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Julio Villalobos, Centro de Transporte y Logística UNAB:
“La logística urbana representa una gran oportunidad para la incorporación de tecnología”

En línea con las crecientes necesidades de los consumidores, el e-commerce está demandando servicios logísticos cada vez más sofisticados, lo que se ha traducido en entregas de productos cada vez más complejas y costosas. Para abordar los requerimientos y soluciones para el transporte y la logística, conversamos con Julio Villalobos, Director del Centro de Transporte y Logística de la Universidad Andrés Bello.

En términos de Tecnología, ¿qué requerimientos presentan la logística y el transporte?
La logística y el transporte son servicios que dan sustento a diversas cadenas de abastecimiento y a cada área de la economía, por lo que responden a necesidades de clientes distintos e incluso a estrategias competitivas diferentes. Es por ello que los requerimientos tecnológicos de cada cadena son particulares; mientras algunas necesitan equipamientos más sofisticados, otras tienen como foco la información o la sensorización para hacer trazabilidad; lo anterior como respuesta a los requisitos de los distintos mercados.

Como tendencia, la logística y el transporte están demandando tecnologías que apunten a dos objetivos: el primero dice relación con el monitoreo de los servicios, conocer con mayor certeza el desempeño de las diversas cadenas de abastecimiento, para lo que son necesarias soluciones que brinden información y trazabilidad de los movimientos de carga, como sensores, sistemas para el seguimiento de equipos, sistemas de control de temperatura, entre otros.

El segundo, en tanto, va por la configuración de los equipos que se utilizan en las operaciones de transporte, y ahí la tendencia apunta a operar equipos limpios, eficientes energéticamente, y sustentables. De esta forma, las soluciones para este sector tienen relación con aquellas que permitan reducir el consumo de combustible o utilizar energías alternativas.

¿En qué otro ámbito se está produciendo avances en esta materia?
Otro ámbito es la integración de todos los actores, es decir, sistemas tecnológicos que permitan integrar y coordinar de mejor manera los flujos de mercancía entre los generadores de carga, los proveedores de servicios logísticos, los nodos de transferencias (como puertos o aeropuertos), y los clientes finales. Herramientas que permitan intercambiar información en tiempo real, y poder planificar y coordinar de mejor forma estos movimientos y esta interacción entre los distintos actores de la cadena, son otro ámbito de requerimientos que estamos viendo en la actualidad.

¿En qué parte de la cadena hay una mayor oportunidad de incorporar estas soluciones?
Existe un eslabón en la cadena de abastecimiento que es cada vez más complejo y costoso, que es la “última milla”, es decir, la entrega de carga al interior de las ciudades, la logística urbana, la entrega al cliente final. ¿Por qué? Por la tendencia a la urbanización; las personas tienden a vivir cada vez más en ciudades, particularmente en Chile, donde más de un 80% de la población vive en ciudades y se espera que lleguemos al 90% dentro de la próxima década.

Vivir en ciudades y tener hábitos de consumo cada vez más sofisticados, como el comercio electrónico, supone una entrega final mucho más compleja y con un mayor impacto sobre la calidad de vida. Se estima que aproximadamente el 20% de la congestión en las ciudades la generan los vehículos comerciales, y la principal fuente de emisión móvil en Santiago son los vehículos de transporte de carga, que además producen congestión y accidentabilidad.

En este contexto, el comercio electrónico está desarrollando servicios logísticos cada vez más sofisticados: entregas en ventanas horarias particulares, durante el mismo día, con la posibilidad de redirigirlas, etc. Ese servicio representa enormes desafíos de integración tecnológica, particularmente en el control, seguimiento de las flotas y de las entregas, así como con las plataformas de e-commerce.

¿Cómo ha evolucionado la tecnología para el sector? ¿El IoT y la Digitalización son parte de las tendencias?
Claramente. Tenemos que entender que la logística y el transporte dan sustento a prácticamente todas las actividades económicas de un país. Todo lo que uno ve a su alrededor estuvo en un camión en algún minuto. Entonces, tendencias como el Internet de las Cosas y la Digitalización, ciertamente al intervenir sobre cualquier tipo de organización, proceso productivo o desarrollo de servicio, está teniendo impacto sobre la logística que hay para mover las cosas físicas, los productos. Por lo tanto, el poder conectar a través de sensores, de equipos, de infraestructura, a Internet, y coordinarlos mediante desarrollos tecnológicos sofisticados, ciertamente va a influir o determinar el tipo de logística que seremos capaces de construir.

En ese sentido, los esfuerzos por hacer de Santiago una ciudad inteligente -conectándolo con el tema de la logística urbana- dicen relación con tener un mayor control, mejor coordinación, conocimiento y una comprensión cabal, a través de la información que levantan todos los sensores en una ciudad, o arriba de los equipos de los camiones o de los propios productos. De esta forma, es posible avanzar hacia desarrollos de servicios más sofisticados y con procesos logísticos más eficientes en la ciudad.

Por otra parte, se advierte una tendencia tecnológica que haría disminuir el impacto de la logística en el desarrollo económico o de la sociedad, y esa sería la impresión 3D, ya que evita que productos se fabriquen en un lugar del planeta y se consuman en otro, pues la persona puede imprimir en el lugar de consumo aquellos productos que necesita. Es una tendencia que avanza muy rápido, pero dista mucho de cubrir la enorme cantidad de productos que se comercializan en el mundo y que el transporte mueve.

En este escenario, ¿qué tecnologías destacan?
Este año hemos sido testigos de una de las revoluciones más grandes y rápidas de las que tengo memoria, que es la electromovilidad. Existen países que ya para 2020 o 2025 dejarán de comercializar vehículos a combustión interna, y están dando pasos enormes hacia la movilidad eléctrica, lo que está cambiando toda la industria de fabricantes de camiones y vehículos. Esto viene de la mano con la automatización, es decir, con los vehículos autó- nomos que también este año hemos visto un desarrollo a un ritmo gigantesco; existen proveedores de marcas que están fabricando miles de vehículos autónomos, y Tesla anunció su primer camión pesado eléctrico con una autonomía de 800 km y con la capacidad de mover más de 15 toneladas. Aquí hay un enorme desarrollo tecnológico que afectará muy radicalmente cómo se hace el transporte en todo el mundo. Eso supone un cambio en las organizaciones de transporte, en las formas de generar y abastecer energía, en la estructura de mantenimiento en las empresas de transporte, y en los tipos y competencias que deben tener los conductores del futuro.

¿La industria del transporte y la logística nacional es receptiva a los avances tecnológicos?
En el contexto internacional y por su estrategia de desarrollo, Chile es un país tomador de tecnologías, por lo que, en general, no se desarrollan localmente tecnologías significativas relacionadas con el transporte y la logística. En ese sentido, el desafío que tenemos es apurar la adopción de aquellas tecnologías que en nuestro país dan resultados y permiten dar saltos relevantes en competitividad y en la sustentabilidad de los procesos de este sector. Para ello, es importante avanzar en la validación tecnológica que, mediante pruebas de campo, permite comprobar las tecnologías que en Chile sí dan resultados y cumplen con las promesas que ofrecen.

Luego de que se obtienen los resultados de esas pruebas, se hace una difusión extensa en toda la industria, con el fin de que esta tome decisiones mucho más informadas para acortar la curva de aprendizaje. La idea es que aquellas soluciones que funcionan en Chile con nuestras condiciones (conductores, carreteras, clima, geografía, etc.) puedan ser adoptadas rápidamente y que el sector público pueda hacer políticas a partir de datos reales.

¿Qué tan lejos está Chile de transformarse en fabricante de tecnologías?
Me parece difícil cambiar drásticamente la forma de desarrollo del país, sobre todo considerando que Chile invierte tan poco en investigación y desarrollo, que le cuesta tanto innovar y que tiene una cultura de adopción de tecnologías. Además, en la economía global las brechas de desarrollo tecnológico son cada vez mayores. La electromovilidad, las comunicaciones, el Internet de las Cosas, por ejemplo, son desarrollos que van a una velocidad muy mayor, y no veo a Chile participar en ninguno de esos espacios. El desarrollo tecnológico y la innovación se han concentrado a nivel mundial en ciertas potencias, las que basan su crecimiento económico precisamente en ese desarrollo tecnológico. Y Chile no está en esa estrategia, ni en la educación, ni en la inversión en investigación y desarrollo, por lo tanto, es difícil que de un día a otro aparezcamos como grandes desarrolladores de tecnología. Como estrategia de desarrollo no la vi en las propuestas presidenciales, ni la veo en las empresas, que no invierten en I+D y no innovan, pues son bastante conservadoras.

Enero 2018
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