Aldo Amadori Gundelach.

En la industria nacional, ¿en qué pie se encuentra el emprendimiento?
El panorama actual es totalmente diferente al de hace 10 años; hoy existe mucho más emprendimiento e información al respecto. Instituciones como AIE, en conjunto con sus casas de estudios asociadas, han jugado un rol importante en dar a conocer a los jóvenes durante su formación que emprender es una buena opción para su futuro. Muchos emprendimientos nacen sin querer, cuando no existen otras alternativas, o las que hay en el mercado no satisfacen. Las crisis económicas y la incertidumbre impulsan el emprendimiento, obligan a las personas a salir de su zona de confort y a atreverse porque no tienen nada que perder. Eso es lo bueno de las crisis y es lo que está ocurriendo hoy en Chile.

¿Dónde se observan las principales oportunidades de emprendimiento?
En el ámbito industrial, se ven oportunidades para desarrollar negocios en todo lo relacionado con los servicios especializados. La tecnología avanza tan rápido que constantemente están apareciendo nuevos equipos o áreas donde se requieren personas especialistas y emprendedoras: tecnologías de comunicaciones, fibra óptica, energía solar, estacionamientos, ascensores, robótica, etc.; áreas que requieren implementaciones tecnológicas y sus servicios asociados: instalaciones, mantenimientos, reparaciones, actualizaciones, integración, interconectividad, y para ello, se necesitan empresas especialistas. Por lo tanto, hay que ser capaz de identificar las nuevas necesidades que surgen en el mercado, o dónde hay deficiencias en el soporte asociado a dichas tecnologías y se podrá allí desarrollar un emprendimiento exitoso. Por último, siempre hay grandes oportunidades donde quienes desarrollan y comercializan sus propias tecnologías, pretenden además dar los servicios asociados.

Sin embargo, lo más relevante en este éxito son las personas. No hay que preocuparse solamente de maximizar los recursos y las utilidades, fundamentales por cierto, sino que hay que poner atención al principal capital de una empresa de servicios: sus personas.

Este es un asunto que no debemos olvidar ni los emprendedores ni los grandes empresarios, el hecho de que estamos en una Economía Social de Mercado -y me refiero a lo social en su buen sentido- y también se ha descuidado a los “stakeholders”, es decir, a todos aquellos que la empresa impacta: trabajadores, comunidades, accionistas minoritarios, proveedores. Hemos sido testigos de un sinnúmero de gerentes generales que son una vergüenza en todo sentido. ¿Dónde se formaron? ¿Qué objetivos debían cumplir? ¿Qué metas e incentivos se les fijaron? ¿Quiénes los controlaban? Felizmente, la gran mayoría sí posee principios y valores que comparten con sus directores. Esto es clave en todo emprendimiento.

¿Qué rol juega la innovación en todo esto?
La innovación está de moda, todos hablan de eso, pero con innovación no se resuelve el problema país. Con emprendimiento y educación, sí. La innovación, hacerlo mejor y distinto, al igual que la calidad, hacerlo bien o perfecto, son elementos que ya están incorporados en la industria. El que no lo tenga claro desaparecerá. Hasta hace pocos años las compañías destacaban sus certificaciones de calidad, pero hoy eso ya no dice nada porque quien no lo hace con calidad o quien no está en constante innovación, no perdurará. En la actualidad, el país necesita que se hagan más proyectos, generar trabajo, lo que sí logra el emprendimiento. Las universidades y centros de formación superior deben interiorizar que el énfasis no debe estar en la innovación, sino que en el emprendimiento. No entiendo la innovación sin emprendimiento.

¿Existen las condiciones adecuadas en Chile para emprender?
A mí juicio, emprender no pasa por contar con ayuda externa o financiamiento. Sin embargo, creo que un elemento fundamental para apoyar el emprendimiento es dar a conocer modelos, es decir, que emprendedores se relacionen con los estudiantes para dar a conocer diversos aspectos de su experiencia emprendedora: los aprendizajes que han logrado, los desafíos que han debido enfrentar, entre otros. Es un tema valórico-ético que hay que traspasar. Los médicos, luego de estudiar con sus profesores, se forman con otros médicos. Lo mismo debería pasar con los emprendedores.

Falta que las personas vean y valoren como modelo el ser un emprendedor, y esto responde a un tema cultural que no tiene relación con las competencias de nuestros profesionales y técnicos. Cualquier persona puede emprender, lo que no quiere decir que será fácil. Se tiende a confundir emprendedor con empresario.

¿Qué valor le atribuye al emprendimiento en equipo?
Es fundamental, no existe el emprendimiento en solitario si se pretende formar empresa. Para desarrollar un proyecto, hay que contar con personas con habilidades distintas para que se potencien en un equipo de trabajo. En un emprendimiento, es importante que se manejen capacidades comerciales, técnicas y de gestión, y en la vida real, es muy difícil que una sola persona reúna todas esas cualidades.