minimizar el uso de los recursos y maximizar la eficiencia”, señala.

El incorporar unidades compactas también es un punto relevante, ya que el espacio es un aspecto a considerar, junto con un diseño modular y flexible que se adapte a los entornos de la industria. “Otro punto importante es que cada día el cliente está más interesado en el tipo de baterías que compone su sistema de UPS, con un aumento en la consulta de productos de ion de litio por su reducido tamaño y mayor vida útil”, sostiene Vega. Para Bastías, si se pudiera resumir todo esto en un solo concepto, este sería la eficiencia. “Se están llevando a cabo una serie de mejoras y avances tecnológicos como factor de potencia unitario, bajo THDi hacia la red, bus de continua ajustable y equipos dinámicos”.


Criterios

Existen diversos aspectos a considerar para elegir una solución de respaldo de energía, y se podrían resumir en tiempo de autonomía, redundancia del sistema y el medioambiente de la instalación. “Es fundamental trabajar el proyecto desde la ingeniería básica y el detalle, para luego concluir con servicios de instalación, puesta en marcha y postventa”, explica Maquieira.

Inicialmente, es vital tener definida la aplicación del equipo, es decir, los tipos de cargas que serán respaldadas y, en segundo término, acotar en forma muy precisa la autonomía requerida, “ya que, en algunos casos, el costo del banco de baterías puede superar con creces el valor de la UPS”, aclara Espinosa.

Además, hay que tener en cuenta algunos parámetros orientados a la parte eléctrica como potencia, voltaje de entrada y salida, tiempo medio entre fallas y de recarga, tipo de baterías a usar, con o sin bypass externo, y tipo de conexión. “Hay que saber si tenemos limitaciones de espacio, temperatura del ambiente de trabajo, grado de polución de la instalación y también tener claro si necesitamos monitoreo de la UPS y contemplar la escalabilidad o redundancia”, enumera Vega. Para Bayonne, lo primero es analizar la red eléctrica haciendo mediciones y evaluar cómo se comporta la red. “Con esos datos, los profesionales pueden proponer una UPS o una solución de estabilización de tensión (con informes y memorias de cálculos)”, afirma.

Otro aspecto a tener presente es el hecho de que, si bien un equipo puede ser adecuado en un aspecto determinado, no es indicativo de que sea bueno en todo. “Hay que conocer bien lo que se tiene y lo que se quiere lograr”, enfatiza Bastías. “Es recomendable aprovechar la diversidad que ofrece el mercado para seleccionar la solución que más se ajuste a la propia necesidad”.


Mantenimiento

Llevar a cabo el mantenimiento preventivo de los bancos de baterías es primordial, y para ello existen normas o estándares que entregan pautas, como lo son la IEEE 450 (baterías abiertas o de electrolito líquido) y la IEEE 1188 (selladas del tipo VRLA). “Son rigurosas, pero su correcta ejecución garantiza que el resultado sea predictivo y permita entregar una mayor durabilidad; esto es relevante por el impacto al medioambiente que puede significar el recambio de batería”, advierte Espinosa. Un motivo clave para realizar esta acción es conocer permanentemente el real estado de las baterías y saber así la respuesta ante un corte de energía y asegurar el cumplimiento de su vida útil, ya sea por ciclos de descarga o tiempo en años. “Es vital evaluar las variables eléctricas y químicas, para lo que se debe contar con el instrumental adecuado”, aclara Maquieira.

“Las unidades de almacenamiento son el alma de un sistema de respaldo de energía y, por lo tanto, se deben verificar constantemente los factores relacionados a ellas”, afirma Bastías. Por ello, es esencial tomar en cuenta aquellas condiciones que afectan la vida útil y disponibilidad de las baterías. Por ejemplo, temperatura a la que están sometidas, tensión de corte (Vpc) y ciclos de carga y descarga.

De acuerdo a lo que complementa Bayonne, los puntos determinantes a considerar en la mantención de una unidad de este tipo son: prueba de carga y descarga, y medición de resistencia interna. “Idealmente, se debe efectuar cada seis meses e instalar las baterías en un lugar ventilado y ojalá a 20°C”, explica.

Además de cumplir con los estándares IEEE para mantenimiento, pruebas y reemplazos de baterías, también se deben ejecutar inspecciones mensuales de voltaje de flotación del terminal, voltaje y corriente de salida del cargador, entre otras. “También existen sistemas de monitoreo como el cellwatch, que asegura la continuidad de servicio a diario, ya que detecta fallas meses antes que la batería se convierta en un riesgo para la operación”, concluye Vega.

Septiembre 2018
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