Marcelo Cortés.

¿En qué pie está Chile en materia de cogeneración?
La cogeneración aún es incipiente en Chile, debido a las dudas respecto a los reales ahorros que puede generar, lo que me parece injusto porque el concepto de cogeneración y trigeneración no es nuevo; existe una vasta y exitosa experiencia internacional y se ha avanzado mucho en la materia en los últimos años. En este sentido, nuestro país tiene una tremenda oportunidad para hacer cogeneración y liderar esta tecnología en Sudamérica.

Entonces, ¿por qué no se ha masificado en la industria local?
Creo que responde a tres factores. Primero, tenemos un desafío en términos de generar un know-how interno a nivel de profesionales y empresas que implementen este tipo de proyectos. Si bien se trata de una tecnología sencilla, tiene algunas dificultades prácticas, ya que requiere conocer los procesos productivos a fondo y de cómo se hace uso de la energía en ellos. Se trata de un “traje a la medida” para cada empresa, ya que algunas tienen más consumo eléctrico que térmico; otras, más térmico que eléctrico, y otras van cambiando su requerimiento según la estación del año y los productos. En otras palabras, cada compañía tiene demandas y necesidades energéticas particulares y eso lleva a que la tecnología se deba adaptar a cada caso. Segundo, un equipo cogenerador debe estar en torno al millón de dólares el MW, cifra que para algunos resulta aún muy costosa. Sin embargo, el foco debería estar en que es una tecnología rentable, más allá de su valor inicial.

Tercero, se debe avanzar en mayor difusión de las ventajas y el potencial de la cogeneración, más si consideramos que el ex Ministro de Energía, Máximo Pacheco, la catalogó con justa razón como una de las materias estratégicas para el país.

¿Qué industrias podrían incorporar la cogeneración?
La minería requiere energía eléctrica, agua caliente y calor (acondicionamiento de salas, galpones, túneles). Es un sector muy rico para potenciar la cogeneración. Lo mismo pasa con la agroindustria, que incluye empresas productoras de jugos, verduras y frutos congelados, pulpa, cereales y pastas, que tienen una demanda constante de energía eléctrica para sus bombas, equipos de proceso y compresores, pero además de agua caliente y vapor (para lavado, escaldado, y esterilización), refrigeración (para los productos pasteurizados), y vapor para otros procesos. Estas industrias hoy compran electricidad a la red, producen agua caliente o vapor en calderas y no están integrando los requerimientos, perdiendo una interesante oportunidad de hacer optimización energética.

¿Cuál es la tecnología disponible para la cogeneración?
A grandes rasgos, se puede dividir en dos grupos: en base a motores con combustión interna y externa, y en base a turbinas. En el caso de los motores, hay diversas tecnologías: ciclo diésel, ciclo Otto, ciclo Miller y, de forma muy interesante también, ciclo Stirling (motor de combustión externa). Por su parte, las turbinas son más costosas y complejas, pero tienen un potencial térmico más alto que un motor, siendo por ello más adecuadas para proyectos con mayor requerimiento térmico. En cambio, para un proyecto mayormente eléctrico, se sugieren los motores.

¿Cuál es la oferta de Gasco en cogeneración?
Gasco ofrece un completo soporte en este tipo de proyectos, servicio, una solución energética integral. Trabajamos en conjunto con la GIZ, el Instituto Fraunhofer a través del Centro de Innovación UC, la Universidad de La Frontera, entre otras prestigiosas organizaciones, y pertenecemos además a la Asociación de Ingenieros de Energía de Estados Unidos. De esta forma, ponemos toda nuestra red de apoyo a disposición de los clientes que deseen evaluar sus procesos en busca de nuevas alternativas para un aumento del rendimiento de sus plantas, ahorro de costos y reducción de emisiones.