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Chile, país minero; Chile, país solar
Por Dr. Willy Kracht, Investigador AMTC y Profesor Asociado del Departamento de Ingeniería de Minas, Universidad de Chile.
Los desafíos que impone la integración de energía solar en minería no son menores. En esta columna, exponemos los principales.

El hecho de que Chile sea un país minero no es novedad. Así se le reconoce hasta en los rincones más lejanos del planeta, así lo asumimos cada vez que hablamos de nuestras fuentes de ingresos como país. Tal vez menos conocido, aunque quizás más importante, es el hecho de que Chile tiene niveles altísimos de radiación solar que bien le podrían hacer merecer el título de “país solar”. Pero, así como hay una diferencia entre decir que el país es rico en recursos minerales y decir que el país es minero, también hay un salto entre celebrar los altos niveles de radiación solar y decir que Chile es un país solar. Afortunadamente, en los últimos años ha habido un esfuerzo consciente desde la política pública por aprovechar y desarrollar las energías renovables no convencionales, entre ellas la solar. De hecho, con la puesta en operación de decenas de centrales solares, hoy podemos decir que el país avanza a paso firme a transformarse en un país solar.

La creciente oferta de energía solar contrasta con el desarrollo de proyectos mineros que son cada vez más demandantes en cuanto a energía se refiere. La disminución de las leyes, la creciente profundidad de los yacimientos y el aumento en la dureza de las rocas a procesar hacen proyectar un incremento sostenido del consumo de energía en las próximas décadas. Cabe entonces preguntarse si existe o no una conexión virtuosa que explorar, una sinergia, entre el Chile minero y el Chile solar.

En la academia, más específicamente en el Solar Energy Reserach Center (SERC Chile) nos hemos hecho esta pregunta. En colaboración con el Advanced Mining Technology Center (AMTC) y la Universidad de Stuttgart, hemos dedicado nuestros esfuerzos a entender los desafíos que impone la integración de energía solar en minería. En una primera aproximación, tal integración podría darse mediante el reemplazo de esta en la red, lo que sería “transparente” para las mineras. Esto, si bien tiene potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, no representa necesariamente una integración. La integración requiere tomar las características intrínsecas de ambos recursos, solar y minero, y proyectar su explotación y aprovechamiento de manera conjunta. Así por ejemplo, la variabilidad horaria de la energía solar podría ser conciliada con la modulación de la demanda energética del proceso minero. En este ámbito, la variabilidad de los yacimientos da espacio suficiente para incorporar gestión de la demanda (demand side management, DSM), lo que permitiría una mayor penetración de la energía solar que el solo reemplazo de fuentes convencionales en la red. Sin embargo, la incorporación de DSM requiere de un esfuerzo para el sector minero en términos de diseño y operación para lo cual es necesario desarrollar mejores herramientas de simulación, instrumentación y control.

Desde el mundo minero se está trabajando con mucho ahínco en el desarrollo de herramientas que se pueden aprovechar para este efecto. Se trata del modelamiento geometalúrgico, en el que a partir de la caracterización geológica y metalúrgica de muestras de mineral (sondajes) se infiere el comportamiento del mineral una vez que sea procesado, junto a la variabilidad esperada. Es en esta misma línea de desarrollo donde hay espacio para incorporar restricciones adicionales, como la modulación del consumo de energía en los distintos procesos (DSM). Dicha incorporación genera nuevos requerimientos en términos de diseño y operación, tanto a nivel de gestión de variabilidad, mediante la incorporación de múltiples stocks intermedios, como a nivel de operación de flota y manejo de materiales.

Estos requerimientos representan, al final del día, desafíos para una industria que no se caracteriza por ser rupturista, sino más bien conservadora y donde los paradigmas son difíciles de vencer. No obstante lo anterior, en un contexto internacional donde es cada vez más importante la producción limpia, incluso de commodities como el cobre, llegará el día en que la integración de energías limpias deje de ser opcional. La instalación del paradigma de la producción limpia tendrá la fuerza necesaria para desafiar los actuales paradigmas que gobiernan el diseño y operación mineros. Como país debemos estar preparados para ese momento.

Estos desafíos en energía solar, tanto científico-tecnológicos como paradigmáticos, se deben comenzar a discutir desde hoy mismo, en el marco de una estrategia de desarrollo sustentable desde la cual surjan nuevos requerimientos a los proyectos futuros.

Abril 2018
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Comentarios acerca de este artículo
Carlos Düring CADUE Ltda. (07/08/2018)
Buenos días Dr. Kracht,
Tal vez debería complementar su acertado análisis, expandiéndolo hacia un adecuado cierre de minas en desuso, para reciclarlas como almacenamientos de energía hidroeléctrica, como lo sugiriera el ingeniero de minas Sr. Victor Encina durante el Mes de la Energía del Colegio de Ingenieros de Chile y coronarlo con una presentación durante la asamblea general de la pequeña minería en octubre 2018.
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