S e entiende por “cadena de frío” el control sostenido y permanente de la temperatura en todos los procesos relativos a la elaboración o comercialización de un producto que requiere garantías de su inocuidad antes de ser consumido o utilizado. En el mercado, existen diferentes soluciones aplicables a su supervisión, ya que cada uno de estos procesos (entre ellos, producción, transporte, almacenaje, puntos de venta o suministro, etc.) tiene sus propios requerimientos, es decir, el instrumento más apropiado será aquel que mejor se ajuste a los propósitos de cada proceso o “eslabón” de la cadena.

Por ejemplo, si lo que necesitamos es contar con un registro permanente de las temperaturas dentro de una planta de producción para una revisión posterior, un datalogger o registrador de temperatura responde perfectamente a esta necesidad. Estos equipos miden y registran la temperatura ambiental a intervalos regulares con una periodicidad fijada por el usuario. Algunos modelos poseen además un indicador local, es decir, tienen una pantalla que nos señala la temperatura actual, mientras que otros solo permiten exportar los registros a nuestro computador presentando la información en forma de tablas o gráficos.

En cambio, si lo que necesitamos es verificar que la cadena de frío no se rompió en ningún momento durante el transporte de alimentos o fármacos, una solución económica pero no menos efectiva es un registrador desechable. Este se almacena junto con los productos transportados y, una vez llegados al destino, se conecta por puerto USB a un computador donde emite un informe en formato PDF. La ventaja que ofrece este producto es que no solo es de bajo costo por ser desechable, sino que además encripta la información, lo que asegura que los registros no han sido intervenidos y que solo el personal autorizado accede a esa información. Además, cuentan con alarmas programables.

Por otra parte, si lo que necesitamos es realizar una supervisión remota de la temperatura en lugares de almacenaje de productos sometidos a cadena de frío, existen sistemas de registro de temperatura y humedad con comunicación WiFi que brindan esa solución. Estos sistemas pueden tener varios puntos de medición desde donde obtienen los datos, enviándolos a la nube, y desde allí se pueden descargar los informes a un PC o a un dispositivo móvil. Tienen la ventaja que no solo envían remotamente los registros, sino también las alarmas para que se puedan tomar decisiones oportunas antes del rompimiento de la cadena. Otros sistemas cuentan con comunicación Bluetooth, siendo también capaces de enviar información y alertas a los celulares.

Otras soluciones de mayor complejidad permiten comunicar uno o varios transmisores de temperatura con un registrador digital central vía interfaz RS485, ModBus o Ethernet, y acceder a la información histórica del registrador por un Web Server, donde el registrador presentará la información reunida en forma de tablas y gráficos de alta definición.

Finalmente, es importante que pensemos también en algunos otros detalles que nos ayudarán a escoger el equipo adecuado; entre ellos, la capacidad de registro que necesitamos, el tipo de ambiente al cual estará expuesto el instrumento y el tiempo de vida útil de la batería, entre otros. Para cualquier efecto, es recomendable que un asesor con conocimientos técnicos lo apoye al momento de la adquisición.