¿La matriz energética chilena está preparada para sostener un esquema de electromovilidad?
En los escenarios energéticos que ha elaborado el Ministerio de Energía encontramos que el aumento en la demanda daría espacio para que se concreten nuevos proyectos solares en el norte, tanto fotovoltaicos como de concentración solar de potencia, así como también proyectos eólicos a lo largo de todo el país, y centrales hidroeléctricas en el sur. En cualquier caso, la operación del sistema eléctrico deberá modernizarse para permitir integrar generación renovable variable y energía de base al mismo tiempo que la demanda crece por movilidad eléctrica en los centros urbanos, pensando que las horas de carga de las baterías pueden coincidir con el peak de demanda del sistema. Así, nuevos sistemas de gestión de la demanda eléctrica también podrían ser importantes.

¿Cómo la infraestructura actual -que ha sido “cuestionada” por los cortes de suministro- se va a preparar para el crecimiento de la demanda de energía?
Efectivamente necesitamos actualizarnos en el marco legal en el mercado de la distribución eléctrica, de manera de avanzar hacia un sistema más inteligente. Para ello será sin duda necesario modificar la regulación actual de la distribución eléctrica que data de principios de los 80s, para adaptarla a los nuevos desafíos del sector. Para ello se ha venido trabajando en forma amplia y participativa un proyecto de ley para que la nueva administración pueda dar inicio a su trámite legislativo. En todo caso, la regulación que estamos diseñando pretende incentivar que las empresas realicen las inversiones necesarias, no solo en infraestructura física, sino también en sistemas inteligentes, que faciliten nuevos modelos de negocios como es el suministro eléctrico para movilidad. En el futuro, necesitamos una mayor presencia de medidores inteligentes al mismo tiempo que mejores sistemas de operación que permitan enfrentar de mejor manera interrupciones de suministro así como alzas y bajas en la demanda eléctrica horaria.

¿Cómo contrasta el panorama local con el de países más avanzados en la materia?
Los países líderes en esta materia, como Noruega, Holanda o Suecia, llevan más de 20 años trabajando e impulsando la electromovilidad. Así también los países fabricantes y desarrolladores de tecnología, como Japón, Estados Unidos, China, Francia o Reino Unido, por lo que su avance es significativamente mayor al nuestro. Por otra parte, son países desarrollados, de ingresos altos, por lo que sus problemáticas en este ámbito son diferentes a las de Chile, que recién está empezando en esto. De los países antes mencionados, muchos ya han establecido metas con objetivos y plazos concretos, que los han llevado a implementar una serie de incentivos, políticas y regulaciones que les han permitido fomentar la investigación, desarrollo y penetración de esta tecnología, tanto en sus propios países como en el resto del mundo.

En ese sentido, ¿cuáles son las principales brechas que identifican?
En Chile, el escenario es bastante diferente. La electromovilidad es algo aún incipiente; a la fecha, en el país solo hay alrededor de 200 autos eléctricos y tres buses. Sin embargo, el tema está evolucionando y el futuro se ve promisorio; que seamos el mayor productor de cobre y que tengamos importantes reservas de litio del mundo, es solo una parte de la ecuación. Los beneficios energéticos, medioambientales y en salud, han hecho que para el gobierno sea primordial desarrollar una “Estrategia Nacional de Electromovilidad”, la cual fue elaborada en conjunto por los Ministerios de Energía, Transporte y Telecomunicaciones, y Medio Ambiente, además de contar con la participación de representantes del sector privado, la industria y la academia, por mencionar algunos actores.

Esta estrategia incorpora una serie de ejes estratégicos en los ámbitos de regulación, formación de capital humano, información, transporte público, entre otros, que tienen como objetivo disminuir las brechas existentes en esas materias, de forma de impulsar la electromovilidad en el país.

¿En qué pie está Chile al respecto?
En ese sentido, hay que tener en consideración que Chile aún es un país de ingresos medios que sigue y continuará creciendo, por lo cual aún atiende a una serie de necesidades sociales prioritarias para los recursos fiscales, que hacen complejo otorgar un incentivo económico como exenciones tributarias o subsidios. Pese a esto quedan abiertas lí- neas de trabajo que permitirán explorar otras instancias de fomento económico a esta tecnología, que permitirá darle el impulso que necesita.

Nosotros vemos que con la electromovilidad sucederá algo muy similar a lo ocurrido con la energía solar. Hace cinco años nadie hubiera pensado que la energía solar representaría casi un 10% de nuestra matriz eléctrica, sin embargo, actualmente lo es, y esto se ha logrado gracias a que se generaron las condiciones y normativas necesarias para su entrada, lo que nos ha hecho ser uno de los líderes mundiales en penetración de energía solar, sin necesidad de subsidios. Este mismo fenómeno se repite hoy con la movilidad eléctrica y, nuevamente, estamos anticipándonos a la masificación de esta tecnología.

¿Cuáles son los alcances de la Estrategia Nacional de Electromovilidad?
Hemos planteado como objetivo de esta Estrategia Nacional de Electromovilidad delinear las acciones que Chile debe tomar en el corto y mediano plazo para alcanzar las metas de penetración de los vehículos eléctricos: de 40% en vehículos particulares y 100% en transporte público al 2050; aportando así a las metas de eficiencia energética, mitigación de gases de efecto invernadero y contaminación local, a la vez que se aporta también a mejorar la movilidad y la calidad de vida de las personas.

La estrategia -lanzada el 13 de diciembreconsta de diferentes ejes estratégicos y líneas de acción que apuntan a disminuir o eliminar las barreras existentes, de forma tal que se acelere la introducción de la tecnología en el país y que nos permita estar preparados para su llegada, en todos los frentes. Esta estrategia es el inicio de un trabajo que debemos desarrollar en el tiempo, tanto el sector público como el privado, permitiéndonos identificar gran parte de las acciones que deben desarrollar los diferentes actores, estableciendo objetivos y plazos concretos, acorde a los documentos estratégicos antes desarrollados por esta cartera, como lo son la Agenda de Energía o la Política 2050. En Chile, ya iniciamos el trabajo para generar las condiciones que nos permitan masificar esta tecnología en los próximos años, y esta estrategia es un hito importante que marca una hoja de ruta, que permite unificar los esfuerzos del sector público y privado. En este sentido, es importante destacar, primero que todo, el cambio radical que hemos generado en los últimos años, en la forma que generamos nuestra electricidad con fuentes renovables.

Un segundo elemento importante a destacar es que en Chile las gasolinas pagan un impuesto específico, lo que hace más competitivo un vehículo eléctrico. Además, los vehículos eléctricos están exentos del pago del impuesto verde y de la restricción vehicular en la Región Metropolitana.

En este proceso, ¿cómo ha sido el feedback por parte de las empresas eléctricas?
Las empresas eléctricas han estado muy involucradas en todo este proceso, es más, muchas de ellas han sido pioneras en estos temas, han venido trabajando desde hace ya varios años, y tienen avances significativos. Han estado trayendo la tecnología, instalando redes de carga, desarrollando programas piloto, organizando instancias de colaboración tecnológica, entre otras. Afortunadamente ellos han ejercido un rol muy activo, lo que para nosotros es clave para la viabilidad y masificación de esta nueva tecnología.