El uso del gas SF6 exige que las compañías eléctricas implementen un proceso para realizar un seguimiento de la cantidad de gas que utilizan y que se escapa hacia la atmósfera. La mejor opción para abordar este problema es contar con una cámara termográfica con detección de gases SF6 fiable, para identificar posibles fugas durante las tareas de mantenimiento cotidianas, reducir los tiempos de inactividad y programar las reparaciones correspondientes. El gas SF6 se emplea para aislar equipos de subestaciones exteriores con más de 35.000 V (con la correspondiente corriente alta) en dispositivos de redes eléctricas, como disyuntores, interruptores de líneas de transmisión y dispositivos o interruptores de distribución subterráneos. Si el aire o la humedad se cuelan en el interior del equipo, se pueden producir averías de dimensiones catastróficas, como arcos eléctricos. El gas SF6 ayuda a evitar este tipo de desastres, pero su uso conlleva algunos inconvenientes y debe mantenerse dentro de las carcasas de los equipos.

Por dicha razón, cada país tiene sus propias normas en esta materia. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) exige a las compañías eléctricas que establezcan un proceso para controlar con regularidad las fugas de gas SF6.

Los requisitos mínimos para estas empresas pasan por contar con un proceso para controlar el uso y las fugas de gas SF6. En ese país, California es el único estado que exige registrar anualmente el índice de uso y las fugas de gas SF6 para garantizar la transparencia mediante la generación y conservación de registros. Si la fuga de gas es superior al 1% del total de gas utilizado en toda la compañía, la EPA puede imponer una multa a la empresa. Además, la agencia puede llevar a cabo auditorías aleatorias, durante las cuales este organismo gubernamental revisa una instalación para determinar si cuenta con un proceso de control de gas SF6 en marcha que sea lo suficientemente eficaz, en conformidad con el principio de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Las nuevas tecnologías combinan una cámara termográfica de alto rendimiento con empuñadora tipo pistola y la detección de gas SF6. Estas permiten a los inspectores localizar fugas de gas sin desconectar los equipos y controlarlos desde una distancia segura. Algunos equipos ofrecen una interfaz intuitiva que cambia cómodamente entre los modos de imágenes térmicas estándar y de visualización de gases.

La detección del punto exacto en el que se encuentra la fuga puede resultar compleja para los inspectores que no disponen de estas cámaras termográficas. Por desgracia, la solución habitual es apagar el equipo y sustituir o reparar todas las conexiones o puntos donde se podría estar produciendo la fuga, para garantizar la seguridad y el cumplimiento total de las normas. En este sentido, una cámara puede ayudar a localizar el origen de una fuga con mayor eficacia que otros métodos.

El protocolo actual para la detección de una fuga es bastante engorroso. En primer lugar, se utiliza un manómetro para indicar si hay pérdida de gas. Cuando se reconoce la presencia de una pérdida de SF6, la bombona de gas utilizada para recargar el SF6 se pesa antes y después, con el fin de determinar la cantidad de gas perdido o filtrado. Las inspecciones periódicas y las recargas informan el índice de fuga de gas y, dependiendo de este, la compañía adopta diferentes estrategias para lidiar con la fuga.

Antes de adoptar cualquier medida correctiva, se debe identificar la ubicación de la fuga de gas. Si la fuga es muy pequeña, se suele reponer el gas hasta la próxima inspección. No obstante, si es considerable, se deben adoptar medidas inmediatas. Estas fugas pueden resultar muy costosas, ya que pueden implicar reparaciones innecesarias.

Un método para detectar fugas de gas consiste en el uso de cámaras ópticas para visualización de gases, que se pueden comprar o arrendar, lo que puede suponer un alto costo en caso de apuro. Una alternativa es contratar un costoso consultor experto en termografía para realizar inspecciones. El costo y los inconvenientes que implican estas opciones suelen dar lugar a inspecciones anuales o bienales, además de un mayor gasto en mantenimiento y recarga del gas SF6.

Otra técnica consiste en utilizar rastreadores de gases. Para su uso, se tienen que desconectar a menudo los equipos en cuestión y, a continuación, utilizar un rastreador fijo o portátil (detector de gas combustible) para confirmar la presencia de una fuga. El uso exclusivo de un rastreador no ayuda a determinar el punto exacto de origen de la fuga y, en algunos casos, los trabajadores tienen que retrasar la comprobación hasta la realización del mantenimiento regular programado.

Todas las inspecciones de gas requieren su tiempo y dependen de muchos factores ambientales. Si sopla el viento, los gases se pueden esparcir rápidamente, lo que imposibilita la detección del origen de una fuga. Los inspectores perspicaces examinarán las soldaduras del equipo, ya que estas se pueden deteriorar y oxidar con el paso del tiempo o debido a una soldadura incorrecta durante el proceso de instalación.