Marcelo Quevedo; y Humberto Véliz.

¿Hay conciencia del riesgo de incendio y sus consecuencias?
M. Quevedo: El riesgo de incendio es real y uno de los más críticos dentro de una industria, porque está ligado directamente a la protección de las personas, de los equipos o inversión y, por supuesto, a la continuidad del negocio. Ahora bien, esta conciencia solo ha sido adoptada por empresas que cuentan con altos estándares de seguridad (en su mayoría grandes compañías nacionales y holdings internacionales), o bien, por compa- ñías que ya se han enfrentado a este tipo de siniestros, en que las consecuencias han sido tales que la prevención y el equipamiento para control del fuego ahora les son imprescindibles.

Además, las compañías de seguros, principalmente internacionales, exigen a sus clientes contar con procesos y sistemas que cubran los riesgos de incendio, lo que indirectamente ha ido apoyando el desarrollo de una mayor conciencia al respecto. No obstante, es preocupante que aún en algunos sectores industriales y comerciales del país, esta conciencia de protección no está arraigada todavía. Aun así, somos optimistas y pensamos que el país avanza fuertemente hacia un estándar de protección mayor.

¿Qué pasa con la protección ante explosiones?
M. Quevedo: Es algo similar. Este riesgo es alto en aquellos lugares donde hay procesos con polvos combustibles en suspensión. Industrias de alimentos, productos de higiene, farmacéuticas, forestal y muchas otras, están expuestas constantemente a que una deflagración al interior de sus equipos genere una explosión grave. Cabe destacar que un 70% de los polvos orgánicos son explosivos. No olvidemos la explosión ocurrida en 2008 en la planta azucarera Imperial Sugar en Georgia, EE.UU., donde fallecieron 15 personas y más de 100 quedaron heridas, sin mencionar las cuantiosas pérdidas en infraestructura y maquinaria.

Vemos recurrentemente este riesgo en la industria nacional y nos preocupa la baja conciencia que existe al respecto. Una deflagración ocurre cuando existe polvo combustible suspendido y contenido que interactúa con el oxígeno y una fuente de ignición.

En estas materias, ¿cuál es la propuesta de DSI Chile?
H. Véliz: Nuestro trabajo no es ofrecer productos, sino entregar soluciones adecuadas al riesgo que realmente tiene el cliente. Esto tiene que ver con un trabajo previo de reconocer los procesos industriales asociados, los materiales y maquinarias ubicadas en determinados lugares, el grupo humano, la ubicación territorial y la cercanía a poblaciones o áreas forestadas, entre muchos otros elementos. Estos, tras ser evaluados y ponderados mediante un estudio, nos entregan una solución apropiada a los requerimientos de los riesgos específicos de cada cliente.

Este análisis de riesgo se realiza por nuestro equipo de profesionales certificados en las diferentes marcas de nuestra gama de productos, lo que sin duda se ha transformado en nuestro sello diferenciador.

¿Cuáles son las metas para lo que resta de 2018?
H. Véliz: Seguir en la senda que hemos marcado: ser un referente técnico para los clientes. Seguimos creciendo en estructura e invirtiendo en nuestra gente, capacitándolos constantemente y certificándolos en los diferentes sistemas que representamos. Queremos consolidarnos en esta especialidad como un proveedor integral, que aborde por completo los riesgos asociados a incendio, explosiones y fugas de gases combustibles y tóxicos.