En el primer lustro del siglo XXI, la industria chilena, de la mano del inicio del súper ciclo minero, experimentó un desarrollo tecnológico aplicado y puesto al servicio de las grandes industrias del país, que aceleró el crecimiento del PIB de una manera vertiginosa. Se introdujeron motores más eficientes (aun no de alta de eficiencia) y accionamientos de velocidad variable de la más avanzada tecnología, así como drives de Media Tensión y los primeros Gearless Mill Drives, GMD (grandes molinos de mineral libre de engranaje, del tamaño de un edificio de 5 pisos) para la Gran Minería, dando cátedra mundial en su desarrollo en implementación a mayor tamaño e instalación a mayor altura (por ejemplo, Planta Ujina de Collahuasi). Desde el punto de vista de las obras civiles, destaca la Ingeniería, Sistemas Electromecánicos y Sistema de Control del Proyecto Costanera Norte, un verdadero hito urbano bajo el principal río de la capital de Chile, donde la Industria Eléctrica y Eléctrónica hacía debutar el siglo XXI con proyectos que, años antes, eran impensados.

A fines de 2005, Codelco, la principal empresa productora de cobre del mundo de origen estatal, decide asociarse con una Compañía internacional para optimizar sus procesos de mantenimiento, dando paso a la empresa CMS Tecnología, la cual tomó un nuevo rumbo de especialista en servicios de mantenimiento industrial, pasando de su presencia en el segmento Energía, a dominar las operaciones de Minería. CMS se vendería años más tarde a una empresa sueca.

Pero antes de ingresar Chile de lleno a la era de la digitalización, desarrolló, a partir del segundo quinquenio del siglo XXI, la faceta del Servicio, logrando superar con éxito la fase reactiva, pasando a una de gestión basada en el desempeño, la cual también es soportada por el desarrollo tecnológico experimentado en esta etapa. Lo anterior ahora hace presión en la necesidad de desarrollar un capital humano más y mejor preparado no solo en conocimientos técnicos, sino por sobre todo en desarrollar las habilidades y competencias que el fuerte desarrollo tecnológico trae: aprender a aprender.

Y no solo en Minería se hace patente, quizás el área con mayor prestigio ganado internacionalmente. En Energía, Chile demuestra en el segundo quinquenio un salto relevante tecnológico demostrado con novedosos contratos de mantenimiento de todas las subestaciones eléctricas de Chilectra (hoy Enel Distribución). Con toda esta evolución, varias compañías internacionales también se dieron cuenta de la necesidad de desarrollar localmente la capacidad de entrenar a sus usuarios, estudiantes y, en general, a la comunidad tecnológica, no solo en la teoría detrás de sus equipos y sistemas, sino en la operación y mantenimiento, pero de una manera más concreta. Por ello, en la segunda década de este siglo, ya han sido inaugurados en todo Chile -con foco en Santiago- los primeros Centros Tecnológicos y de Entrenamiento de equipos eléctricos y electrónicos, con metodología Hands-on.

Otro gran logro al cerrar la primera década es el suministro del primer sistema de control para clínicas, expresado en Clínica Las Condes y todo el equipamiento de Media Tensión del megaproyecto inmobiliario Costanera Center.

El cierre de la primera década del siglo XXI, nos encuentra realizando el lanzamiento en Chile del primer cargador rápido para vehículos eléctricos, a pesar de que el parque automotriz full eléctrico tiende a cero en ese entonces. Hoy, casi una década después, el parque ya bordea las 300 unidades (full eléctricos), pero la infraestructura de apoyo aún no está desarrollada, quedando en evidencia uno de los aspectos y desafíos del siglo XXI: visión estratégica en la planificación e implementación de ciertas políticas públicas orientadas a incentivar las inversiones adecuadas, por ejemplo, para la implementación plena de una estrategia de electromovilidad, donde la industria eléctrica y electrónica está involucrada. Revista ElectroIndustria realiza uno de los primeros reportajes en profundidad sobre electromovilidad, dando cuenta de unas de las macro tendencias que configuran una ciudad inteligente.

Quizás uno de los íconos más populares de la automatización son los robots, y la robótica industrial en general, pero no es sino hasta hace un par de años que tanto las distintas industrias productivas en Chile, como la academia, entendieron los pasos concretos que se deben dar, como lo fue la innovadora decisión de la Universidad Tecnológica INACAP de dotar a la mayoría de sus sedes en el país de robots industriales, exclusivamente para objetivos académicos y de entrenamiento. Este desafío ya está dando sus primeros frutos, con una nueva generación que está siendo educada con tecnología de punta, para su desarrollo profesional y técnico. La academia vuelve a ser el santo grial para las compañías internacionales, quienes también asumen el desafío de crear incentivos concretos en educar en Eficiencia Energética, con el desarrollo, por ejemplo, de los primeros Concursos de Innovación para estudiantes de educación superior, para proyectos de Eficiencia Energética aplicada a la industria.

Los desafíos del siglo XXI están planteados, pero aún somos algo resilientes al cambio de paradigmas que involucra. Un ejemplo es que, luego de casi una década del lanzamiento del primer cargador rápido, recién se está planteando la instalación y desarrollo de la primera red de cargadores rápidos para vehículos eléctricos en Chile en la RM, Viña del Mar y Rancagua.

Quizás el punto más logrado en este inicio del siglo XXI en Chile es la consolidación de las denominadas Energías Renovables No Convencionales, que ya claramente se transforman en la práctica en convencionales, especialmente en lo relativo a la captura de la energía del sol. De este modo, se establece la principal base instalada de soluciones de plantas solares fotovoltaicas, no solo en los megamercados, sino en escalas menores, como ocurrió en los segmentos de Alimentos & Bebidas, Construcción e Inmobiliario.

La digitalización industrial toma más fuerza, y a inicios del año 2017 nace una plataforma capaz de conectar más de 70 millones de dispositivos, 70 mil sistemas de control y 6.000 soluciones de software empresarial, como base instalada en el mundo, y Chile aportando una cuota importante en esa base. Es el caso de ABB Ability del Grupo ABB, un ejemplo más de lo que la Industria, reflejada en las páginas de ElectroIndustria, muestra como espejo que la revolución de la energía y la cuarta revolución industrial están algo más que ad portas… ¡Felicitaciones Revista ElectroIndustria!