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Mantención de activos en las redes eléctricas

El sector de la energía eléctrica está experimentando un período de cambio profundo, y la mantención de activos sigue siendo el principal desafío para la mayoría de las empresas eléctricas en todo el mundo.

Como nunca antes, las redes eléctricas alrededor del mundo están enfrentadas a profundos desafíos, que van desde la captación masiva de dispositivos de generación distribuida, tales como la generación de energía solar, hasta significativos cambios en los equipos de control y de comunicaciones utilizados en las propias redes. En países desarrollados, las compañías eléctricas deben encarar la realidad de una base de equipos que está llegando al final de su vida útil, mientras que las naciones en desarrollo luchan por tratar de identificar ejemplos de mejores prácticas con las que puedan modelar sus operaciones.

Para agravar estos problemas, existe una creciente presión regulatoria y de financiación en las empresas eléctricas para justificar sus acciones de gestión y las decisiones de gasto. Además, en medio de estos desafíos, hay una gran variación en todo el mundo sobre cómo enfrenta la industria lo que es, sin duda, su principal desafío: el diseño, mantenimiento y operación de una gran red de equipos eléctricos.

A menudo, las compañías eléctricas toman muy diferentes enfoques en la prueba de equipos, el cálculo de la vida útil y los costos financieros de las diversas opciones de mantenimiento de equipos, e incluso de informes sobre el rendimiento de su sistema. La variedad no es intencional, sino que se deriva de la falta de estándares globales internacionalmente aceptados o directrices sobre cómo poner en práctica la gestión de activos en el sector eléctrico. Esta actual falta de normas o directrices internacionales sobre la gestión de activos para redes eléctricas tendrá un impacto significativo sobre la fiabilidad y la viabilidad futura de la industria. Si bien las normas, tales como la serie ISO 55000, proporcionan una guía general sobre las mejores prácticas de gestión de activos, no proporcionan la guía específica que requiere dado los métodos operativos y los retos de la industria de transmisión y distribución de electricidad.


La necesidad de normas y prácticas estandarizadas

En este sentido, la situación actual significa que:

El negocio de redes eléctricas en todo el mundo utiliza diferentes métricas para medir e informar sobre el desempeño de sus redes. Sin ninguna definición comúnmente aceptada para calcular, por ejemplo, las tasas de falla, es muy difícil establecer referencia a través de organizaciones o jurisdicciones.

Existe una falta de consenso sobre cuáles son los métodos de mejores prácticas en la metodología, desde el ensayo de un componente en particular de equipo, hasta la priorización de distintas opciones de gestión de activos. Esto hace tremendamente difícil la comunicación con los stakeholders y significa una pérdida de tiempo y recursos para las empresas eléctricas al tener que desarrollar sus propios métodos para hacer frente a un problema en particular. Esta situación se agrava particularmente en las naciones en vías de desarrollo o en el contexto de las organizaciones relativamente pequeñas, que podrían beneficiarse en gran medida por la simple adopción de métodos de buenas prácticas desarrollados por otros.

Sin estándares internacionales sobre la medición y presentación de informes de los procedimientos de gestión de activos y desempeño de las redes eléctricas, el compromiso de las partes interesadas es muy difícil. Cuando un negocio eléctrico no se puede comparar con sus pares, o demostrar que está siguiendo las mejores prácticas de la industria, los grupos de interés, tales como reguladores u órganos de financiación, ven muy complicado confiar en las decisiones de gestión de la empresa de red o apreciar la profundidad de los retos por delante.

Si existieran normas comunes para informar sobre la antigüedad y el estado de los activos, las empresas eléctricas en todo el mundo podrían ganar la credibilidad y la confianza de los reguladores, los gobiernos y el público, al reformular las solicitudes de financiamiento basados en la antigüedad y mejoramiento de sus equipos.

Tener prácticas estandarizadas podría aumentar considerablemente la confianza y la transparencia en torno a la gestión de activos y las decisiones de inversión para todos los interesados en la industria de la red de energía eléctrica, dado que todo el mundo puede hacer referencia a las pautas establecidas de buenas prácticas de forma independiente.

Tener normas para la gestión de activos permitiría a las empresas eléctricas tener un punto de referencia con otras organizaciones en diferentes jurisdicciones o áreas geográficas.

Los estándares para la gestión de activos podrían ser utilizados como una herramienta de comunicación y educación para comprender y explicar los métodos de mejores prácticas en la gestión de activos, tanto en los países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo.

El problema del envejecimiento de equipos no es solo uno de desgaste, también constituye un problema de recursos humanos, ya que en muchos casos las personas con la experiencia, habilidades y conocimientos para llevar adelante el mantenimiento o para tomar decisiones de gestión de activos con respecto a estos equipos, ya no están en la industria. En este sentido, hay implicaciones graves en la fiabilidad de las redes de electricidad en muchos países desarrollados.

En general, existe un amplio abanico de nuevas normas o directrices potenciales que podrían ser utilizadas en la gestión de activos en la industria eléctrica. Las áreas cubiertas por tales normas incluyen:

Métodos de inspección y diagnóstico de datos de errores y fallas en equipos.

Medición y presentación de informes de fallos y datos de fallos de equipos.

Métodos de análisis y tipificación de fallas de equipos principales.

Ejemplos de mejores prácticas de las medidas correctivas para los principales equipos, que van desde el remplazo, la sustitución parcial o la rehabilitación.

Métodos para la estimación de vida útil e informes para equipos principales.

Métodos de evaluación de cálculo de costos.

Riesgo ciclo de vida.

Cálculo de los índices de estado y condición de los equipos principales.

Métodos de priorización de gestión de activos.

Índices de rendimiento sistema (CAIDI, SAIDI, SAIFI, etc.).

La creación de un nuevo estándar en la gama de áreas sugeridas anteriormente será un ejercicio largo y desafiante, ya que el rango de las prácticas de gestión y mantención de activos actualmente en vigor varía considerablemente a través de la geografía y la jurisdicción. Sin embargo, avances significativos se pueden hacer aquí, y la IEC está motivada y lista para iniciar este proceso tan pronto como sea posible.


Artículo Gentileza del Comité Nacional Chileno de IEC. www.cornelec.cl
Marzo 2017
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