Eduardo Gorchs.
¿Qué desafíos enfrenta actualmente la industria chilena de Pulpa y Papel?
Es interesante plantear la pregunta desde el punto de vista de la industria de la celulosa en Chile, porque si bien esta tiene desafíos que son comunes al sector en todo el mundo, también debe enfrentar retos únicos.
Entonces, a nivel global, si analizamos la evolución de esta industria, vemos que estas empresas deben principalmente hacer frente a las caídas en la demanda por ciertos productos tradicionales, como el papel prensa, y cuyo pronóstico es desaparecer, considerando la creciente digitalización de los medios de comunicación. Por ello, varias compañías han debido impulsar cambios en su oferta de productos, yendo, por ejemplo, hacia la producción de textiles en base a celulosa. Por esa razón, decidimos denominar el evento para esta industria como “Siemens Fiber Days”.
¿Y cuál es su mayor desafío como industria chilena?
Destacaría el mantener su competitividad frente a otras economías que también cuentan con una importante industria de Pulpa y Papel, como es el caso de Argentina y Brasil. Por ejemplo, para estar listo para producción, un árbol en Brasil se tarda 10 años menos que en Chile, pero a pesar de eso, la industria chilena tiene el 10% del mercado internacional y hay que sostener ese posicionamiento.
En ese escenario, ¿qué soluciones se pueden implementar?
En general, se puede ayudar a la reconversión de la industria, para lograr el rediseño del producto final y la generación de nuevas propuestas al mercado, con la misma base inicial, pero incorporando nuevas tecnologías de Automatización y Digitalización. Asimismo, son estas mismas tecnologías las que pueden ayudarlos a mejorar su competitividad, permitiéndoles llegar antes al mercado y de manera más eficiente.
En ese sentido, ¿hacia dónde evolucionan las tecnologías de Automatización y Digitalización?
Hoy en día, al igual que varias otras industrias, el sector de la celulosa se encuentra en el umbral de la llamada “Industria 4.0” -o simplemente Digitalización-, que implica aprovechar los grandes volúmenes de información que ellos ya poseen para producir y gestionar mejor; es decir, usar esa información como conocimiento, no solo una acumulación de datos que no entrega ningún valor. En este sentido, como Siemens, tenemos herramientas para hacerlo en conjunto y para que las empresas nacionales de esta industria puedan hacer esta transición de la mejor manera.
Habitualmente, ¿cuáles son los requerimientos de los clientes de esta industria?
Siempre nos solicitan llegar con soluciones con costos competitivos, que la evaluación económica de la inversión tenga sentido. Es un tema permanente, pues no es una industria cuyo producto final le permita gastar en cualquier cosa; al contrario, están muy restringidos por su propio mercado.
No obstante, cabe destacar que hoy están más abiertos a evaluar la inversión “a largo plazo”, considerando todo el ciclo de vida de la solución. Entonces, la industria nos dice que si bien les importa cuánto deberán invertir inicialmente, también quieren saber cuánto les costará su operación, mantenimiento, disposición final, etc. Por lo tanto, para nosotros resulta esencial demostrar el valor de la solución durante todo su ciclo de vida, pues si no lo podemos hacer, ahí sí nos van a evaluar por precio, y esa es una visión cortoplacista que no le sirve a ninguna de las dos partes. Además, para el cliente no hay solo un tema de reducción de costos, sino también de sustentabilidad. Chile, respecto a otros mercados, es más estricto en sus requerimientos medioambientales. Entonces, es importante también tener en cuenta el impacto de la solución que se aplicará sobre la sustentabilidad.
¿Es un sector abierto a la innovación tecnológica?
Creo que sí acepta la innovación tecnológica. Si bien está un poco obligada (por los desafíos que mencionábamos antes), también tiene mucho desarrollo en conjunto con el ámbito académico. Solo hace falta ver la oferta de carreras orientadas hacia este sector, y aunque no tengo información exacta, me atrevo a decir que es tan avanzado como cualquier otro país de la Región.
Tampoco vemos que la implementación de soluciones de automatización esté limitada a grandes empresas, y SIPAPER, por ejemplo, está instalado en muchas aplicaciones en compañías de diferentes tamaños. En definitiva, el polo que hay en la Región del Biobío tiene una interesante demanda de conocimiento, de profesionales preparados, y una sana competencia por tener cosas nuevas.
¿En qué consiste la propuesta de Siemens para este sector?
Para la industria de Pulpa y Papel, Siemens cuenta con SIPAPER, una suite de soluciones que abarca desde la gestión de energía (tanto de consumo propio como de cogeneración para la venta), hasta la producción (desde la pulpa, a la máquina seccionadora), y sobre estas, provee un sistema de Automatización y Control que permite controlar todo esto de forma fluida. Asimismo, ofrece un sistema de operación de la producción (o MOM, del inglés “Manufacturing Operation Management”), que es el vínculo entre el piso de planta y la gestión comercial de la empresa.
Entonces, con SIPAPER se puede alcanzar una disponibilidad de planta de un 100%, reducir costos de mantenimiento en un 15% o incluso tiempos de ingeniería en un 30%. Todo esto siempre con una reducción de la huella de carbono. Además, esta suite puede conectarse a MindSphere, la plataforma Cloud industrial de Siemens, en la que se pueden correr aplicaciones para ayudar a las empresas a pasar a la Industria 4.0 y obtener sus máximos beneficios.