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LA INDUSTRIA ELECTRÓNICA EN CHILE
Construir redes para fortalecer el ecosistema
Por Equipo de Prensa de Revista ElectroIndustria
Si bien parece que el desarrollo, fabricación e integración de soluciones electrónicas había casi desaparecido de nuestro país, hoy en día esta industria está retomando el paso con nuevos aires. Para conocer el estado de este sector en Chile, Revista ElectroIndustria conversó con diversos actores de la industria electrónica nacional en una reunión-desayuno.

En las últimas tres décadas, la economía nacional se ha “globalizado”, mediante la firma de tratados de libre comercio con diversos países, que ha permitido que diferentes equipamientos de producción y bienes de consumo se importen a precios muy bajos. Sin duda alguna, esta oleada de internaciones provocó una serie de desajustes entre las industrias locales, que se vieron complicadas para competir con los proveedores extranjeros, obligándolas muchas veces a desaparecer. En este sentido, la industria electrónica nacional si bien no ha desaparecido totalmente, pareciese que quedó postergada frente a otros sectores.

A juicio de Carlos González, Gerente de Contac Ingenieros, el problema radica en cómo la industria electrónica aprovecha las potencialidades que puede ofrecerle al país. “En un encuentro especializado que hubo hace algunos días, el diagnóstico del sector fue que tenía una cadena de valor agregado muy larga y que faltaba ver cómo el país aborda las distintas capacidades que proponen los distintos actores de la Industria y la Academia. Hay que contribuir a ver cómo se plantea todo el sistema”, afirmó.

En este sentido, Claudio Urrea, Jefe de Área Control de Procesos Industriales en la Universidad de Santiago, sostuvo que en Chile existe potencial para el crecimiento de la industria, con alumnos de varias universidades generando proyectos en esta línea. “Sin embargo, hace falta la demanda de estas soluciones; es la brecha que hay que atacar para evitar que los esfuerzos locales vayan muriendo”, agregó.

Carlos González, CONTAC INGENIEROS.
Claudio Urrea, USACH.
Manuel Antonio Manterola, KONCEPT.
Luis Lund, POIROT.
Javier Matheu, ARIÁN.
Daniel Burón, BURÓN.
Cristian Muñoz, INACAP.
Cristian González, CONSULTORÍA Y DESARROLLO.
Francisco Gutiérrez, AC3E-USM.

Para Manuel Antonio Manterola, Socio y Consultor principal de la consultora Koncept, más que evaluar la posibilidad de hacer electrónica en Chile, el punto está en definir el quehacer electrónico, pues tiene muchas dimensiones relacionadas. “Aparte de que no sabemos ser colaborativos, si miramos la masa crítica vemos que, aunque tenemos actores en diversas funciones de la industria, no tenemos un ecosistema potente”, explicó.


El rol de las universidades

Según Luis Lund, Gerente General de Poirot Chile, el desarrollo de esta industria en nuestro país es una necesidad “cultural y casi emocional”. “Los jóvenes egresados del sistema educacional, ven que pueden desarrollar diseños que llegan a clientes y son usados de manera efectiva y confiable; así logran realizarse como profesionales y personas. Entonces, claro que tiene sentido hacerlo. De lo contrario, si todas las soluciones se importaran, los estudiantes se darán cuenta de que tienen un conocimiento que no tienen dónde aplicar”, señaló.

Al respecto, Javier Matheu, Socio y Gerente General de Arián Chile, sostuvo que universidades e institutos tienen un rol muy importante, más allá de transmitir puro conocimiento. “Deben involucrar a los muchachos a hacer empresa, en esta aventura que significa hacer algo desde cero. No obstante, si no les inculcan ese amor por hacer cosas, seguiremos reuniéndonos los mismos en estas instancias”, advirtió. En este sentido, continuó el ejecutivo, muchos egresados de carreras electrónicas buscan, en vez de ser buenos técnicos, ser gerentes en un banco o transformarse en evaluadores de proyectos.

Según Urrea, para que esto pase se requiere que la Academia se asocie con las empresas. “Estas alianzas nos permitirán seguir avanzando en este sentido. Las universidades y los privados no pueden hacer este trabajo por sí solos, sino en una alianza entre ambos sectores”, añadió.

En la misma línea, Daniel Burón, Jefe de Operaciones de Burón, expresó que la creatividad es uno de los atributos básicos de estos profesionales. “No sé si estarán de acuerdo con mi analogía, pero creo que un ingeniero electrónico es un artista, y tiene que tener creatividad. No es una persona para estar sentada todo el día, y creo que las universidades tienen que motivar a los estudiantes a hacer cosas y eso ayudará a que los niveles de Investigación y Desarrollo sigan funcionando”, complementó. En palabras de Carlos González, el sector necesita hacer inventario de sus posibles aportes a la economía local e internacional. “Por ejemplo, para la industria electrónica mundial, somos grandes aportadores de materiales, pero en bruto. A nivel internacional, hay ejemplos de cómo se puede incrementar el retorno de una inversión a través de soluciones electrónicas, transformando -por ejemplo- cobre de chatarra en cobre ultra puro. No obstante, para ello se requiere un roadmap, un plan estratégico que sea consensuado por el país, porque los electrónicos no son los actores principales en esta economía”, agregó.

En la misma línea, Manterola opinó que las universidades no son las únicas responsables. “Esto es un ecosistema que tenemos que construir entre todos. En estricto rigor, las universidades están haciendo un excelente trabajo formando gente, pero ¿qué pasa con el ecosistema que los recibe? Entonces, es una responsabilidad compartida”, sostuvo. En este sentido, Cristian Muñoz, Asesor del Área Electricidad y Electrónica Vicerrectoría Académica de Pregrado de Inacap Chile, es necesario considerar el sistema en el que estamos insertos. “Si un producto no tiene valor de cambio, se desecha. Esa es la realidad, y debemos aprender a movernos en esa realidad”, sostuvo. “En estas circunstancias, es importante contar con la visión transversal de los empresarios en esta área, que muchos electrónicos no tienen. Por ello, Inacap (como otras instituciones) está integrando estas diversas visiones en sus planes de estudio de estas carreras”.


Barreras al crecimiento

Como comentó Cristian González, Socio de la empresa Consultoría y Desarrollo, uno de los problemas que aqueja a las empresas del sector es la falta de proveedores especializados, particularmente en áreas anexas a la electrónica misma, como la elaboración de gabinetes plásticos. Para el profesional, esta dificultad se debe, principalmente, a “la falta de desarrollo de proveedores” que caracteriza a la industria nacional.

“En el país, ya no se valora el proveedor. Primero, espero que esa empresa tenga todas las herramientas y conocimientos para hacer el trabajo, y luego que me haga las cosas a un costo muy bajo. Es cierto que en estos últimos años, con la apertura de mercados, se ha facilitado la compra de insumos desde el extranjero, pero con eso muere la posibilidad de resolver problemas en el día, por ejemplo”, afirmó.

Otro tema que aqueja a la industria, son las complicaciones que significa buscar apoyo estatal para el desarrollo de productos o soluciones. “Cuando una empresa y una universidad desarrollan una tecnología, sacan una patente, pero esta no se transforma posteriormente en un producto. ¿Por qué? Porque aunque la universidad obtuvo lo que quería (el estudio, la patente, etc.), la empresa -si bien tiene el fundamento técnico de la solución- solo está comenzando en el desarrollo del producto, que puede ser un proceso muy largo”, explicó. “Y las instancias estatales que pueden financiar la solución niegan el financiamiento porque no es innovador, porque ya se lo financiaron a una universidad. Entonces, toda la cadena queda trunca”.

Por su parte, Burón ejemplificó lo anterior con un caso: “Tratamos de postular a un programa Corfo con un módulo de limpieza de paneles solares, el que fue rechazado porque –según los evaluadores- no había innovación ni posible patente. Claro, este producto se puede importar de proveedores extranjeros, pero el objetivo del proyecto era generar la ingeniería en el país”, relató.

Para el ejecutivo de Consultoría y Desarrollo, estas barreras podrían superarse si los electrónicos nacionales trabajaran en equipo. “En general, a estos profesionales nacionales les cuesta mucho trabajar en redes, como se hace en la industria del Software, donde varias empresas se especializan en una determinada etapa del desarrollo del producto y entre todas generan el producto solicitado por el mandante”, sostuvo.

A juicio de Francisco Gutiérrez, Gerente de Transferencia Tecnológica en el Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (AC3E) de la USM, varios cambios han pasado en los últimos 20 años, período durante el cual se ha profundizado la investigación y el desarrollo en este campo. “Más que líderes, necesitamos redes. Ese es el desafío que tenemos para aumentar el porcentaje de tecnología que podamos desarrollar en el país”, afirmó.

En este sentido, Manterola cree que todavía la cultura está basada en una mentalidad que no favorece al desarrollo de proveedores o al trabajo en equipo. “Generalmente, se cree que todos deben pelear por su pedazo de la torta, y este tipo de cultura es muy distinta a la de desarrollo de valor, de forma contributiva, donde la torta puede crecer para todos. Sin embargo, para ello se necesita confianza, una filosofía de desarrollo de valor. Pero en esta economía en que estamos, es muy difícil que alguien deje valor sobre la mesa y no trate de capturarlo todo, sin dejar valor para los partners”, observó.


¿Qué ecosistema queremos?

No cabe duda de que Chile cuenta con algunos sectores económicos muy fuertes, ubicados entre los líderes mundiales en sus respectivos rubros, como lo son la minería del cobre y la industria vitivinícola. Este hecho, a juicio del ejecutivo de Koncept, es una oportunidad para potenciar la tecnología “made in Chile”. “Al tener esas industrias, el 5% de la tecnología que se fabricará en el país, puede ser muy potente y cambiar el mundo”, indicó. “Ahora bien, no todos necesitan ser emprendedores o desarrolladores, así que hay espacio para todos. Los países tienen que encontrar sus propias recetas para desarrollar su propia industria”. Según Gutiérrez, de AC3E, hay varios rubros que necesitan el desarrollo de Electrónica, como startups, o multinacionales que necesitan una mirada “local” para modificar sus productos estándares, especialmente para la minería. “En este sentido, necesitamos exportar productos terminados. Tenemos del orden del 52% de las reservas de litio del mundo, y necesitamos exportar baterías, no el mineral”, sugirió.

Según Cristian González, el negocio de la electrónica no está en los grandes servicios de manufactura, sino en una empresa que ofrezca servicios de prototipado de alta calidad. “Nuestra oportunidad, como industria electrónica, tiene espacio en la velocidad para resolver pequeños volúmenes con gran especialización, donde otros no se van a meter”, aseguró. “Así, se va logrando un expertise, pero se debe tener cuidado porque el mercado va exigiendo que entres en diferentes rubros”.

En este escenario, si bien la electrónica nacional tiene una oportunidad de crecer, especializándose en soluciones para los grandes sectores económicos del país, es necesario que los actores de esta industria tengan una mayor apertura hacia trabajar en conjunto, de modo de potenciar sus capacidades y la de sus desarrollos.

Noviembre 2017
.......
Comentarios acerca de este artículo
Antonio P&G (10/02/2020)
El unico camino para fortalecer la industria nacional es fortalecer lo que hay,mineral,capacidad,inteligencia buscar nichos juntos( cada uno con su parte ) en un todo.No cobrar el estado impuestos a este nuevo emprendimiento( esglosado en "Bien nacional")
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