Con nostalgia recordamos hoy que hace más de un siglo, fuimos una de las primeras compañías que electrificó la ciudad de Valparaíso, además de instalar el primer ferrocarril eléctrico en Lota y la primera central hidroeléctrica Chivilingo. El tiempo pasó y la Energía, su uso más eficiente y la infraestructura, pasaron a ser aspectos estratégicos a la hora de invertir en un desarrollo sustentable, lo que impulsó la electrificación y temáticas como la distribución, transmisión y generación, en las que todas las industrias productivas -alimentos y bebidas, cemento, papel, minería, agua, entre otras- vieron oportunidades y, a la vez, enormes desafíos en torno a la productividad y el crecimiento a largo plazo.

Hoy, hitos energéticos como la reciente interconexión del SIC y el SING, en la que tuvimos una importante participación y que significó darle más seguridad al sistema, confirman que Chile, en casi todas sus industrias, ha vivido cambios de paradigmas respecto a su consumo y producción, cambios que lo sitúan como uno de los países más interesantes para invertir en América Latina, posicionamiento que sostiene gracias a una serie de medidas que se han aprobado y co-construido entre empresas privadas, gobiernos, sector público y líderes de opinión.

En esta misma línea de la energía e impulsando una propuesta verde, hemos sido parte del cambio radical en la matriz energética y el desafío del 20% de Energías Renovables no Convencionales al 2025. Proyectos como el parque eólico El Arrayán (que en su momento fue -con 50 turbinas Siemens- el parque eólico más grande de Chile), o Cerro Pabellón, la primera central geotérmica del país, son ejemplos claros del giro en la mirada de la industria que cada día exige un accionar sustentable.

Chile fue parte de los 195 países que en 2015 firmaron el Acuerdo de París, cuyo objetivo es comprometerse con la reducción de emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático. Y empresas como Siemens también han adoptado la meta de convertirse en una de las primeras empresas Carbono Neutral al 2030.

El avance de la tecnología seguirá transformando radicalmente el mundo en el que vivimos a medida que las innovaciones se imponen en nuestra vida. Y Chile no está exento de este fenómeno. Tendencias en expansión de la mano de la digitalización, la automatización y la inteligencia artificial, prometen un vuelco en la industria. Ejemplos como la implementación del Siemens Digital Service Center, un moderno centro de monitoreo remoto de plantas, o el Centro Tecnológico de Gestión de Energía, ambos en Chile, orientados a ofrecer servicios digitales, buscan responder a las cada vez más altas exigencias de las industrias, permitiéndonos agregar valor a través de soluciones de software, servicios y plataformas digitales.

Por otro lado, la minería, sector protagonista del crecimiento sostenido de la economía chilena en las últimas décadas, se vio afectada hace un poco más de cinco años, por la baja en el precio del cobre y el encarecimiento de insumos críticos como el agua y la energía. Debido a esto, aumentó el interés del sector por innovar en los procesos productivos. Es por esto que innovaciones como el Gearless Mill Drive que cubre gran parte de la base instalada actual de molinos, contribuye a la productividad de este importante sector con tecnologías cada vez más eficientes. O la correa transportadora de Minera Los Pelambres, cuya tecnología permite recuperar energía equivalente al 10% del consumo eléctrico de la minera. Una innovación que se instaló más de 15 años atrás, pero hoy más que nunca cobra relevancia bajo la mirada del uso eficiente de los recursos.

Nuestro país ha ido avanzando a pasos agigantados y las empresas debemos esforzarnos más allá en las propuestas de valor. Con un reciente despegue en desarrollo de I+D, Chile es uno de los países mejor preparados en América Latina para asumir lo mejor posible el desafío de incorporar tecnologías. Y es aquí donde empresas como Siemens se transforman en partners tecnológicos importantes. Nuestro compromiso es seguir entregando soluciones en las áreas de Electrificación, Automatización y Digitalización, creciendo de forma innovadora y sustentable, para poder responder a las cada vez más altas exigencias que nuestro país está requiriendo.

Pero más aún, nuestro compromiso involucra entender que las empresas privadas somos parte de una sociedad que demanda hoy mayor transparencia, coherencia y participación, y es por eso que nuestra meta involucra el respeto a las comunidades, la transparencia a la hora de hacer negocios y también ofrecer a nuestros colaboradores una propuesta de alto valor y sentido para que sigamos haciendo realidad lo que importa a Chile.