La medición de caudal en gases es una de las aplicaciones que los medidores de caudal másicos manejan de manera muy precisa (e injustamente no muy difundida), ya que la exactitud de la medida es crucial por razones de costos y por la ingeniería de procesos. El etileno es muy común en la industria de procesos y usado en muy variadas condiciones. Por ejemplo, Dow Chemical mi-de el gas etileno en presiones que van de 75 a 95 bar y a una temperatura media de 10°C. El flujo de gas debe ser medido en un rango de 10 a 40 toneladas métricas por hora. La compañía usaba originalmente medidores tipo turbina para medir el flujo volumétrico, de modo que la densidad también debía ser medida antes que el flujo másico fuese calculado. Por estas razones, los operadores decidieron probar el flujómetro coriolis espe-cíficamente para estas aplicaciones. Era una oportunidad ideal para desplegar todas las destrezas de este instrumento: alta exactitud y reproducibilidad de la medición; inmunidad a las vibraciones en la tubería, debido a su alta frecuencia de oscilación (600-800 Hz); inmunidad a las influencias externas, como golpes de carga, tensiones y deformaciones. De esta manera, mediante las pruebas realizadas, Dow Che-mical comprobó su exactitud de medición y se impresionó por su estabilidad de largo plazo y el superior rango dinámico en comparación con los medidores tipo turbina. Otras pruebas realizadas por HOECHST AG también han demostrado una excelente respuesta de estos caudalímetros, no sólo en etileno sino que en hidrógeno, nitrógeno y otros gases. Versatilidad de aplicación En otras aplicaciones, el flujómetro coriolis ha demostrado ser también ideal en la medición de gas. Su rápida respuesta y alta exactitud, independiente de los cambios de presión, son argumentos a favor en aplicaciones de dióxido de carbono en cervecerías y plantas de bebidas gaseosas. El rango de presión para medición de aire se extiende de 3 bar (batches de bebidas y llenado) a 300 bar (compresores para generadores de gas en airbags). Aplicaciones comunes incluyen gas natural comprimido y gas a baja presión, ambos usados como combustible para autos de pasajeros y buses. Como en el sector químico, el coriolis se ha vuelto más popular para la medición de gas en aplicaciones petroquímicas. En esto, mucho ha influido su diseño robusto y su versatilidad, temas importantes para medir una gran variedad de derivados del petróleo. La habilidad de concentrar un número de parámetros de procesos en un punto único de medición es una de las mayores fortalezas del coriolis. El flujo másico, la densidad y la temperatura son medidos por un solo equipo. Estas variables de medición pueden combinarse, de modo que un solo equipo de medición de procesos es todo lo que se necesita para calcular diversas variables como concentración de mezclas de fluidos. Este reto es bien conocido en la industria de tratamiento de aguas, ya que los operadores de plantas siempre deben analizar la concentración de lodos activos. Dos factores son de gran importancia en este contexto. El primero, es la alta exactitud en la medición de densidad, ya que puede registrarse con gran precisión no sólo en las condiciones referidas o en un punto definido del proceso, sino además en el proceso total. Segundo, es importante estar seguros de la relación entre la concentración, la densidad y la temperatura, y el flujómetro coriolis puede ser calibrado para medir fracciones dentro de una mezcla de fluidos. Requerimientos especiales Los desafíos que enfrenta esta tecnología son inherentes a los requerimientos especiales, como, por ejemplo, cuando la pérdida de carga debe mantenerse en niveles muy bajos. Estas condiciones aparecen cuando la goma de silicona contiene partículas de cuarzo que deben medirse. La precisión del medidor de flujo es esencial y estos sólidos no deben variar la exactitud de la medición. En este caso particular, sólo una pequeña pérdida de carga puede tolerarse, según la alta viscosidad del medio. El flujómetro másico de tubo recto es la opción ideal para esta aplicación. Los aspectos que más interesan al cliente son el diseño higiénico, fácil de limpiar, que impide la formación de depósitos de materia extraña. El espacio también es importante, por lo que los modelos compactos son la solución ideal. Los productores requieren más y más información precisa sobre sus procesos. Por esta razón, la habilidad de medir la viscosidad del medio en procesos es ahora posible con los flujómetros coriolis. La viscosidad es una característica del producto y afecta la eficiencia del proceso en muchas instancias. Por ello, la información de viscosidad influye en la optimización de control de procesos y permite obtener una mayor información del proceso en curso. Esto significa que el flujómetro coriolis puede ser usado como un sensor para cuatro variables de procesos de una vez, y la medición de los parámetros involucrados no afecta a los demás en ninguna forma. Lo que el cliente recibe es una huella dactilar de la aplicación. La información profunda de todas las variables relevantes del proceso disponible en cualquier momento genera un cuadro completo del proceso, ofreciendo toda la información para optimizar la eficiencia. |