Uno de los cambios legales de los últimos tiempos que ha tenido mayor impacto en el mercado de la energía eléctrica, fue la ampliación del número de clientes que pueden optar por negociar directamente sus contratos de energía con empresas generadoras. Este cambio, que ya había sido recomendado hace algunos años por la autoridad de la libre competencia, vino a incorporar al mercado de clientes libres una gran cantidad de clientes que, hasta antes del cambio de la ley, solamente podían comprar su energía a la empresa distribuidora respectiva y a precios regulados.

Desde el punto de vista del mercado, los efectos de esta medida, sobre generadores y clientes, son disímiles.

Para los generadores que tienen contratos de suministro de energía con empresas de distribución el efecto es negativo, ya que significa una reducción en las ventas y, por lo tanto, una subutilización de los contratos de suministro respectivo. De esta forma, se vuelve necesario abordar esta materia pronto, para así no desincentivar las inversiones en energías renovables.

Sin embargo, para los clientes libres este cambio ha sido una buena noticia. La nueva normativa les permite acceder al mercado de los contratos negociados directamente con empresas generadoras (PPA por sus siglas en inglés, Power Purchasing Agreement) y, por lo tanto, se vuelve posible conseguir precios atractivos que les permiten reducir sus costos de energía eléctrica.

La oferta de energía eléctrica es realizada por un conjunto diverso de empresas que compiten entre sí, respaldados por diferentes fuentes de energía que incluyen a las renovables y a las basadas en la quema de combustibles como el carbón y gas natural.

Cada una de estas fuentes tiene ventajas que pueden acomodar las preferencias de uno u otro cliente. En el caso de los generadores renovables, que en las últimas licitaciones para distribuidoras han sido los ganadores, podemos reconocer, entre otras, las siguientes ventajas:

• Estabilidad de precios: Los precios de los PPA basados en energías renovables, en general, expresan sus precios en términos de un costo base más la variación por inflación. Ello, a diferencia de la indexación (que depende de los precios internacionales del gas o del carbón, según corresponda), usual en los PPA de los proveedores basados en esas tecnologías.

• Construcción de una central nueva: En los casos en que el PPA contempla la construcción de una central nueva, en las renovables es posible considerar esa construcción en las cercanías o, incluso, en las mismas instalaciones que demandarán la energía.

• Reducción de la huella de carbono: Al firmar un contrato PPA con una empresa generadora renovable, es posible reducir la huella de carbono de la empresa cliente. Esto mediante mecanismos que permiten transferir la reducción de emisiones del generador a su cliente.


En un mercado de alta competencia, como es actualmente el de la generación eléctrica, la oportunidad es clara. Los clientes libres pueden beneficiarse de obtener, simultáneamente, condiciones de precios competitivos y de energía limpia. Hace tan solo unos años, esos objetivos parecían opuestos y resultaba prácticamente imposible conciliarlos en un contrato de suministro de energía eléctrica. Hoy en cambio, esos objetivos son coincidentes gracias al gran desarrollo del sector de las energías renovables y, en particular, de las denominadas Energías Renovables No Convencionales (ERNC), es decir, viento, sol, agua, biomasa, y geotermia.